La Dinastía (libro 11. Vannya)

Cap. 15 Indignación

 

Después de la apresurada salida de Yvaylo y Casandra del Haigala, éstos llegaron a Levzheir peleándose como escolares. Misha había considerado prudente advertir a Istvan que iba en camino y la razón para ello, aunque no fue muy explícito, lo que preocupó a Istvan, ya que no se imaginaba un posible motivo para la detención de Yvaylo, y no porque el niño no fuese capaz de meterse en muchos problemas, pero desde que Dylan estaba en el Haigala, Yvaylo casi no se movía de allí y eso era lo que le hacía difícil a Istvan entender.

Él se hallaba en ese momento con Kireg, de modo que suspendió lo que revisaban, pero como Istvan era muy formal, no iba a hacerlo sin darle una explicación, aunque posiblemente luego se arrepentiría de ello.

Apenas habían salido al pasillo, cuando vieron a los dos levjaners y a Casandra, pero Istvan elevó las cejas, y más que por los lindos epítetos que venían endilgándose, por el estado en el que venían.

  • ¿Yvaylo? – preguntó
  • Estoy preso e incomunicado – dijo él, y sin agregar nada más, siguió su camino

Como ambos habían hecho silencio al ver a Istvan, Casandra tampoco dijo nada más, sino que siguió a Yvaylo, así que Istvan estaba todavía más intrigado, pero le hizo una seña a Misha y entraron de nuevo al despacho. Sin embargo, y ahí fue cuando Istvan lamentó haberle dicho a Kireg el motivo por el que debían suspender lo que hacían, porque no terminaban de entrar, cuando lo hizo Darko seguido de Milorad, y ambos con muy mala cara.

  • ¿Se puede saber por qué estás encerrando a tu hermano? – preguntó Milorad

Istvan gimió internamente, pero para poder contestar, primero debía enterarse, así que miró a Misha. No obstante, después que éste terminó de hacer el relato, en verdad Istvan tenía deseos de ser él mismo quien apalease a Yvaylo, pero tendría que colocar sus pensamientos en pausa para hacer frente a la concurrencia, porque para ese momento, ya estaban allí todos los LL.

  • ¿Piensas encerrarlo por comportarse como cualquier hombre? – preguntó Darko con más extrañeza que ira
  • Y si ahora nos van a encerrar por algo tan natural, entonces… – estaba diciendo Iliar
  • Por si no escucharon, y sé de hecho que tú no lo hiciste – lo interrumpió Misha – no lo está encerrando Istvan, sino que es una orden de Iyul

Iván a diferencia de Iliar, ya se había enterado de aquello, pues había saqueado los pensamientos de Misha.

  • Siempre dije que tener ledzidar en el Laki era una mala idea – intervino Aritz – Quizá ahora algunos entiendan que tenía razón
  • No fastidies, Aritz – dijo Darko con el mencionado fastidio – esto no sucedió aquí
  • Y si me preguntan, es la muchachita esa la que debería no solo ser encerrada, sino echada, al igual que todas las demás – insistió el LL
  • Ambos, son responsables – opinó Anatoly
  • Tú mejor te callas, Kolvayevsky, porque no es que Aleksèi esté libre de culpas
  • Darko…
  • Silencio, todos – ordenó Istvan y luego miró a Misha - ¿Iyul dijo por cuánto tiempo?
  • No, no lo hizo
  • Haryk – detuvo Istvan a Milorad que ya iba hacia la puerta
  • ¿Sker?
  • No lo hagas

Aunque Milorad no había dicho nada, Istvan no necesitaba que lo hiciera para saber que se iría derecho a hablar con Iziaslav, pero a Istvan le parecía una pésima idea, pues Iyul lo interpretaría como un intento de pasar por encima de sus órdenes.

Aquel incidente traería toda clase de inconvenientes, unos mayores que otros. El primer afectado fue Milorad, porque en cuanto Jovanka se enteró que Yvaylo estaba detenido, algo que supo por Michel, quien como siempre no podía mantener la boca cerrada y decidió contar el asunto en la cena en la se hallaba Jovanka, ésta ni siquiera terminaría de comer, sino que desapareció a toda prisa con intenciones de masacrar a su inocente marido. A pesar de sus muchos años, Jovanka parecía no haber aprendido nunca, que tanto Istval como Yvaylo, hacían muchos méritos para ser apaleados o encerrados, y aunque lo primero era más bien improbable, lo segundo sí había sucedido en diversas ocasiones y ella siempre reaccionaba igual.

El siguiente en la lista fue el mismo Iyul, porque después que Lucien dejó la diversión a un lado, se fue a hablar con su hermano, pues si había alguien incapaz de entender ni siquiera de forma mínima, que en todo el asunto hubiese algo fuera de lugar, ese era Lucien, la cuestión era que, si bien se esmeró en la defensa de Yvaylo, no lo hizo en la de Casandra, con la resultante de que, Iyul no se sabía si por cansancio y deseo de que su necio hermano dejase de hablar, o porque en el fondo, y ya más tranquilo, pensaba igual que él, ordenó que el arresto de Yvaylo fuese solo de 48 horas, mientras que no dio ninguna orden con respecto a Casandra.

Como aquel soberbio escándalo había sido muy sonado, al saberse que Yvaylo había quedado libre, fueron las chicas las que se sintieron muy indignadas. Por supuesto la primera víctima de aquella indignación fue Derek, porque, aunque él ni siquiera había estado en Riùrik cuando se sucedió todo, estaba de vuelta para cuando Yvaylo salió, así que tanto su mujer como su hija, comenzaron primero a reclamarle algo en lo que él nada tenía que ver, y después, a hacerle la vida miserable para que lo resolviese.




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