La Dinastía (libro 11. Vannya)

Cap. 11 Yo tenía razón

 

Mientras los nyas estuvieron en el Haigala, Ilian los veía a diario, pero en los casi cuatro meses que pasaron en el Valkinka, ella había ido pocas veces, pues aquella chica en verdad amaba su profesión y casi parecía que no salía del Haigala. Aunque su trabajo debía efectuarlo en el área destinada a los ikedevs, se escabullía hacia los pisos destinados exclusivamente a los devrigs, cada vez que podía. Haliq siempre la recibía con la misma amabilidad, dedicaba mucho tiempo a explicarle diversos procedimientos y a Ilian la entusiasmaba mucho cuando iban al laboratorio, porque a pesar de que nunca se había interesado en la investigación médica, eran tantos y tan variados los estudios que allí se realizaban, que comenzó a gustarle mucho, no tanto por la investigación en sí, sino por las aplicaciones prácticas y que le servirían mucho en el ejercicio de su profesión.

Aunque Ilian nunca había sido calificada de simpática, quizá el estrés del trabajo que efectuaba, mismo que realizaba en urgencias, hacía que su trato fuese menos amable, pero en el Haigala las cosas eran diferentes, pues por empezar, en aquella área tenían todos los equipos imaginables, de manera que no se hacía necesario esperar por casi nada. Los lijeniks y debido a que eran devrigs, se movían a velocidades increíbles, así que las emergencias casi no lo parecían, y si bien en la emergencia ikedev, trataban de ser cuidadosos, habitualmente quien llegaba estaba tan adolorido o en shock producto de algún traumatismo, que no notaba si efectuaban algún procedimiento más rápido de lo normal. Por todo lo anterior, el trabajo en aquel lugar era mucho más relajado, lo que contribuía a que el ánimo de todos fuese menos tenso. Por supuesto y fuera de la ocasión en la que habían ingresado las emergencias producto del secuestro de Dylan y los demás, ella no había visto nunca ninguna otra parecida, y tal vez por eso pensaba que todo era más tranquilo por allí.

La emergencia de los devrigs, y si bien podía ser un poco más agitada, porque las que llegaban allí en la generalidad de los casos, eran transformaciones con abandono reciente, o se trataba de razverevieds; en el caso de los primeros solían llegar en pésimas condiciones, de modo que había que atenderlos con rapidez pues estando recién transformados, podían morir, algo que Ilian ya sabía, y si estaba por ahí, procuraba no atravesarse y se contentaba con ver y aprender; y en el caso de los segundos, eran peligrosos para todo el mundo, porque eran agresivos y en la generalidad de los casos estaban mentalmente enajenados, así que Haliq le había advertido, que si se daba un caso de éstos cuando ella estuviese allí, abandonara el lugar a toda prisa.

A pesar de todas las advertencias, Ilian pasaba mucho tiempo en aquella área, de manera que había visto heridas terribles y que en condiciones normales le habrían ocasionado la muerte a cualquier ser humano, pero siendo que una de las primeras emergencias a la que había asistido, era a la de Dylan, pensaba que nunca vería nada peor.

Aquella mañana, Ilian había terminado su guardia en la emergencia ikedev, y se había ido derecha a la otra ala. Después de pasar por la habitación de Dylan como todos los días, fue a ver a Haliq.

  • Casi podría pensar que eres una devrig, zhytsanì – le dijo él al verla
  • ¿Por qué?
  • Por la forma en la que no descansas, y en realidad no estoy muy seguro de comas como corresponde
  • Exageras
  • ¿De veras? ¿Desde cuándo no vas a casa?
  • ¡Ayer fui!
  • Layari[1]
  • Óyeme – replicó ella que ya sabía que aquello significaba mentirosa
  • Ayer tuviste guardia, y la noche anterior te quedaste porque según tú, querías estar segura que la niña a la que le operaste el apéndice, iba a estar bien. Y estoy bastante seguro que tienes más ropa en tu cuarto de descanso que en tu departamento
  • ¿Cómo sabes eso?
  • Este es mi hospital, zhytsanì, como tú misma te complaces en decir, así que hay pocas cosas que no sepa

Con respecto a lo primero, Ilian estaba convencida que, el hecho de que le hubiesen dado un departamento, era del todo innecesario, porque lo que llamaban cuarto de descanso, no se parecía en nada al de Nilak, pues por empezar, cada lijenik tenía uno propio con baño, cama, armario, un escritorio y un portátil conectado a toda la red de información del hospital; de manera que Ilian no veía muchos motivos para salir de allí. Y con relación a lo segundo, casi desde el inicio, Ilian se había empeñado en decir que el Haigala era de Haliq, porque en una ocasión en la que estaba en la emergencia, escuchó a Mijail, uno de los lijeniks que se había vuelto un auténtico fastidio para Ilian, por cierto, discutiendo con Haris que era el jefe de esa área.

  • Si tienes alguna queja, vete a hablar con el director
  • El director es tu padre, cretino

Si bien eso era cierto, Haliq normalmente estaba muy ocupado atendiendo casos o metido de cabeza en el laboratorio como para ocuparse de labores administrativas, de modo que tenía un adjunto, pero no por eso no sabía la más mínima cosas que sucediese en el Haigala.

  • Bien – dijo Ilian enlazándolo por el brazo – entonces no tendrás inconveniente en acompañarme a desayunar

Ambos rieron y emprendieron la marcha, lo que ninguno de los dos notó hasta tenerlo en frente, fue a Aleksèi. Como era muy extraño verlo allí a esa hora, tanto Haliq como Ilian compusieron expresión de extrañeza, mientras que la de él era tormentosa, como de costumbre en la corta experiencia de Ilian.

  • Si no te importa, te agradecería que le devolvieras su brazo, porque necesito hablar con él – dijo en tono helado
  • Ve nidly, te alcanzo en un momento – le dijo Haliq




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