La Dinastía (libro 11. Vannya)

Cap. 32 ¿Previsible?

 

Istvan había permanecido en el Haigala a la espera del informe de los veldekys, algo que les había consumido toda la mañana, pero cuando éstos salieron, lo que no pudieron hacer fue aclarar de ninguna manera el extraño suceso.

  • Todo en su organismo marcha perfectamente. No hay daños en la corteza cerebral, ni ninguno de los síntomas asociados al ataque con un dykari – informó Haliq
  • Pero fueron atacados con uno – dijo Iyul
  • Y lo que estás diciendo no aclara de ninguna manera lo sucedido – agregó Iziaslav
  • Y lo lamentamos, sarì, pero no tenemos una explicación

Iziaslav montó en cólera, y no era que no le alegrase que estuviesen vivos, lo que le molestaba era no saber la razón y desde luego tenía que haber una.

Aunque Liam ahora era un devrig, salvo por el acto de violencia que habría concluido con su muerte, y que finalmente lo había llevado a ser lo que ahora era, nunca había sido testigo de la violencia de la que eran capaces sus nuevos congéneres, y aunque nadie había hecho realmente nada, desde su nueva condición le resultó fácil percibir la ira y las intenciones de aquel individuo. Él lo había conocido en otras circunstancias y le había parecido un hombre simpático con quien era muy agradable conversar, pero en aquel momento, tenía todo el aspecto de un demonio enfurecido y estuvo seguro que todos iban a morir. Sin embargo, estando presentes algunos de los individuos más poderosos de su especie, serían los que evitarían el desastre.

Una vez que todo fue controlado, Iziaslav se marchó e Istvan pudo preguntar si Henry y Louis podrían abandonar el Haigala.

  • Preferimos que al menos de momento, se queden aquí, porque como dije, todo marcha bien, pero es por precaución y para asegurarnos que seguirán así

Istvan asintió, pero si bien él podía darle órdenes a Louis, dárselas a Henry siempre había sido más difícil, pero Lucien dijo que él se encargaría de Henry. De modo que, después de hablar con Louis, se dispuso a volver a Levzheir, pero cuando iba de salida, dos mensajes chocaron con violencia en su mente, y si uno podía ser diferido, el otro no.

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Norman había concluido su segundo libro gracias a que Lucien había cumplido cabalmente con lo ofrecido, permitiéndole el acceso a Levzheir y autorizando diversas entrevistas con muchos primigenios. Durante los primeros meses de su estancia entre ellos, Norman se había dedicado a recopilar información, pero cuando consideró que tenía suficiente material, no solo para escribir el segundo libro acerca de los devlianos, sino para muchos otros, comenzó a escribir en forma frenética, se saltaba las comidas y a veces ni dormía. Aquel incesante tren de trabajo, comenzó a preocupar a Gino, porque si ellos necesitaban pocas horas de sueño, no era el caso de Norman, así que habló con Janos y éste a su vez lo hizo con Norman, pero ninguno de los dos tuvo mucho éxito.

Cuando Norman llevaba un par de meses en los que prácticamente no se despegaba del ordenador, un buen día colapsó, algo que al menos Gino había estado esperando que ocurriese en cualquier momento, así que ordenó a uno de los levramzyks destacados en la Villa para seguridad de ambos, ir por un lijenik.

Como todos los miembros del Arkel, fuesen jóvenes o muy antiguos, en quien pensaban cuando había un problema de salud, era en Haris, el chico se presentaría con éste. Gino se sorprendió al verlo, pues él había pedido un lijenik y sabía que aquel no lo era, o al menos no como él se lo imaginaba, porque lo que también sabía era que, los Shahim y Aleksèi eran, a su entender, una especie de magos, algo que Gianfranco le había peleado mucho, pero no había logrado que Gino pensase diferente.

Sin embargo, no discutió y lo condujo hasta la habitación de Norman. Haris hizo su evaluación, y después de administrarle algo que nunca dijo qué era, habló con Gino.

  • Presenta un estado de agotamiento físico y mental, producido sin duda por una sobre exigencia en alguna tarea. Además, hay evidencia de una alimentación deficiente. Debe reducir el ritmo de trabajo o cambiar de ocupación, y seguir una dieta más adecuada ¿Necesitas algo más?
  • No. Gracias
  • Vanedarma

Y sin más, se marchó, pues como siempre, nunca decía más de lo necesario. Como Janos tenía dos días sin ir, Gino le mando un urgente mensaje que él atendió sin dilación, así que después que Gino le refirió lo sucedido, se sentó a esperar pacientemente a que Norman despertase, pues, aunque Gino no sabía qué le había dado Haris, él supuso que había sido algún sedante para que durmiese unas horas, algo que explicó al preocupado Gino que pensaba que solo seguía sin sentido.

Como Norman dormiría todas esa tarde y la noche, Gino comenzó a desesperarse, y siendo inquieto por naturaleza, llevaba loco a Janos, así que casi lo pone a dormir a él también, pero de forma más violenta.

Norman despertaría casi veinticuatro horas después, pero una vez que se dio un baño, y que Janos lo obligó a comer como era debido, lo sentó y le dio el sermón correspondiente.

  • Janos, es posible que como tú vas a vivir indefinidamente, pienses que el tiempo es poco importante, pero no es mi caso – y Janos lo miró como si no hubiese comprendido – Janos, tengo 34 años, antes de que lo note seré un anciano, si es que no muero antes, porque no es que haya llevado una vida muy…
  • ¿Quieres callarte?




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