La Dinastía (libro 11. Vannya)

Cap. 69 Despedida

 

Como Viorica se había visto obligada a apartarse después que Lucía la golpease, o habría quedado en medio del salvaje enfrentamiento que estaba teniendo lugar, Lucía si bien seguía queriendo despacharla, había tenido que atender a lo inmediato, y aunque quizá no tuviese la fuerza de un hombre, definitivamente sí el espíritu guerrero del que había sido, de modo que no les estaba yendo bien a quienes la enfrentaban. Sin embargo, de pronto sintió como si estuviesen tirando de ella y pensó:

  • Bien, veamos entonces qué es lo que piensas hacer, desgraciada
  • ¡Sesviatsky!

La voz de Louis penetró como un trueno en la mente de Iván, aunque no habría sido necesario, porque tanto él, como Yves, Radek y Lucien, permanecían atentos.

  • Estoy en ello, niño – escuchó Louis

La soberbia fuerza combinada de todos aquellos hombres, había logrado empujar a casi todos los Gorkier hacia el lugar que había establecido Yves, y este comenzó a dar órdenes a quienes debían entrar en acción en ese momento y éstos acataron la misma con excepción de Lucien, pero en su caso, no era que fuese especialmente importante, porque si bien tenía bastante dominio de las mentes ajenas, su don no era exactamente ese, aunque proviniese del mismo elemento.

Todos los que eran portadores del control mental en mayor o menor grado, se aplicaron a destruir las cabezas de las criaturas, y una vez conseguido:

  • ¡Ahora! – ordenó Yves

Los portadores del elemento fuego, descargaron toda la furia del mismo sobre ellos, y al menos Yvaylo, Darko y Axier, quienes podían atravesar columnas de llamas sin sufrir daño, lo hicieron comprobando que los cuerpos de los Gorkier efectivamente ahora sí se convertían en cenizas.

Aun quedaban algunos que no habían podido ser empujados hacia el lugar, pero aquello era de más fácil manejo, la preocupación de Yves era lo dicho por Radek en el sentido de que Viorica podía hacer aparecer muchos más, así que dio la orden a sus hombres de mantenerse atentos.

  • No es así de fácil, Ynli – le dijo Radek
  • Pero dijiste…
  • Sé lo que dije, pero para ello debe necesitar efectuar algún ritual que desconozco, pero sé que no es simplemente convocarlos y que se presenten
  • Bien, pero aún quedan y…
  • Olviden eso – los interrumpió Iliar y señaló un punto cercano al acantilado

Los corazones se les detuvieron, y no solo a ellos, sino a cualquiera que estuviese mirando, porque Lucía estaba de pie a pocos metros de Viorica, mientras que Iván y Lucien ya corrían hacia allá.

 

Si bien Yves estaba clarísimo en el hecho de que ellos nada podían hacer, porque cuando había hablado con Radek de aquel inevitable enfrentamiento, y había hablado mucho, tanto, que Radek ya lo había amenazado con cortarle la lengua si volvía a mencionarlo, le había dicho que el motivo por el que nadie más podía inmiscuirse, era por la condición de Viorica. Ellos eran devrigs y ella una vidmagy, pero, además, una Siglair, y para más señas, una sherjä, así que no tendrían ninguna oportunidad. Por si todo esto no fuese suficiente, era la que había puesto sobre Lucía el maldito conjuro que la había enviado tan atrás que había traído de vuelta a Mikha, y aunque ya lo sospechaban, estaban comprobando que también tenía algún control sobre la energía de Lucía, de modo que ella era la única que tanto por eso, como por ser una Siglair de línea directa, podía enfrentarla para resolver lo anterior. En todo aquel discurso había algo que no le cuadraba a Yves y nunca lo había hecho, y era que Lucía era una vidmagy, y que no por serlo se suponía que pudiese matar a una sherjä, y cuando se lo había planteado a Radek, éste se había limitado a decir que él no había dicho que Lucía fuera a matar a Viorica, sino a enfrentarla con el único fin de recuperar su energía en el punto donde Viorica se la había arrebatado. Lo anterior, por supuesto, dejaba un enorme agujero en la historia, porque suponiendo que Lucía pudiese hacer aquello, Viorica seguiría viva, y eso, era un problema de dimensiones catastróficas, porque seguiría queriendo matar a Lucía.

Sabiendo todo esto, se desesperó lo mismo, pero igual dio rápidas instrucciones a los comandantes de grupo para que se ocupasen de acabar con los Gorkier que quedaban y luego corrió hacia donde ya lo estaban haciendo lo demás, porque si Lucía lograba regresar, aun tendrían que ver cómo se las arreglaban para que Viorica no causase más desastres.

Aunque Iván, Lucien y Louis eran los primeros que habían emprendido la carrera, todos vieron como si hubiesen chocado violentamente contra algo, la cuestión era que ese algo, no era visible para nadie. Aunque Iván y Louis se levantaron, ya que habían caído al chocar contra la barrera invisible, Lucien no, así que cuando los demás llegaron hasta ellos, Iziaslav fue quien se desesperó.

  • Syn – dijo arrodillándose a su lado

Sin embargo, Lucien estaba inmóvil, y aunque tenía los ojos abiertos, parecía…

  • ¡Syn! – exclamó Iziaslav ahora sacudiéndolo

A pesar de que todos estaban pasando por la misma angustia, Alexander fue quien conservó la suficiente calma como para evitar que Iziaslav en medio de su desesperación, lastimara a Lucien.

  • Abuelo, no voy a decir que esté bien – puntualizó y eso era obvio, porque la mancha de sangre casi había cubierto toda su ropa – pero está vivo
  • ¿Hijo estás seguro? – preguntó Dylan




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