La Dinastía (libro 11. Vannya)

Cap. 76 Heridas abiertas

 

La mayoría de los primigenios que habían participado en el reciente enfrentamiento, habían salido casi ilesos en comparación con los demás, las excepciones eran las que sabemos, pero al llegar al Haigala y mientras esperaban noticias de los que habían ingresado en estado crítico, si bien todos estaban en tensión y tenían clavadas las miradas en las puertas de las salas de atención, Anatoly se acercó a Istvan.

  • Kicyk, no creo que tengamos noticias muy pronto, así que vamos a buscar a un lijenik que te atienda

Aquello obedecía a que, aunque Istvan no estaba desangrándose como algunos otros, siempre se había agenciado un par de heridas que no se veían precisamente bien. Sin embargo, aquel individuo era un primigenio y ni siquiera se había dado por enterado, pero como tampoco era portador de la terquedad de su hermano, por ejemplo, asintió. No obstante, cuando se estaban girando escucharon a Iyul.

  • ¿Dónde está Radek?

Todos lo miraron, primero por la alteración en su voz, pero con rapidez entendieron, o al menos los que tenían más años, el porqué de la misma, pues recordaron que cientos de años atrás, y cuando Mikha había muerto, Radek había desaparecido, y siendo que Mikha acababa de morir de nuevo, aquella era una posibilidad. A pesar de que para algunos aquello podría haber sido fantástico, pues nunca habían soportado a Radek, no sucedía lo mismo con los primigenios, de modo que Istvan se olvidó de sí mismo y dio rápidas órdenes en el sentido de ubicarlo, pero no se conformó con ello, sino que él mismo se dirigía a ello cuando Kolya, que hablaba poquísimo, pero era muy observador, lo detuvo.

  • Lavny, Radek está allí dentro – dijo señalando una las salas de emergencias
  • ¿Resultó herido? – preguntaron tanto él como Kireg con extrañeza

Lo anterior obedecía a que, primero conocían bien la velocidad de aquel sujeto, y segundo, porque también sabían que habitualmente Radek atacaba incluso sin necesidad de acercarse a sus víctimas.

  • No, no creo que lo esté, pero en esa sala es donde están atendiendo a Saint-Remy

Aquello lo entendieron un poco mejor, e incluso Istvan cruzó los dedos para que, en aquella ocasión, Yves consiguiese lo que no logró en la anterior, es decir, que Radek no desapareciese de nuevo.

Después que Istvan fue atendido, y aunque el lijenik le recomendó descansar un poco, pues una de las heridas la había recibido en la pierna y ésta había tenido un resultado similar al de haber sido alcanzado por un proyectil, Istvan no se marcharía hasta no haber recibido todos los informes acerca de los heridos, y solo después que pudo ver un momento a Lucía.

No obstante, apenas había tomado un baño y se disponía a recostarse un momento, cuando Kayko lo había hecho partícipe de lo sucedido entre Dylan y Henri, de manera que se olvidó del descanso y corrió al Haigala. Cuando llegó, ya se habían llevado a Dylan, de modo que fue a ver a Henri, pero aún estaba siendo atendido todavía.

  • Perdimos la oportunidad de que el Rybik nos librase de ese klaviec

Todos sin excepción, miraron casi con horror a Aritz que era quien había dicho aquello. Una parte de los levramzyks que estaban por ahí, lo primero que se preguntaron fue qué porquería le habían dado los lijeniks al silencioso Aritz para que no solo hubiese hablado, sino que lo hubiese hecho en aquel tono. La mayoría de los miembros del Arkel siempre se mostraban muy reacios a que les inyectasen cualquier clase de droga, aunque estuviesen muriendo del dolor, pues aparte de que sabían que tendrían que darles mucha debido a que sus sistemas las procesaban a mucha velocidad, aquello les nublaba el juicio. Mientras que los primigenios presentes, y aunque demoraron unos segundos, entendieron más de prisa.

Aunque ya Henri llevaba muchísimos años siendo un levramzyk primero, y otros muchos desde que había sido ascendido a levjaner, recordaron que quien más oposición había hecho a ambas cosas, había sido Aritz. La razón para ello no era exactamente por lo que había sido, aunque estaba relacionada, sino por quien había sido su izbretel, y lo ponía más enfermo todavía recordar quién le había servido de zsameni.

En la época en la que Dert Branevich había desertado, los devlianos estaban muy lejos de ser buenos vecinos, y ciertamente no lo eran de los Lothian, pero la desgracia de Dert, como la llamaba Anatoly, había estado en toparse con la mujer que le desgraciaría la vida, y de haber sido un ikedev, de hecho, se la habría quitado.

Bien mirado, si se hubiesen quedado quietos en su territorio o en cualquier otro de los ya conquistados, aquello no habría sucedido, porque ocurrió en una de las cruentas persecuciones organizadas por Iziaslav en contra de Swaney.

Como se explicó en una ocasión, Swaney había sido un picto perteneciente a la confederación de tribus celtas que habitaban el norte y el centro de Escocia. Los pictos eran feroces guerreros, pero a diferencia de los devlianos, su afán no era el de la conquista, sino la defensa de sus territorios, mismos que igual terminarían perdiendo hacia el siglo IX a manos de los vikingos y luego de los escoceses. Sin embargo, la pequeña tribu de Swaney sobrevivió libre y tuvo la poco saludable idea de irse a molestar a individuos tan obstinados y que le llevaban mucha ventaja en el arte de la guerra y campañas de conquista, como Iziaslav y Avitzedek.




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