La Dinastía (libro 12. Milyk et Vörkessel)

Cap. 14 Más o menos normal

 

Después del controvertido Adestrarshy, Lucía había regresado obedientemente al Haigala, de modo que al día siguiente estaba terminando de desayunar, cuando entró alguien a quien no esperaba ver.

  • ¿Radek?

Hubo cierto momento de tensión, porque como le había venido ocurriendo en los últimos días, por su mente pasaron algunas imágenes que parecían retazos de su vida que no tenía registrados, pero después de las primeras veces que había ocurrido, los veldekys, informados por Istval de aquella novedad que la tenía muy confundida, decidieron explicarle las condiciones en las que la habían encontrado casi un año atrás.

  • Espera – había detenido ella a Aleksèi que era quien había sido designado para dar las mencionadas explicaciones - ¿Dices que creía que era tío Mikha?
  • No lo creías, sino que en realidad lo eras

No le resultó tan difícil a Lucía entender lo sucedido, pues manejaba el asunto de las energías, lo que le resultó fue sorprendente enterarse de que la suya era la misma de alguien a quien sin conocerlo había querido y admirado.

  • Lo que demuestra que te quieres mucho tanto ahora como antes – había dicho Istval
  • Estúpido

Aunque había contestado de aquella manera, en verdad se había emocionado al saber aquello, y también había dejado de mortificarse por las imágenes que invadían inopinadamente su mente, pues ahora sabía que no estaba imaginando nada y que todo aquello había ocurrido en realidad. Sin embargo, en cuanto su mirada se cruzó con la de Radek, sintió la tristeza de éste casi como un golpe físico, pero aparte de que tuvo el buen juicio de no hacer ningún comentario desagradable, prestó atención a las antes mencionadas imágenes que se colaron de nuevo, y fue muy consciente del fuerte lazo que la unía a Radek.

  • Fuera todos – ordenó Radek sacándola con brusquedad de sus pensamientos
  • Vamos hombre, no…
  • Si tengo que repetírtelo una vez más, no van a gustarte las consecuencias, Istval – lo interrumpió – Y adviértele a tu niño, que es mala idea disgustarme – agregó refiriéndose a Irakli

Como Lucía no dijo nada, Istval ordenó a todos abandonar la habitación, y se alegró de que, en aquel momento, Louis hubiese ido a ver a Henri. Una vez solos, Radek hizo una petición antes de acercarse a la cama.

  • Cierra los ojos
  • ¿Por qué?
  • Porque debo hacer algo y…
  • No es por eso – lo interrumpió ella – tienes miedo de mirarlos y ver lo que sabes que verás, pero no puedes evitarlo Radek. Sé que no te gusta lo que ahora soy, pero sabes que sigo siendo yo. Tal vez en una materia diferente, pero la energía es la misma

Aunque había estado evitándolo, finalmente la miró y con posterioridad entendería que ahí estuvo lo que calificaría de error, porque a partir de ese momento no podría deshacer un lazo que creía perdido. No obstante, como no notó exactamente eso, en aquel momento, se refugió en su habitual mal carácter.

  • ¿Me dejarás hacer lo que vine a hacer o no?
  • No te lo estoy impidiendo, aunque me gustaría saber qué es eso que…
  • ¿Puedes callarte?
  • Sabes que no – contestó ella y una sonrisa maligna se dibujó en sus labios – y lo sabes mejor que nadie

Radek intentó ignorarla, pero en verdad ella podía ser muy irritante y ciertamente, como había dicho, él lo sabía mejor que nadie, pero como no lo dejaba concentrarse, finalmente se hartó y comenzó a sacudirla.

  • Puedo darte un puñetazo y ponerte a dormir
  • Puedes, pero no lo harás, porque ahora soy una chica y… aunque, a decir verdad, ya lo hiciste – dijo cuando la imagen se presentó con claridad – Algún día voy a devolverte el favor, y podría decidir que ese día fuese…
  • ¡Mik…!
  • ¿Sí? – dijo ella de nuevo con la sonrisa
  • Escucha – intentó tirando de su cada vez más exigua paciencia – tienes un problema, y como supongo que quieres salir de aquí, porque no te gusta el encierro, harás silencio y cerrarás los ojos de una maldita vez
  • ¿Y es que acaso no puedes hacerlo si tengo los ojos abiertos?
  • Bien, como quieras. Me marcho – y comenzó a caminar hacia la puerta solo para verse violentamente detenido

Con algo de retraso recordó que ahora que ella estaba en posesión de su consciencia como Lucía, también lo estaba del control de sus poderes.

  • ¿Ahora tengo tu atención? – le preguntó con malignidad, pero Radek no podía ni hablar ni moverse – Primero, quiero saber qué es lo que vas a hacerme, y después decidiré qué haré yo ¿nos entendemos? – le preguntó permitiéndole hablar

Aunque Radek todavía discutió otro rato, porque no era que él fuese mucho mejor que ella, finalmente le dio una sucinta explicación.

  • ¿Entonces en verdad tengo la energía… dañada? – preguntó ella al final
  • No es dañada exactamente, es más bien como… sucia o contaminada
  • ¿Y es lo mismo que les sucede a Iván y a Yves?
  • Más o menos, sí
  • ¿Más o menos? – insistió – Y, en cualquier caso ¿por qué a ellos?
  • No solo ellos, fue algo que les sucedió a todos los que entraron en contacto con la energía de Viorica
  • No puede ser, porque mis hermanos…
  • Error, ellos te estaban ayudando a ti, pero quienes atacaron a Viorica, fueron Yves, D’Albret, e Iván. Sin embargo, si bien la energía de D’Albret entró en contacto con la de ella al poner tanto empeño en localizarla y ella lo atacó en forma violenta, Yves e Iván estuvieron mucho más expuestos, pero fueron Iván y tú los que mayor exposición tuvieron a su perniciosa esencia
  • ¿Y puedes hacer por ellos lo mismo que harás por mí?
  • Ya lo hice. Yves ya está bien, o al menos lo suficiente como para ir por ahí haciéndole la vida miserable al prójimo. A D’Albret lo vi anoche y ya hoy podrá abandonar el Haigala, porque, además, aunque no lo parezca, es muy resistente. Y tú lo estarás cuando dejes de hablar y me permitas hacer mi trabajo
  • ¿Y qué sucede con Iván?
  • Su caso es… diferente
  • ¿Por qué?
  • Digamos que, aparte de lo que ya te expliqué y que estuvo a punto de morir por ello, hay también un componente…
  • ¿Un componente qué? – insistió cuando él dejó la frase inconclusa
  • Emocional, pero es algo que solo le concierne a él
  • Pero tú lo sabes
  • Eso no viene al caso




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