La Dinastía (libro 11. Vannya)

Cap. 68 Caos

 

Viorica estaba convencida de que nadie, salvo Lucía, estaba a la altura de sus capacidades, algo bastante común en las personas que padecen el trastorno de ideas delirantes, razón por la cual no se molestó en prestar atención a los demás, algo que de no haber sido por el mencionado trastorno, la habría hecho recordar en principio, que el motivo para el retraso de sus planes, y que debían haberse concretado dos siglos atrás, tenían nombre y apellido, y de hecho por lo menos dos: Iván Sesviatsky y Radek Izbork, pero, adicional a eso, pareció olvidar o simplemente se negaba a creer, que había hombres portadores de habilidades tan poderosas como la suya, y, de hecho, habían existido familias en las que ese poder en quienes se manifestaba con mayor fuerza era en la línea masculina, del mismo modo que olvidó estúpidamente, que en su propia familia y durante muchos años, eran precisamente los hombres quienes lo habían heredado, aunque, posiblemente si lo había sabido, pensaba que el último había sido Elerico, tío de Seren.

Con las cosas así, mientras Viorica seguía concentrada en Lucía, Iván, a quien debió considerar un enemigo de cuidado siendo que había frustrado en parte, sus planes iniciales, registraba frenéticamente su mente para determinar la mejor forma de proteger a Lucía. Él tenía claro que no había manera de evitar el enfrentamiento, porque Mikha lo haría tanto si estaban de acuerdo como si no, pero lo que preocupaba a Iván, era que en las presentes circunstancias y si bien aquella energía conservaba su poder, de lo que no era consciente era de cómo utilizarlo, así que necesitaría toda la ayuda que pudiesen brindarle. Con rapidez llegó a la conclusión de que tenían que organizarse, y lo primero para ello era controlar a Radek que reaccionaría como le era habitual, es decir, en forma visceral; por otra parte, sacar a los Saint-Claire del estado de terror en el que se hallaban al ver a Lucía en aquella posición; y, por último, coordinar con Yves la organización, pues Iván sabía que, de ellos, el niño era el estratega, pues Yves veía cualquier situación como si se tratase de un tablero de ajedrez.

Sin duda Iván no estaba equivocado, porque no terminaba de pensar en ello, cuando comenzó a escuchar las órdenes de Yves y lo detuvo.

  • Ynli, es cierto que necesitamos organizarnos, pero no es por la fuerza como conseguiremos vencerla. Lo primero que tenemos que hacer y necesito tu ayuda, es controlar el cerebro de Radek para que no haga ninguna estupidez

Yves entendió el punto y se aplicaron primero a estabilizar al por el momento furioso individuo. De ahí pasaron a sacudir mentalmente a los Saint-Claire, y de seguido a cualquiera que tuviese, aunque fuese en forma mínima, el mismo poder que ellos, y ya luego Iván le dejó a Yves la organización del resto de los hombres.

  • Necesitamos que alguien se ocupe de Ghislaine, porque si no, será al primero que Viorica despache – advirtió Iván
  • Yo puedo hacerlo, señor – escucharon a Atalia que era quien había quedado más cerca, porque Henri que habría sido la mejor opción, seguía con Sofía

Iván pensó que una chica, por buena que fuese, estaría lejos de poder neutralizar a un sujeto como Louis que, si por algo se había destacado durante su formación y después de ella, era por ostentar el insólito título de ser el único que había sido capaz de en enfrentar a Iliar sin ser abatido por éste.

  • No te preocupes, no será por la fuerza – escuchó a Yves –Atalia Karagiannis tiene un aceptable nivel de control mental – agregó en un tono burlón muy inapropiado para el momento

Irakli, Henri y Derek, lo que pensaron fue que aquel individuo aparte de payaso, debía tener muchas ganas de ser sacudido, porque, en principio, aceptable no habría sido de ninguna manera el término que ninguno de ellos habría utilizado para describir la habilidad de Atalia, algo que había quedado demostrado recientemente al no tener ni que esforzarse para hacer cambiar de idea a un levjaner como Yvaylo; y por otra parte, tal vez no pudiese abatir a Louis en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, pero más de la mitad del Arkel no podía decir lo mismo, porque al igual que Casandra, Atalia había participado frecuentemente en enfrentamientos especialmente sangrientos y con el mismo nivel de sanguinaria habilidad que cualquier guerrero devliano de la antigüedad. La diferencia entre Atalia y Casandra, era que la primera era menos discutidora y más bien del tipo silencioso, aunque algunos decían que la diferencia era más simple, y era que Casandra estaba loca y Atalia no. Otra habilidad de Atalia era que, siendo una Elski, Yves solía enviarlas en misiones de espionaje, para lo que se requería paciencia y sutileza, Atalia siempre había sido una de sus mejores opciones porque tenía ambas cosas, mientras que Vajda si bien poseía sutileza, carecía de paciencia, y Casandra no tenía ninguna de las dos cosas, por lo que solía ser apoyo táctico.

El asunto fue que Atalia ignoró el comentario de Yves, y se introdujo con la mencionada sutileza en la cabeza de Louis para evitar que hiciese cualquier cosa que Yves encontrase inapropiada.

 

Aunque Alexander había estado evitándola, en cuanto habían llegado a aquel lugar, Vajda había buscado quedar muy cerca de él, algo por lo que Casandra la había fastidiado.

  • Veamos Debreczeni – comenzó llamándola como lo hacía cuando estaba molesta con ella – Te has pasado los últimos meses diciendo que no hay caso y que lo mejor que puedes hacer es alejarte de él. Explícame entonces…
  • Es nuestro sizvitel y nuestro deber es protegerlo
  • ¡Ah claro! En ese caso, yo me ocupo de ese sizvitel quien, por cierto, no necesita protección y tiene mucha, y tú ve a hacerlo de algún otro




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