La Dinastía (libro 10. Borelishka et Varetskhy)

Epílogo

 

La sucesión de hechos acaecidos en el último año y medio ha alterado mucho las vidas de los miembros de la familia. Si bien fue una alegría encontrar a Lucía, Iván y Radek, las condiciones en las que regresaron los dos primeros eran preocupantes, y aunque Iván se recuperó, Lucía sigue en las mismas condiciones.

El nuevo año también trajo consigo a un grupo de nyas totalmente inesperado, entre quienes figuran dos con sangre Saint-Claire, y aunque la familia no ha tenido ocasión de tratar mucho con ellas, y solo Alexander ha tenido un contacto estrecho con las mismas, en breve serán recibidas y comenzaran a transitar un nuevo camino que no habrían ni imaginado.

El último atentado dejó un terrible saldo de heridos, mucho más grave que otros, pues si bien fue aparentemente bien planificado, los criminales se enfrentaban a una fuerza muy superior en diversos sentidos, sin embargo, el rescate de los que habían sido secuestrados se efectuaría a un alto costo para los involucrados. Dylan casi perdió la vida, pero pasados dos meses, aun nadie está muy seguro de qué va a suceder, pues el príncipe se encuentra en estado de coma y es algo que no había sucedido nunca antes con ningún devrig.

Todos están preocupados tanto por Dylan como por Lucía, y a lo anterior, ha venido a sumarse la extraña actitud de Sofía y su más absurda aún declaración de amar a Henri.

Iziaslav miró por la ventana y pensó que si bien tenía a su familia reunida, y que se habían sumado nuevos miembros a la misma, no parecía estar en el destino de todos alcanzar la paz y la felicidad, y las palabras de Seren se repitieron en su cabeza como un eco lejano… la rueda del destino siempre sigue girando.




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