La Dinastía (libro 11. Vannya)

Cap. 46 Aquí y allá

 

Un devrig, a pesar de ser una criatura esencialmente sobrenatural, comparte casi todas las características bilógicas con un ser humano, y era esto lo que, por cierto, había sido de gran utilidad en el área médica, ya que los ikedevs se habían beneficiado y seguían haciéndolo, de los adelantos que los devrigs habían hecho en esta materia.

Como ya se ha dicho, Haliq era un investigador científico nato, de modo que su afán por encontrar el cómo tratar la rara enfermedad de Yves, lo había llevado a efectuar estudios hematológicos avanzados, de modo que, entre otras muchas cosas, a mediados del siglo XIX, ya había descubierto las cadenas de ADN, pero llegaría mucho más lejos y muchísimo antes que los ikedevs, pues sus hallazgos de los marcadores autosómicos del cromosoma Y, le permitirían establecer con precisión la autoría de una transformación, aunque eso no era lo que estaba buscando en principio. Por lo anterior, podían establecer sin margen de error, a que Clan pertenecía el autor de una transformación, pues todos eran descendientes del Savaresce, el Lothian o el Yaroslávich primigenio, así que, teniendo el mapa genético de éstos, y siendo que fungían como patriarcas de sus clanes, y como el cromosoma Y se hereda sin recombinación, era que podían tener la certeza antes mencionada con respecto a la relación patrilineal del sujeto en cuestión. Sin embargo, subsistía un inconveniente, porque si bien podían determinar a qué Clan pertenecía el izbretel, establecer su identidad era más complicado, porque para ello era necesario contar con el material genético del presunto autor. A lo largo de los años, habían logrado recolectar y analizar la sangre de muchos, y de los más importantes o problemáticos al menos, pero eran conscientes que no de todos, pero, aun así, el procedimiento les resultaba bastante útil.

Después de los eventos recientes, y que habían concluido con el rescate de sus compañeros y la aprensión de los criminales, Yves se había ido derecho a Zatvor, pero iba a encontrarse con una sorpresa.

Ziven, el miembro de su grupo que se había quedado a cargo tanto de Najac, el presunto autor intelectual del ataque a Henry, como de algunos de los individuos que habían apresado en esa ocasión, ya había recibido el informe de laboratorio de los análisis de sangre de éstos.

  • ¿Qué tenemos? – preguntó Yves
  • Creo que no va a gustarte, jefe – le dijo Ziven pasándole el informe

Por fuerza, Yves había tenido que aprender a interpretar con corrección aquellos gráficos, de modo que luego de echarles un rápido vistazo, levantó la cabeza con violencia, pero antes de decir nada, volvió a repasarlos con más atención.

  • Esto tiene que ser una broma – murmuró

Como aquello no era una pregunta, nadie dijo nada, y no tenían muchas ganas ni de hablar, pues la expresión de Yves no invitaba a ello de ninguna manera. No obstante, lo que sí tuvieron que hacer fue darse mucha prisa, pues Yves desapareció a toda velocidad hacia Levzheir.

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Cuando Janos llegó al Haigala, se encontró con una situación que no se habría esperado. Apenas llegó al pasillo donde le habían informado estaba Norman, vio una conmoción, así que se apresuró.

  • ¿Qué sucede, Aleksèi?
  • No lo sé, me acaban de llamar – contestó en forma apresurada

En ese momento fue que Janos pareció recordar que Norman era un ikedev, y aunque él no sabía qué tan graves había resultado sus heridas, por pocas que hubiesen sido, cualquier cantidad para un ikedev, era mucho más perjudicial que para un devrig, de modo que imaginó que se había presentado alguna crisis y decidió esperar para no interferir con el trabajo del personal. Mientras esperaba, vio que Armand pasó como una exhalación y pareció ni notar que él estaba allí, así que Janos comenzó a preocuparse, porque sabía que cuando llamaban a Armand con la urgencia que evidentemente llevaba, era porque las cosas estaban muy mal. Sin embargo, no tuvo ocasión ni para pensar en entrar y averiguar por sí mismo, porque en ese momento salió Haliq arrastrando a Gino y parecía a punto de golpearlo.

  • ¿Qué estabas pensando, rybik? ¿Eres estúpido o qué?

Janos sabía por experiencia propia, que Gino en verdad parecía un escolar hiperactivo y que podía ser muy exasperante, pero sabía también que, sacar a Haliq de sus casillas era muy difícil, de modo que estaba preguntándose qué habría hecho Gino, pero como él parecía poco dispuesto a decir algo, decidió intervenir.

  • ¿Haliq?
  • ¡Janos! – exclamó Gino mientras Haliq endurecía aún más la expresión, seguramente por el grito

Sin embargo, si bien Gino no parecía haber estado dispuesto a contestarle a Haliq, con Janos era otra la historia, pues se lanzó en un apresurado relato del que nadie habría podido entender nada.

  • Gino – lo detuvo Janos apartando a Haliq y el chico hizo silencio cuando Janos ocupó el lugar del anterior – Ahora, con calma – puntualizó – explícame qué está sucediendo
  • ¿Dónde estabas? – preguntó en lugar de contestar – Al menos deberías estarle agradecido a Norman, porque…
  • Gino – lo interrumpió – ya te dije en otra ocasión que tengo mucha paciencia, pero tú la agotas muy de prisa




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