La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 65 Improbabilidades

 

Visto objetivamente, los devrigs tenían muchas ventajas sobre los ikedevs, pero apartando las diferencias de su naturaleza, también poseían otras de tipo más material, ya que Riùrik era un país próspero no solo por sus riquezas naturales, y su privilegiada localización, sino porque sus dirigentes habían implementado políticas conducentes no a una prosperidad ficticia, sino una muy real que alcanzaba a todos sus habitantes.

Individuos como Norman, Kýevska o Liam, que habían sido transformados recientemente y ya estaban al tanto de cuál era su sistema de gobierno real, habrían podido pensar que el mismo era arcaico, ya que se trataba de una monarquía absoluta, sistema que había ido desapareciendo a partir de 1789 a raíz de la Revolución Francesa, pero, para los devrigs no solo había funcionado, sino que había resultado efectivo.

Las políticas económicas habían sorprendido por ejemplo a Norman, pues no había inflación, sus habitantes tenían acceso a bienes y servicios a precios justos y que se correspondían con sus ingresos, y no había cinturones de pobreza que delatasen algún tipo de injusticia social.

Si bien la educación habría podido ser un problema, pues los devrigs tenían dificultades para la concepción y no habrían tenido necesidad de construir grandes centros educativos, como Dylan había escuchado a Lucien y éste siempre supo que no podrían mantenerse aislados del mundo, inició un plan para dotar a su país de instituciones educacionales que cubriesen todas las etapas, y aunque con el tiempo eso demostró ser acertado, pues abrieron las puertas de su nación a los ikedevs, los niños devrigs, que seguían siendo poquísimos, recibían una instrucción inicial bastante estricta en cuanto a su naturaleza antes de integrarse a la vida académica, de modo que no se presentaban conflictos inmanejables, a pesar de que seguían siendo niños. En la etapa media ya no se presentaba ninguno y podían compartir con los ikedev de manera normal, y en las raras ocasiones en las que había surgido algún inconveniente, tenían personal que se ocupaba con inmediatez del asunto. Y cuando llegaban a la Universidad, no solo seguían interactuando sin conflictos, sino que de hecho compartían los espacios de vivienda, ya que todos los que querían hacer una carrera universitaria, debían trasladarse a vivir a Svetl.

En el ámbito de la salud la situación era más igualitaria todavía, porque la universidad era paga, pero la salud no, y de hecho, no había medicina privada, así como no importaba si eras habitante del país o solo estabas de paso, para recibir la misma atención gratuita. Al inicio, y siendo que los estudiantes de la Facultad de Medicina tendrían que trasladarse al Haigala para efectuar sus prácticas, Aleksèi advirtió una complicación en ello, pues quisieran o no, e independientemente de las medidas penales que se tomaran para aquellos que efectuaban transformaciones, éstas seguían ocurriendo y lógicamente era algo que los chicos ikedev desconocían, de modo que se inició la rápida construcción de un hospital universitario que a día de hoy, había alcanzado fama mundial, y se efectuaban allí procedimientos con las más avanzadas tecnologías, y aunque no lo habrían necesitado, esos sí tenían costos elevados, más que todo para evitar que la demanda los superase. Sin embargo, Dylan, y aunque esa no era su área directa, cuando se enteró de esto por Armand, armó un escándalo muy Lucien, esgrimiendo que no podían negarse a prestar asistencia a quien lo necesitaba sin importar si podían pagarlo o no. Al final llegaron a un acuerdo de compromiso y había un departamento que se encargaba de recibir las peticiones de atención de personas que en verdad no podían costear procedimientos onerosos, y de acuerdo a la gravedad de los padecimientos, eran recibidos para su tratamiento.

En la actualidad había una considerable población ikedev en el país, pero ninguno vivía en Lucía, que era el centro del poder político y era, además, llamada la ciudad vieja por los habitantes de Riùrik. De manera que allí, los devrigs no se veían tan restringidos ni se los obligaba a ocultar su naturaleza, pero allí y en Lykke, habitaban más que todo los devrigs muy antiguos y para quienes había resultado mucho más difícil adaptarse a no utilizar sus habilidades en público.

Aunque la ciudad más visitada era Lind, que era la capital comercial y centro de negocios, algunos devrigs iban eventualmente a Lucía, pues aparte de sentirse más cómodos allí, y aunque en menos cantidad, Lucía también ofrecía centros de entretenimiento y una gastronomía más de acuerdo con sus paladares.

Por lo anterior, y cuando Yerko ya estaba planteándose acomodarle un puñetazo a Michel, vieron bajar de un vehículo a Gianfranco seguido de su padre, la esposa de éste, y Amaranta.

Amaranta Savaresce era el sueño de muchos devrigs, pues era una belleza árabe de piel cremosa y unos espectaculares ojos que estaban a medio camino entre el verde y el azul, y remataba el conjunto con una hermosísima cascada de suaves rizos color caramelo. No obstante, parecía inalcanzable para cualquiera, y Avitzedek se había encargado de disuadir a muchos osados que habrían dado la mitad de sus vidas por poseerla.

Avitzedek gimió internamente cuando vio a Michel en los escalones de entrada, pues aquel incordio le había hecho la vida miserable durante mucho tiempo, diciéndole que en cualquier momento iba a secuestrar a Amaranta. Avitzedek sabía que eso no iba a suceder, porque por mucho que siguiese sintiendo rechazo por Dylan, sabía que primero le quitaba la cabeza él mismo a su nieto antes de permitir que hiciese una barbaridad como aquella, pero el muchachito había seguido molestando con lo mismo sin importar si él quería escucharlo o no. Debido a esto, casi decidió volver a subirse al coche y abandonar el lugar, pero estaban allí justamente a petición de su hija que parecía sentir fascinación no solo por aquel lugar, sino por el país en general.

  • Solo no le prestes atención, papá –le recomendó Gianfranco




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