Cap. 07 Detenidos
Todo lo antes expuesto era lo que había sucedido en las horas y días siguientes al enfrentamiento con Viorica, pero si bien Iván e Yves seguían es entado crítico y nadie estaba muy seguro de que pudiesen lograrlo, había cosas por hacer y asuntos legales que atender, de manera que, con mucho pesar, Istvan llamó a Darko.
A pesar de que Darko estaba perfectamente al tanto de los asuntos pendientes, la preocupación por su hijo lo había mantenido alejado de Levzheir e incluso de Illir, pero cuando entró a la sala de reuniones, sintió el malestar por haber abandonado sus obligaciones, algo que fue perfectamente captado por los presentes.
- No tienes por qué sentirte mal, Darko, eres padre y entendemos la situación – dijo Milorad
- Créeme cuando te digo que soy el primero en lamentar tener que hacerte venir en las presentes circunstancias, Darko, pero si bien necesitamos información, lo que no pretendemos es que te hagas cargo…
- Istvan, sé cuál es mi obligación, y sí, estoy mortificado por mi hijo, pero él sería el primero en apalearme si supiese que por su casusa he descuidado mi deber
A diferencia del común, la muerte no era algo que esperasen con la resignación que lo hacían los ikedevs, y menos desde que la maldición Siglair se había levantado para aquellos que llevaban sangre Yaroslávich. Sin embargo, en la actualidad estaban lidiando con aquella posibilidad y era naturalmente doloroso, pero lo más penoso para los presentes, fue percibir el dolor en Darko a quien conocían bien, y por más que intentase sobreponerse, especialmente para Istvan, estaba resultando casi inmanejable, ya que aquel no era el Darko que conocía y al que habitualmente quería apalear por su tendencia al anarquismo y su talante burlón.
No obstante, con ánimo o sin él, se dedicaron a lo que tenían entre manos que no era poco. En la reunión estaban presentes Kayko y Haidar, el primero por su posición en la coordinación de operaciones, y el segundo por ser quien manejaba las bases de datos.
- El primer punto en la agenda, es lo concerniente al grupo ikedev – comenzó Milorad en un intento por ayudar a su hijo que aun luchaba por controlar lo que estaba percibiendo – Kayko por favor
- De acuerdo a las investigaciones, tenemos detenidos no solo a los cabecillas del mismo, sino a algunos miembros importantes, aunque menores, de la organización, y cuya importancia radica en que estaban al tanto de nuestra naturaleza, o al menos de la información algo inexacta que manejaban Holzinger y los otros.
- Número – dijo Kireg
- Ciento diez, sarì
- Demasiados – opinó Anatoly
- Efectivamente son muchos, pero como dije, la información que tienen es más bien escasa, y ninguno estaba al tanto de la operación principal y ni siquiera tienen idea de la existencia del laboratorio que destruimos – continuó Kayko
- ¿Están seguros de eso? – preguntó Aritz
- Tan seguros como podemos estar, sarì, ya que los interrogatorios fueron llevados a cabo por Liever y sus chicos, incluidos Émile y Mihály
- ¿Mihály? – preguntó Misha
- Sabemos que no puede hablar, sarì, pero sabes que eso no es obstáculo para que se introduzca en cualquier cabeza por obstinada que esta sea, y la de un ikedev no lo es tanto en realidad – aclaró Kayko, aunque la extrañeza de Misha no obedecía a eso, sino a que sabían que Mihály estaba cumpliendo con la asignación dada por Iván de vigilar a Juliet
- De acuerdo, pero por poco que sepan, pueden ser un problema – opinó Anatoly
- En opinión de Liever, se puede efectuar un barrido de memoria sin que esto los afecte demasiado, pero, además, implantar una orden para que cualquier cosa que pudiesen escuchar relativa al tema, sea desechada sin más trámite
- ¿Istvan? – preguntó Darko
- Si eso es posible, sería una alternativa, pero debe contar con la aprobación de Iziaslav – contestó él – ¿Cuál es la situación de los otros?
- Holzinger está definitivamente trastornado. Ha sido imposible mantener una conversación medianamente coherente con él, porque todo el tiempo está repitiendo tanto lo que sabe, como lo que imagina, sumado a lo que podría hacer si pudiese replicar nuestro ADN. En suma, un conjunto de imposibilidades que, aun suponiendo que saliese de donde está y volviese a su entorno, con seguridad sería encerrado en alguna institución para enfermos mentales
- Suponiendo que no hubiese alguien que le creyese como lo hicieron los otros – dijo Aritz
- Es muy improbable, sarì, porque a juicio de Liever, nosotros entendemos porque sabemos que parte de lo que dice es cierto, pero su coherencia es discutible y su alteración muy obvia como para que alguien diese por cierto o siquiera interesante lo que dice
- Aun así, creo que sería un riesgo dejarlo en libertad – dijo Darko
- Romperle el cuello sería lo mejor – opinó Iliar quien naturalmente era quien menos inclinado podía estar a sentir misericordia por quien lo había secuestrado
- Es un ikedev, haryk – dijo Itlar
- ¡Es un nekasny que…!
- Iliar – intervino Edin – Yo también estuve ahí y pasé por lo mismo que tú, pero ambos sabemos, o al menos yo lo sé, que hay individuos que en nombre de la ciencia son capaces de muchas atrocidades que no ven de ese modo, aunque lo sean, pues ellos solo ven avance donde todos vemos insania mental. Sin embargo, no nos asiste el derecho a privar de la vida a un ikedev, porque no están sujetos a nuestra legislación, pero, además, ya sus vidas son muy cortas, y en el caso de éste en particular será, además, miserable por el tiempo que aun pueda vivir