La Dinastía (libro 11. Vannya)

Cap. 71 ¿Final?

 

Irakli y Henri eran unos de los más poderosos, después de Iván, Henri más que Irakli, pero ambos tenían heridas de cierta consideración y comenzaban a debilitarse. Y quien estaba casi a la misma altura de Iván era Yves, pero tenía en su contra su condición, y debido al supremo esfuerzo que estaban haciendo todos, en sus ojos ya comenzaban a verse las huellas de la rotura de los capilares, pero aquel individuo era un monumento a la terquedad y de ningún modo iba a ceder ni un milímetro ante aquella desgraciada mujer. Radek intentó advertir a Iván con relación a Yves, pero en ese momento vieron el ataque que había lanzado Viorica sobre Lucía, y en esta ocasión sí lo vieron todos, presumiblemente, como pensaría Iván, porque fue lanzado con tanta intensidad que la energía se desaceleró al punto de casi adquirir masa.

Viorica había registrado el violento ataque de Lucía, y aunque todavía no terminaba con los demás, respondió con igual violencia.

Aunque nadie vio el de Lucía, suponían que había contraatacado, tanto por las chispas que comenzaron a saltar, como porque vieron que Viorica salía despedida a varios metros, pero también verían con consternación, que Lucía había caído, algo más bien normal teniendo en cuenta que sus heridas aún no habían sanado del todo.

Las cosas para los Saint-Claire en general tampoco era que estuviesen de lo mejor. Sofía se mantenía en pie por pura terquedad, de manera que Armand estaba a punto de ocuparse de ella, cuando Aureliè le dijo que ella lo haría, de modo que él fue a atender a los chicos que habían caído comenzando por Henri. Como Atalia había caído un momento antes, Louis que había estado siendo retenido por ella, intentó correr hacia Lucía, pero Alexander lo detuvo apenas con tiempo, porque fue en el momento en el que los ataques de Viorica y Lucía estaban en plena ejecución, y aunque Louis decidió ignorar el peligro que suponía acercarse con aquellas peligrosas chispas saltando en todas direcciones, Alex y no sabiendo la naturaleza u origen de las mismas, sabía que era por demás riesgoso que alguien fuese alcanzado por éstas.

Radek había aprovechado para acercarse a Yves con intención de ver qué podía hacer por él, pero si bien estaba como él había supuesto, es decir, con los ojos en extremo enrojecidos, como también estaba era furioso y acababa de obsequiar a Ryzard con un puñetazo y casi le acomodo uno a Radek también, pero Iliar lo había detenido, y como con aquel la cosa era más complicada por ese camino, Yves se tranquilizó un poco.

  • Solo intento ayudarte, rybik, tranquilízate – dijo Radek en un tono sedoso que al menos Yves conocía bien, pero como en verdad él estaba de un humor asesino, no contestó de buenas
  • Si quieres ayudar, haz algo útil como asfixiar a esa perra desgraciada y déjame a mí en paz

Radek no le estaba prestando atención, sino que hacía todo cuanto podía por reparar en algo el daño, pero sabía que, aunque aún no se había convertido en una hemorragia intracraneal, si Yves seguía como iba, las cosas podían complicarse.

Nadie había visto llegar a Aleksèi, pero cuando algunos lo vieron, se preguntaron qué demonios hacía él ahí, mientras que los gemelos Korsacov, por ejemplo, sabían que Aleksèi tenía un fuerte lazo con los aykeris, y siendo que Lucía estaba en un muy auténtico peligro, era eso sin duda lo que lo había arrastrado hasta allí, algo afortunado, además, pues estaba ayudando con Irakli y Atalia.

Mientras todo lo descrito estaba sucediendo en forma paralela, Lucien junto con Dylan, Louis, Derek, Michel y Alex, habían sido los primeros en llegar donde había caído Lucía, aunque luego serían seguidos por los demás.

Lucien, quizá por primera en su vida, no estaba muy seguro de qué hacer y experimentó un sentimiento enterrado muy profundo en su ser. Miedo. Esto obedecía a que Lucía estaba muy pálida, tenía los ojos cerrados y sus heridas parecían haberse abierto nuevamente. Sin embargo, sujetó su cabeza y la llamó, pues en medio de su angustia, logró percibir que su energía seguía allí. Lucía abrió los ojos, pero no parecía mirar a nadie, lo que disparó aún más la angustia general, aunque un momento después, a pesar de no estar mirando a nadie, se dirigió a su hermano y todos pudieron escuchar aun cuando no estaba verbalizando nada.

  • Alex, si no lo logro…
  • Lo harás – transmitió, aunque solo los Saint-Claire lo escucharon a él
  • ¡No! – había exclamado Lucien y con más bien escasa delicadeza, hizo que ella lo mirase – No puedes y no te darás por vencida
  • Estoy…
  • Ahorra aliento, tienes que levantarte y…
  • Luciano por favor – intentó Dylan
  • Cierra la boca – le ordenó él para asombro de los demás y no por la orden, sino por el tono y la enorme vibración negativa que si era extraña, era por estar dirigida a Dylan – Esta es tu misión – continuó con Lucía aunque en un tono diferente – yo estoy dispuesto a hacerme matar si con ello contribuyo de alguna manera a ayudarte a alcanzar tu objetivo de preservar el mundo que antes contribuimos a destruir, pero… – y en este punto el asombro general creció a límites estratosféricos al ver que lo que parecía impedirle hablar, eran las lágrimas –  si te rindes y pierdes, también pierdo yo Lucía, no solo a ti, sino un motivo para seguir viviendo

Michel que siempre había tenido serias dificultades no solo para guardar silencio, sino para estarse quieto, había corrido en busca de su hermano, pero al ver a Aleksèi, lo había arrastrado con él sin una explicación que, en cualquier caso, el veldeky no necesitó al ver a Lucía. De manera que había estado atendiendo sus heridas, pero al escuchar la última frase de Lucien, él también se había quedado paralizado.




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