La Dinastía (libro 12. Milyk et Vörkessel)

Cap. 16 Mahiro

 

Los portadores del elemento primigenio, compartían entre sí la habilidad de ingresar, casi sin proponérselo, a las mentes ajenas, pero, y siendo como es el Éter, aquel de donde todo procede, si bien compartían lo primero y era lo más destacado en ellos, también podían ser dotados con una habilidad específica que no era compartida por todos. Así, por ejemplo, Lucien podía percibir la esencia y cualquier estado de la misma, algo que había desarrollado poco hasta que fue a entrenarse con los svetsniks. Sin embargo, otros podían tener habilidades como la precognición, la telepatía, la retrocognición, la psicometría, o como en el caso de Iván, el manejo de la energía en general lo que le daba no solo un dominio excepcional de las mentes ajenas, sino de la energía circundante pudiendo utilizarla en favor o en perjuicio de su blanco.

Cuando fueron víctimas de la maldición, y como ya se explicó con anterioridad, ellos asumieron primero, que todos lo habían sido, aunque luego comprobarían que no había sido así, de modo que pensarían que solo aquellos muy leales al Hlavary, o la familia de éste, y por eso, habían resultado afectados como era el caso de los levjaners. Con el paso del tiempo, surgiría en principio algo que solo fue una teoría, y era que quienes habían sido afectados era porque llevaban en sus venas sangre Yaroslávich. Aquello explicaba el por qué unos sí habían sido alcanzados y otros no, por muy leales que fuesen, así como el hecho de que entre los Savaresce hubiese casi tantos como entre los Yaroslávich, mientras que los Lothian eran muchísimos menos, ya que la familia de Swaney parecía haberse extendido mucho menos.

Dado lo anterior, y con los adelantos que habían alcanzado en materia científica y tecnológica en el área de la genética, habían podido establecer con precisión quienes llevaban sangre Yaroslávich desde su nacimiento, y había un personaje muy curioso, cuyo nombre era Mahiro, que entraba en esta clasificación.

Mahiro era un primigenio y un Yaroslávich de sangre, ya que era hijo de Leda, una de las hermanas de Iziaslav que había sido intercambiada por uno de los krasnilev de Iolan poco antes de que este falleciese. La chica había sido entregada al hijo de un guerrero de alguna importancia en aquella tribu y por eso sobrevivió, pero no lo hizo al último parto, y siendo que Mahiro había nacido con una discapacidad, misma que no descubrirían hasta que el niño tenía alrededor de un año, la esclava que cuidaba de los pequeños, decidió que, si el chiquito tenía una oportunidad de sobrevivir, no sería allí, porque los niños que nacían con algún defecto físico, eran sacrificados porque no resultaban útiles, así que decidió llevarlo con sus parientes maternos antes de que lo sacrificasen.
La verdadera suerte de Mahiro estuvo en que para entonces ya Iziaslav era el Hlavary, porque si aun hubiese sido Iolan, las buenas intenciones de la mujer habrían sido inútiles, pues Iolan tenía la misma sana costumbre y consideraba a los discapacitados, una carga para la tribu.

Iziaslav lo recibió aun en contra de las opiniones de algunos krasnilevs de la época, pero tal vez, si hubiese sabido los muchos dolores de cabeza que le iba a suponer hacer aquello, quizá habría escuchado a sus hombres y no porque el chico en sí mismo los diese, y quien los daría sería Lucien.

Ya Iziaslav había pasado por el trago amargo de tener que soportar la asociación de Lucien con Atka, el hijo del mejor fabricante de arcos que tenían, porque si bien Iziaslav no era Iolan y no habría ordenado la muerte del niño, tampoco veía con buenos ojos que su hijo perdiese el tiempo yendo a todos lados con aquel chico quien a diferencia de Radek, por ejemplo, que era fuerte y poderoso, aunque no fuese hijo de un levjaner, y era un inmejorable guerrero y guardián para Mikha, Atka nunca le serviría de nada a Lucien.

Como todo con Lucien, Mahiro se convertiría en otro dolor de cabeza, al menos por un tiempo, porque si bien Lucien no sabía quién era y, en realidad, ni siquiera tenía idea de su existencia, en una ocasión, teniendo alrededor de seis o siete años, escucharía una conversación entre unos levramzyks que cambiaría las cosas.

Lucien no era de la clase, y no lo había sido nunca, que pudiese estarse tranquilo por mucho tiempo, y una de las pocas veces que lo estaba, era justamente cuando estaba en compañía de Atka. Como sabemos también, los niños devlianos no tenían mucho tiempo para serlo, ni jugaban como lo hacen los niños de ahora, pues sus juegos eran más bien entrenamientos, ya que consistían en enfrentarse entre ellos bien fuese en peleas cuerpo a cuerpo, o midiendo su destreza para montar y con el arco. Sin embargo, como obviamente Atka no era apto para ninguna de esas cosas, Lucien se entretenía en el taller, o fuera de él, fabricando arcos, algo que enfurecía tanto al padre como al hermano mayor del angelito, quienes protestaban mucho porque Lucien no era un vulgar artesano, como ellos lo calificaban. No obstante, Lucien se volvería muy hábil en aquello, y logró fabricar sus propios arcos y no utilizaba ningún otro.

La cuestión fue, que estando en aquella actividad, escuchó la conversación antes mencionada:

  • Apuesto a que el Hlavary va a deshacerse de ese niño

Por distraído que estuviese Lucien, al escuchar que mencionaban a su padre, prestó atención.

  • Si no lo ha hecho hasta ahora, no creo que lo haga
  • Por empezar, un lisiado no es útil, y sería muy estúpido de su parte no hacerlo, porque sabemos que solo son una carga, y si Iolan…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.