Cap. 53 Caos nocturno

Riùrik. Diciembre 2007

Aunque todos estaban mirando los cadáveres, lo que no entendieron  tan rápido fue la expresión horrorizada del levramzyk, porque todos los enfrentamientos en los que participaban los príncipes que llevaban sangre Saint-Claire, podían tener aquellas nefastas consecuencias para quienes los atacaban, pero como rara vez éstos habían resultado heridos, pues todos eran muy hábiles, lógicamente no eran invulnerables y en alguna ocasión había sucedido.

Por lo antes expuesto, era que tanto el levramzyk, quien por cierto, había visto lo sucedido y que el único que había resultado herido era Alex, como quienes no sabían que Alexander había resultado gravemente herido, se estaban haciendo la misma pregunta.

• El sizvitel Alexander resultó herido –contestó Yves

No obstante, los que habían visto el asunto, miraron hacia donde había sucedido, pues no  era hacia donde habían estado mirando todos, y Lucien, por ejemplo, sabía que había sido solo uno el que le disparase a Alex, de modo que las cuentas no le daban, porque aparte del cadáver del que lo había hecho, tenían a otros dos en idénticas condiciones, es decir, con la firma  Saint-Claire claramente visible.

Iván a quien había mirado era a Radek, pues recordó lo que éste había dicho, pero como en ese momento le urgía ir a ver cómo estaban tanto las Lisieux como los demás, se giró y se marchó primero que todos, aunque Radek tampoco se quedó y le dio alcance antes de entrar al Haigala.

• ¿Más dispuesto a creerme ahora? –le preguntó
• No se trata de eso, pero como debes recordar, quien no lo hacía era yo cuando me lo dijiste
• En cualquier caso, me parece que tu señorita Juliet, guarda algunos secretos y sin duda su apellido es uno de ellos

Iván ignoró el deseo de acomodarle un puñetazo, pues en ese momento estaba más interesado en averiguar cómo estaban los demás.

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A pesar de que Aleksèi había estado con el grupo que había desaparecido con tanta prisa, estaba decidiendo si seguirlos o no, cuando tropezó con algo que lo haría olvidar momentáneamente a los demás. Se trataba de Janos que parecía estar muy enfermo, y tanto Milorad como Iziaslav intentaban sostenerlo, así que corrió hacia allá, aunque Iziaslav ya había llamado a Haliq.

• ¿Qué le hiciste? –estaba vociferando Iziaslav a Avitzedek
• Nada –contestó el individuo más asombrado que molesto

Gianfranco se había apresurado a apartar a su madre y a su hermana del lugar donde se desarrollaban los hechos, porque por mucho que las cosas hubiesen cambiado con los años, tanto su padre como Iziaslav tenían el mismo endemoniado carácter, así que quiso evitarles un posible mal rato ordenándole a Aviram que se encargase de hacerlas llegar a casa.

• Gianfranco –lo detuvo Amaranta y él la miró – En verdad baba no le hizo nada a ese hombre, fui yo quien tropezó con él cuando íbamos a los servicios
• Es cierto, bambino –corroboró Aviram – nosotros nos acercamos cuando vimos que Dvòrak la tenía sujeta
• Solo impidió que me callera, Gianfranco –agregó Amaranta

Él asintió, pero insistió a Aviram para que las llevase a casa, mientras que él regresó a donde estaba su padre. Entre tanto, Haliq y Aleksèi que ya habían determinado que Janos no tenía nada a nivel físico por lo menos, pero igual no respondía, decidieron trasladarlo al Haigala mientras Iziaslav se peleaba con Avitzedek, y Milorad con ayuda de Kireg, intentaban impedir que hiciese alguna barbaridad. Finalmente habían logrado que se tranquilizase, pero como Iziaslav exhibía la misma terquedad que había heredado a todos los que llevaban su sangre, aun miró a Avitzedek con ira.

• Espero que tengas buena memoria, porque si algo le sucede, terminarás como tu padre

Gianfranco encontró más prudente sacar al suyo de ahí, y ya luego él vería cómo arreglar las cosas.

Cuando los que habían estado en el jardín regresaron, lo primero que registraron fue que una gran parte de los asistentes miraban hacia un punto específico, de modo que cuando ellos lo hicieron, vieron que los veldekys parecían estar cargando a alguien. Sin embargo, cuando caminaban hacia allá, Dylan cayó desplomado. Por un caótico momento Armand pensó que podía tratarse de los efectos de lo recientemente sucedido, pero antes de poder tomar una decisión, Kireg les dio la noticia de lo sucedido con Alexander, algo que Darko acababa de avisarle y después que Yves le enviase el correspondiente aviso a él.

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Iyul había decidido escabullirse después del incidente en el jardín, ya había cumplido con asistir y le urgía regresar al lado de su esposa. Cuando llegó, Kyv estaba dormida, y un lijenik le informó que había estado bien e incluso había comido un poco mejor que en los días anteriores, pero como también le dijo que le había administrado un sedante para que durmiese tranquila y sin dolor, Iyul se limitó a darle un beso en la frente.

Él había estado muy preocupado por lo larga que estaba resultando la recuperación de Kyv, pero finalmente había logrado recordar que no solo se recuperaba de sus heridas, sino que  era una nya cuya adaptación también estaba en curso y eso había ralentizado el proceso.