La Dinastía (libro 11. Vannya)

Cap. 23 ¿Disparate?

 

Sorin y Elena Stolnic, los padres de Ilian, se habían separado cuando ella tenía alrededor de cinco años, algo que Ilian no supo sino hasta que estaba un poco más grande, pues la mujer que la cuidaba le había dicho que su mamá se había ido al cielo, por lo que Ilian y cuando estuvo en capacidad de entender, asumió que había muerto; mucho más adelante y en una ocasión en la que su madrastra estaba furiosa por algo, le había dicho que era tan irritante como su madre y era por eso que su padre la había dejado. Si bien Ilian había sentido la natural sorpresa, no iba a ponerse a preguntarle nada a aquella mujer, sino que se fue derecha a preguntárselo a su padre, quien había reconocido que se habían separado, pero no agregó ninguna otra información, como, por ejemplo, si su madre estaba viva o por qué nunca la había vuelto a ver. En principio Ilian se había planteado intentar buscar a su madre, pero luego y teniendo el carácter que tenía, se había convencido de que si su madre no la había buscado, era porque no le interesaba, sin embargo, cuando se hizo mayor y conociendo un poco mejor a su progenitor, lo que pensó fue que él se había encargado de evitar que ella tuviese ningún contacto con su madre, de manera que decidió realizar la búsqueda a la se había negado antes.

Resultó que Ilian había tenido razón en ambas teorías, primero, era cierto que su padre había solicitado no solo su custodia, sino que se le prohibiera a su ex esposa acercarse a la niña, pero también descubrió que ella no parecía haber tenido la intención de quedársela, pues lo que había ocasionado la ruptura, era que Sorin había descubierto la relación que mantenía Elena con otro sujeto. La amiga de su madre, que era a través de quien Ilian se había enterado de todo aquello, intentó justificar a Elena, diciendo que Sorin Stolnic solo vivía para su profesión y había abandonado emocionalmente a Elena. Si bien Ilian habría podido entender eso, pues conocía de primera mano al individuo, lo que no podía entender era que su madre no hubiese peleado por ella, pero la mujer le dijo que no habría tenido ninguna oportunidad, pues Sorin no solo era terco y obstinado, sino que tenía los medios para hacerle la vida miserable a Elena si ella no aceptaba sus términos para concederle el divorcio.

Si bien Ilian no había tenido ocasión de establecer lazos afectivos con su progenitora, igual lamentó enterarse que la susodicha no había vivido mucho tampoco, pues le habían descubierto un cáncer que ella no se quiso tratar y eventualmente murió, así que Ilian, después de una breve visita a la tumba, se olvidó del asunto y continuó con su vida, pero toda aquella cadena de pérdida y abandono, la convenció de que nadie quería realmente a nadie, y evitó con suma diligencia establecer relaciones de ninguna especie, y en un par de ocasiones en las que se había sentido atraída por algún sujeto, se alejaba a toda prisa.

No obstante, cuando llegó a Nilak, no había podido sustraerse a la simpatía de Liam, pero si no se alejó de él, fue porque si bien le caía bien, aunque la fastidiaba mucho su manía religiosa, en realidad no se sentía atraída por él, y fue la razón por la que pudo establecer una relación cordial y amistosa después de aclararle lo anterior cuando él intentó un acercamiento así.

Y hacía poco más de un año, quienes se habían sumado a sus afectos, eran Juliet y Eddy, y aunque se quejaba amargamente del segundo, había comenzado a preocuparse de veras por ellos, porque eran de la clase que solía meterse en muchos problemas.

Con lo recientemente sucedido, y aunque ella no pensó de forma inmediata que eso los alejaría de ella, cuando Lucien había hecho su exposición, Ilian ni siquiera lo había pensado, pues ciertamente no pensaba abandonarlos en aquella situación que no sabía cómo afectaría a dos chicos ya de por sí muy problemáticos. No era que Liam no le preocupase, pero conociéndolo, sabía que se aferraría a su necia fe para aceptar lo sucedido, y eso no variaría mucho su conducta, pero siendo que ella no pensaba marcharse a ninguna parte, significaba que tampoco iba a abandonarlo a él.

Con lo que Ilian no había contado y, de hecho, ni siquiera había reparado en ello hasta ahora, era en que se sentiría atraída por un individuo al que en principio lo que había querido era acomodarle un puñetazo. Aun así, el pasado día y una vez que Aleksèi se la había arrebatado a Liam, la había sacado del Haigala, pero no se había contentado con ello, sino que la había llevado a su casa, y en aquel momento, Ilian estaba haciendo un detallado repaso de lo sucedido.

  • Ahora, vas a irte a la cama y descansarás como es debido – le había dicho él y ella recuperó su capacidad de hablar una vez que la había soltado
  • Bien, si me indica dónde está la puerta, podre irme a mi casa
  • No seas necia, kandly – y sujetándola la condujo a una habitación

Cuando Ilian recuperó la estabilidad después de dos traslados igualmente desagradables, lo miró con ira.

  • Aclaremos algo, doctor – pero se detuvo cuando él se volvió y clavó sus azules ojos en los de ella
  • No hay nada que aclarar, y lo único que harás es exactamente lo que acabo de ordenarte
  • ¡No tienes derecho a ordenarme nada!

Aunque había demorado, el famoso carácter irascible de Ilian hizo su aparición, solo que no parecía tener claro con quién se las veía. Ilian había enfrentado a muchas clases de hombre, entre los que estaban los payasos estilo Eddy, los antipáticos como Graham y hasta los extremadamente irritantes como Radek, así que estaba segura de estar preparada para poner a aquel en su lugar, o al menos eso pensó al verlo avanzar hacia ella. Lo que ella no sabía, era que en realidad Aleksèi no encajaba en ninguna de aquellas clasificaciones, y de haber tenido que compararlo con alguien, habría estado mucho más cerca de la tierna serenidad y simpatía de Liam, pero, a decir verdad, ni el mismo Aleksèi parecía tener muy claro qué le sucedía con aquella chica.

  • No perderé el tiempo en repetirte nada, así que obedece – le dijo él
  • ¡Vete al infierno! – le gritó ella sin tener en consideración que ya sabía lo mucho que les molestaban a ellos los gritos




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