Cap. 73 Vieja deuda

Lucía se había apartado de Iván y había continuado despachando a todo aquel que se atravesaba en su camino, con la sanguinaria barbarie que siempre había caracterizado a los guerreros devlianos. Los levramzyks y los havariks más jóvenes que habían ido llegando, y cuyo principal objetivo era proteger a los príncipes que sabían estaban allí, dejarían de preocuparse por ella, porque era evidente que si bien no tenía la fuerza física de aquellos hombres, lo que sí tenía era una habilidad ante la que ellos se sentían casi como escolares, especialmente los últimos, pero, además, una ira descomunal y muy peligrosa.

Las chicas del escuadrón de Elskis, lo que pensaron fue que cuando les habían hablado de la sizviteliani Lucía, y si bien les habían dicho que era muy poderosa, ellas habían asumido que lo era por su condición de vidmagy, pero de acuerdo a lo que estaban viendo, pensaron que Yves les había mentido en forma descarada, pues aquella chica era un verdadero peligro y no precisamente por la condición antes mencionada. Aunque la mayoría de ellas había estado pendiente de Lucía, algunas otras dejaron de prestar atención a la princesa para prestársela a otra legendaria amenaza. Todas ellas conocían a Yvaylo Sesviatsky, y por lo menos la mitad del cuerpo suspiraba por los huesos del levjaner, y como era natural, aquellas que no habían conocido a Iván, habían escuchado hablar mucho de él, mientras que las pocas que sí lo habían conocido, lo único que recordaban de él, era su apostura, pues no era que las mujeres de esa época hubiesen tenido oportunidad de verlo en batalla. Sin embargo, en el momento que se llevaron a Yvaylo y que Iván volvió a la batalla, las chicas pensaron que si Lucien era peligroso, aquel individuo era un demonio salido de algún improbable infierno, y que por ese mismo camino, por atractivo que fuese, ninguna querría estar en posición de antagonista con él; y por otra parte, se alegraron muchísimo de que no hubiese estado presente en la época de su entrenamiento, pues Yves les había dicho que habría sido Iván quien se encargase de entrenarlas en control mental, pero de acuerdo a lo que estaban viendo, estaban seguras que si habían querido matar a Yves, si les hubiese tocado con Iván, con toda seguridad habrían querido suicidarse suponiendo que él no les hubiese destrozado el cerebro primero.

El otro que estaba causando estragos a una velocidad de vértigo, era Lucien, pero como a él todos estaban más acostumbrados a verlo despachar enemigos en forma sangrienta, se habían sentido menos impresionados, pero esto cambió una vez que se llevaron a Dylan, porque siendo que Lucien había visto las condiciones en las que estaba, perdió por completo la perspectiva y la masacre que estaba llevando a cabo, hizo pensar a algunos, que podían haberse quedado tranquilamente en el Laki, pues aquel demonio apocalíptico habría acabado limpiamente con todos.

Alexander no era conocido por enfrentar a sus enemigos con el nivel de barbarie que lo hacía Lucien, y por el contrario, él era de los que siempre intentaba hacer prisioneros y no cadáveres. En forma reciente, algunos lo habían visto comportarse con menos delicadeza, pero en la presente ocasión, no había estado actuando muy diferente a como lo hacía siempre. No obstante, aquella gente estaba decidida a ser masacrada, porque después de asegurarse del traslado de Yvaylo y de Casandra, tanto él como Vajda continuarían en lo que estaban, pero siendo que Vajda seguía allí por pura terquedad, ya que también estaba seriamente herida, fue atacada en forma cruel y Alexander enfureció, lo que fueron pésimas noticias para los involucrados.

Mientras todo esto estaba teniendo lugar, Yves, al asegurarse de que todos los heridos habían sido evacuados, se los hizo saber a los príncipes, y como el aviso coincidió con la llegada de Iyul, Iziaslav, Darko, Milorad, y Kireg que habían seguido al primero cuando abandonó el Haigala, fue entonces cuando se desató el verdadero infierno.

Istvan había decidido que si ya todos habían sido evacuados, debía detener aquella matanza y apresar a la mayor cantidad posible, pero en el momento que intentaba dar aquellas órdenes, tres flechas, sin duda envenenadas, se clavaron en su pecho. Istval había registrado en forma inmediata el dolor y no necesitaba que le dijeran a qué obedecía, porque siendo que nadie lo había alcanzado a él, eso solo podía significar una cosa, de modo que intentó ubicar a Istvan, pero lo hizo al mismo tiempo que Darko y  casi resulta alcanzado por el fuego que éste había lanzado sobre quienes atacaban al levjaner.

Ugro había intentado alcanzar a Boyko para que saliesen de allí, pues para él era obvio que tenían la batalla perdida, pero notó que o bien intentaba sacar al necio aquel del lío, o salvaba su propio cuello, pues había visto que Iván estaba peligrosamente cerca, así que como siempre, optó por lo segundo.

Todo lo anterior había sucedido en forma casi simultánea, y como cada quien estaba ocupándose de una situación diferente, no vieron a Iván, Lucien, Radek y Lucía que habían alcanzado a quien era el verdadero objetivo, de modo que quedaron paralizados al escuchar el grito de Lucía.

• ¡Izbork!

La voz de Lucía atravesó el espacio y se coló en las venas de todos como una corriente de helado veneno, y quienes estaban más cerca se apartaron con rapidez, de modo que todos pudieron ver a las cuatro figuras que se dirigían al mismo lugar.

Posiblemente en ese momento, Boyko entendería que no debió meterse en aquel lío, pero ya era demasiado tarde, pues Yves, que definitivamente tenía un excepcional control, una formación militar y estratégica de primera, y era quien estaba dirigiendo aquella operación, ya había dado perentorias órdenes para cubrir el perímetro y que nadie, incluido Boyko, pudiese escapar. La diferencia entre Yves y los cuatro individuos que estaban mirando a Boyko con el claro y único objetivo de hacerlo pedazos, era que él quería atraparlo vivo, ya que estaba seguro que era la llave para llegar a Viorica.