Desde que su situación había quedado aclarada, Janos había reanudado sus visitas diarias a Illir, pues de lo contrario, el irascible soberano se lo habría hecho pasar mal. Por lo anterior, era que había asistido a todo el drama anterior, pero una vez que Iziaslav los había desalojado a todos, y en cuanto se enteró que el Adestrarshy no sería convocado de forma inmediata, se marchó hacia el Haigala.
Los motivos para dirigirse allá eran dos. El primero, que los veldekys habían decidido inducirle un sueño profundo a Gianfranco debido a lo alterado que había despertado y temiendo una repetición del derrame. Sin embargo, no era que a él le interesase en forma particular como no le interesaba ningún Savaresce bueno, regular o malo, con la posible excepción de Gino y eso por las condiciones en las que se habían conocido, lo que demostraba, por cierto, que podía llevarse bien con un Savaresce si no fuese tan obstinado; la cuestión era que, lo que le interesaba era que Amaranta estaba allí, y si bien podía entender que ella estuviese preocupada porque aquel individuo era su hermano, lo que no pensaba permitir era que pasase una mala noche, ya que después de todo, no era que Gianfranco estuviese especialmente mal y solo habían decidido colocar su cerebro en reposo para evitar males mayores.
La segunda razón, era porque quería hablar con Haliq, para que éste a su vez lo pusiese en comunicación con Nadège. Como sabemos, el egoísmo es una característica humana en mayor o menor medida y dependiendo de la personalidad de cada quien, pero en un devrig la misma era exacerbada, así que, con independencia de que las cosas estuviesen algo revueltas, fuese a nivel familiar o de estado, sus propios intereses pesaban más, de modo que su urgencia por hablar con Nadège obedecía a que quería fijar la fecha de su matrimonio.
A pesar de que ya era algo tarde, aquel era un hospital y siempre estaba en actividad, y, por otra parte, aunque Haliq tenía una casa como todo el mundo, hacía poco uso de la misma y era muy extraño no encontrarlo a cualquier hora en el Haigala. Sin embargo, como Janos también sabía que era improbable que estuviese en su despacho, y no tenía ganas de ponerse a buscarlo por todas partes, se dirigió hacia el levramzyk de guardia.
Janos caminó hacia la cafetería y le extrañó ver tan poca concurrencia, pues las pocas veces que había estado allí, siempre había muchas personas. De lo que Janos se había perdido, era que desde el desastre causado por Derek días atrás, y habiéndose visto Haliq, en la necesidad de trasladar a los enfermos que estaban más delicados a otros centros asistenciales, era lógico que hubiese menos afluencia de personas allí. Lo que tampoco sabía Janos, ni los mismos veldekys, era que en breve Aleksèi iba a presentar un proyecto de ley, que declarase el Haigala como centro asistencial de uso exclusivo de los devrigs, derivando a los ikedevs hacia cualquier otro con la debida dotación y misma calidad de atención. Si Aleksèi había estado pensando en ello, era por la difícil tarea que tenían los levramzyks a cargo de la seguridad del Haigala, cuando se presentaban emergencias netamente devrigs como eran los casos de violentos ingresos de nyas encontrados en estado de abandono, o de razverevieds que eran mucho más violentos que los primeros, y más recientemente, cuando se había sucedido el enfrentamiento con Viorica que había dejado tan alto saldo de heridos, habían tenido que restringir incluso el acceso, pues en verdad a los chicos se les hacía verdaderamente imposible evitar que los ikedevs notaran lo que sucedía o viesen heridos con aspectos aterradores para ellos.
Janos no alcanzaría ni a pedir el café cuando se presentó Haliq. Aunque el levramzyks no había mencionado urgencia alguna, Haliq se había dado la misma prisa que habría tenido si el chico hubiese hablado de alguna emergencia.
A pesar de que Janos se veía bien, Haliq igual había hecho la pregunta, porque a él habitualmente nadie lo buscaba si no era porque se sintiese enfermo, con las posibles excepciones de Dylan y Michel, el primero simplemente porque era un individuo amable y era lo que todos consideraban la clase de príncipe que se preocupaba por mantener relaciones cordiales con todo el mundo, y en el caso de Michel era más un castigo que otra cosa, porque aquel incordio cuando aparecía, era con el único fin de enloquecer al objeto de su atención.
Aunque Haliq estaba al tanto de que la última vez que Janos había ido a verlo, era porque pensaba que estaba siendo víctima de un maleficio y él le había recomendado hablar con Nadège aun cuando sabía que no era así, también sabía que el maleficio ya había sido resuelto. Sin embargo, siendo que Haliq eventualmente podía mostrarse burlón, lo hizo.