La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Cap. 74 Desesperación

 

Yuri había quedado a cargo de la revisión del lugar una vez que todos los heridos habían sido evacuados, y luego de ordenar que la media docena de criminales que habían logrado conservar la vida, fuesen encerrados en Zatvor, hizo un último recorrido con sus mejores rastreadores no solo de las destrozadas instalaciones, sino de los sótanos que servían de calabozos y de una amplia área circundante por si alguien había logrado escapar al cerco. Después de eso autorizó la colocación de explosivos y dio la orden para la detonación, saliendo luego de allí a toda prisa, pues era mal asunto llevar a cabo aquella clase de incursión y devastación en territorio ajeno, y no estaban como para perder el tiempo enviando a Lee a resolver el asunto con las autoridades de aquel país.

Los miembros de la familia y el alto mando militar, habían corrido al Haigala, no solo por las condiciones en las que sabían estaba Lucía, sino porque cada quien tenía algún otro herido de interés personal, como era el caso de Iván por ejemplo, y todos sin excepción, querían saber qué había sucedido con Dylan.

Como cabría suponer, la situación en el Haigala era caótica, pues si bien la mayoría de los levramzyks que habían resultado heridos, sus casos no revestían mayor gravedad, no era el caso de Dylan, Lucía, Yvaylo, Janos, Yves, Istvan y Hanna. En los casos de los cuatro primeros y el de Istvan, les había ido peor porque habían sido los objetivos de Boyko y sus hombres, mientras que en los de Yves y Hanna, habían sufrido daños accidentales, aunque igualmente graves, al menos Yves por su condición.

Haris que era quien se había hecho cargo de Yvaylo, como ya se ha dicho, no era muy conversador ni tenía la delicadeza de su progenitor, y no porque fuese insensible o poco empático, sino porque se había habituado a atender las emergencias de aquellos individuos directamente en el lugar de los hechos, y en esas ocasiones no había mucho lugar para tantas explicaciones y en general no les interesaba escuchar nada, sino que se resolviera cualquier problema y ya. Sin embargo, dadas las circunstancias, a nadie le sentaría especialmente bien escucharlo cuando salió a dar el informe.

  • Ingresó en estado de shock; presentaba conmoción cerebral aguda, pérdida masiva de sangre, envenenamiento agudo también, lesiones graves en casi todos los órganos internos y fracturas generalizadas –informó para ira del progenitor de la criatura, dolor del abuelo de la misma, y una mezcla de rabia e impotencia en los demás – Todo fue atendido y en parte resuelto, pues hasta que el veneno no abandone su sistema, la reposición de la sangre será inútil, ya que la misma seguirá dañando los tejidos impidiendo la cicatrización y la regeneración de los huesos fracturados
  • ¿Qué veneno utilizaron? –preguntó Michel, pues por una parte, a él lo habían atacado de la misma forma, o al menos eso creía, y por la otra, sabía por su hermano, que ellos utilizaban alguna cosa que limpiaba la sangre con rapidez
  • Batracotoxina, sarì. Este veneno impide la transmisión del impulso nervioso a los órganos, lo que produce hiperexitabilidad de los tejidos nervioso, muscular y cardíaco, parálisis y finalmente la muerte en el caso de los ikedevs. Pero adicional a lo anterior, también le aplicaron una exageradísima sobredosis de narcóticos
  • ¿Y no le dieron esa cosa que…?
  • Se le está aplicando el suero, pero debido al enorme daño causado, esto va a demorar quizá un poco más de lo usual

Aunque posiblemente Michel iba a seguir argumentando, en ese momento se acercaba Haliq y todos centraron la mirada en él. Haliq miró con brevedad a su vástago, y si le transmitió alguna cosa, como seguramente era, pues Haris caminó a prisa hacia el pasillo por el que había venido Haliq, nadie se enteró.

  • ¿A quién estabas atendiendo? –preguntó Iziaslav
  • Al último que atendí fue a Janos, sarì, pero traigo el informe de todos –contestó y pasó a rendir los mencionados informes – Avitzedek…
  • Olvida a ese…
  • Iyul –lo interrumpió Iziaslav – también quiero saber cómo está él

Iyul se sintió por una parte como un escolar a quien acaban de reñir en presencia de la clase, y por otra, muy apenado al ver a Aviram y a Zharià

  • ¿Haliq?
  • Como intentaba decirles, Avitzedek tenía pocas heridas y el problema era que su organismo no había desechado del todo el veneno con el que fueron atacados y que es sumamente agresivo
  • Ya Haris nos explicó eso, suponiendo que sea el mismo –intervino Darko
  • Así es, todas las pruebas de sangre arrojaron el mismo resultado en cuanto al veneno utilizado. De modo que en cuanto terminen de limpiar su sistema, podrá abandonar el Haigala. Con respecto a su hija –continuó y miró con brevedad a los Savaresce – aparte del veneno, tenía algunas contusiones menores y dedujimos que no fue objeto de la misma clase de ataque que los demás, por lo que pensamos que solo fue una víctima colateral. Sin embargo, ella recobró con brevedad la consciencia y escuchó que Aureliè estaba diciendo esto, así que sujetó su brazo y comenzó a negar; como no agregó nada, Aureliè ingresó a sus recuerdos y vio que si bien ciertamente intentaron atacarla, Janos lo impidió. Estaba muy alterada, pero Aureliè se encargó de evitar que hiciese una crisis nerviosa, de modo que ahora descansa y en cuanto su sistema quede limpio, también podrá marcharse.
  • Shukran jazilan [1] - agradeció una llorosa Zharià y miró a Aviram que debió entender aquella mirada
  • ¿Gianfranco? – preguntó él
  • Él ya está bien, recuerden que el comenzó a ser tratado de forma inmediata, así que el veneno ya abandonó por completo su sistema y las heridas comenzaron a cerrar hace unas horas, de modo que en breve podrá levantarse




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