Después de los primeros y alterados contactos con los desaparecidos, y luego del vuelo guiado por el noeîn, determinaron con bastante precisión el lugar, aunque muchos de los levramzyks dudaron que fuese aquel, porque lo que veían era una fábrica de juguetes. Sin embargo, Yves los convenció para no intentar nada de forma inmediata, con lo que se ganó un puñetazo de parte de Iziaslav.
Después de eso, y gracias a la intervención de Alexander, pues Lucien nunca se preocupaba por tranquilizar a su progenitor, siendo que era él mismo quien lo alteraba, Iziaslav estuvo en disposición para escuchar.
Como había dicho Lucien, siendo que Yves se había dedicado al espionaje, con mayor ahínco que otros, muchos pensaban que eso era para lo único que era bueno, el asunto era que, aparte de lo anterior, y era algo olvidaban estúpidamente, aquel era un guerrero peligroso, y sus habilidades se habían maximizado no solo por el tiempo que llevaba de vida, sino porque había estudiado con atención todas las tácticas y métodos que tenían los ikedevs para hacerse la guerra, y no todas dependían de una fuerza armada, sino que una de las armas más utilizadas antes y después de las dos guerras mundiales, era la información. Él, a título personal, siempre había sentido obsesión por la mencionada información y sabía lo valiosa que era, pero también, y al igual que Lucien, estaba perfectamente al tanto que ahora, quizá más que antes, o solo porque el mundo era más grande en términos de población, la información tenía valores económicos groseramente altos, y había quienes se dedicaban a venderla no a un gobierno en específico, sino a cualquiera dispuesto a pagar lo suficiente por ella.
Debido a lo anterior, decidió que aquella era una oportunidad inmejorable para acabar de una buena vez con aquel grupo, porque si bien Iliar era volátil, Edin no, y estaba bastante seguro que entendería la importancia de hacerse con la información necesaria para averiguar lo importante, es decir, las identidades de quienes estaban detrás de aquel tinglado.
La preocupación de Iziaslav y de Milorad, era que pudiesen matar a los chicos, pues ellos a diferencia del resto de sus congéneres, no habían asistido a los cambios que se habían sucedido en el tiempo, y cuando en su época se hacían prisioneros, y si no eran los hijos de los jefes de las tribus, solo los mataban y ya.
No sin mucho esfuerzo, consiguieron que Iziaslav se tranquilizara y dejase de insistir en entrar y destrozar a los bastardos. Así que sobre la base de lo que Edin comenzaría a informar, ellos iniciarían una veloz y ardua investigación que esperaban los condujese, como sostenían Yves y Lucien, a exterminar a aquellos desgraciados.
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El nuevo equipo de médicos, decidió que, para poder avanzar sin peligro, lo mejor era anular la actividad cortical del sujeto mediante un coma farmacológico reversible.
Como recibieron la aprobación, abandonaron el salón, pero más tarde, Lenz se reunió con ellos.
Si bien a aquellos individuos los movía tanto la curiosidad científica, como el beneficio económico que representaba mucho más de lo que ganarían trabajando día y noche durante todas sus vidas, por un momento se cuestionaron su decisión de trabajar bajo las órdenes de aquel individuo, pero como ya estaban allí, no tenían más remedio que continuar.
No obstante, después de los primeros análisis de sangre, no tenían muchas ganas de rendir ningún informe, porque los mismos no habían arrojado nada especial.
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Editado: 11.02.2023