La Dinastía (libro 11. Vannya)

Cap. 38 Reacciones

 

Apenas habían llegado a Illir, Iziaslav y como cabía esperar, lo hizo pidiendo explicaciones.

  • ¿Cómo sucedió esto? Y dime que ya tienes al responsable

Istvan iba a contestar cuando se presentaron Yvaylo y Dylan, pero como el último venía peleándose con el levjaner, por un momento todos los miraron.

  • Lo lamento, haryk – se disculpó Dylan, pero con la creciente sensación de que algo terrible sucedía

En aquella ocasión, no era curiosidad lo que sentía Dylan, sino que, siendo padre, lo siguiente que registró fue que sus hijos no estaban presentes, pero siendo más prudente y respetuoso que sus hermanos, obedeció al gesto de Iziaslav y tomó asiento.

  • Estoy esperando – dijo Iziaslav

En ese momento hicieron acto de presencia Lucía, Lucien y Derek, pero al verlos, Dylan se puso rápidamente de pie y corrió hacia ellos. La visión de Derek por lo menos, a quien faltaba una mano, y la palidez de Lucía que venía apoyada en Lucien, solo exacerbó la ira de Iziaslav.

Dylan no tuvo mucho tiempo para preguntar nada, porque Iziaslav estaba gritando de nuevo a Istvan, así que fueron a sentarse.

  • Sarì, el día de hoy, Edin asistió a dos eventos de igual importancia. El primero la tenía debido a que Sofía asistiría al mismo, y el segundo, porque quien asistiría sería Janos – pero al ver que Iziaslav juntaba las cejas, pues Janos casi no iba a ninguna parte, Istvan agregó – Se comprometió a asistir a una aparición pública que haría Norman Jensen – aclarado esto, prosiguió – Una vez que el evento de la Fundación finalizó, Sofía, al igual que Amaranta Savaresce, decidieron ir con Edin a donde tenía lugar el de Jensen. Finalizado éste, lo que decidieron fue ir a comer al local de un devrig que Edin visita con asiduidad, pero al salir de allí, se encontraron con Giorgio. De acuerdo a lo poco que hemos tenido oportunidad de averiguar, Giorgio enfureció, al parecer, al ver a su hermana en compañía de tantos Yaroslávich, pero no alcanzó a nada más allá de insultar a su hermana, porque seguidamente se vieron atacados con armamento pesado. Edin cursó la alarma y los primeros en presentarse fueron los levramzyks destacados en Francia, pero también lo hicieron Henri D’Albret, Lucien, Lucía y Radek. Cuando comenzamos a llegar los demás, los tres últimos hacían frente a los atacantes, mientras que los que habían ido llegando se ocupaban de socorrer a los heridos, y otros de ayudar a los primeros en el ataque – en este punto se detuvo un momento, pues el escándalo que tenía la mente de Dylan era difícil de ignorar

El mismo obedecía a varias cosas, la primera y más obvia, la preocupación por sus hijos, pues si bien dos estaban allí, quienes no estaban eran Alexander y Armand, pero también se estaba preguntando quiénes eran Sofía y Norman, sin embargo, lo que desató su terror, fue escuchar el nombre de Henri, pues en ese momento recordó que era un Lothian, pero más allá de eso, que estaba implicado en la transformación de Brian. Lógicamente toda esta información que conocía, y la que no, lo alteraron mucho, de modo que Yves e Yvaylo recibieron la silenciosa orden de Darko de hacerse cargo, y aunque Yvaylo ya estaba en ello, la colaboración de Yves contribuyó mucho a calmarlo un poco, de modo que Istvan pudo continuar.

No obstante, lo siguiente que explicaría sería lo sucedido con Henri, y aunque aquello ya había sucedido recientemente, si bien los impresionó menos, se preocuparon mucho al escuchar las aparentemente pésimas condiciones en las que había estado Armand, así como el hecho de que, al prestar su colaboración, aquellos que lo hicieron, terminarían igualmente afectados, aparte de heridos.

  • Un levramzyk me dijo que Giorgio no tenía nada qué ver en el ataque – intervino Iyul – ¿Cómo pueden estar seguros de eso?
  • No lo estábamos hasta hace un momento – contestó Istvan y pasó al otro punto – Cuando me dirigía al Haigala, Yves me dio aviso de la desaparición de Edin…

El ambiente cambió drásticamente, pues a la tensión, la ira, la confusión o cualquier cosa que estuviesen sintiendo y dependiendo del caso, vino a sumarse la incredulidad y el horror, lo último, y habiendo pasado por aquello con varios de los presentes, era apenas lógico, y lo primero por tratarse de quien se trataba.

  • ¡¿Qué?! – fue la pregunta que salió en forma de grito muy molesto, de varias gargantas

Sin embargo, Istvan no tendría ocasión de repetir la información ni de decir nada en realidad, porque en ese momento, y de forma muy poco habitual, las puertas se abrieron dando paso a un agitado Aelio. Yves no tuvo ocasión de plantearse la posibilidad de que hubiesen hallado a Edin, pues el muchachito aquel siempre llegaba hablando independiente de a dónde lo hiciese o quiénes estuviesen presentes.

  • ¡Jefe, tenemos grandes problemas!

Aunque eso era cierto y desde hacía rato, algunos pensaron que Aelio estaría en mucho más, no solo por la inapropiada interrupción, sino porque había golpeado al desprevenido levramzyk que estaba de guardia y que lógicamente no esperaba ser atacado por nadie, y por dirigirse a Yves sin siquiera molestarse saludar al soberano ni a ninguno de los miembros de la familia real presentes.

  • ¡De Vouillé! – exclamó Darko, pero fue igualmente ignorado
  • Quien está en muchos problemas eres tú, enfant – transmitió Yves, pero con la misma suerte, porque si Aelio lo sabía, lo entendía o ambas cosas, lo que no hizo fue hacerlo guardar silencio
  • Acabamos de encontrar esto – dijo intentando darle lo que parecía una cadena




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