La Dinastía (libro 12. Milyk et Vörkessel)

Cap. 31 Henri

 

La mente es esa parte del ser humano donde se desarrolla un conjunto de capacidades y procesos como la imaginación, la memoria y la percepción, por ejemplo. En los últimos meses, la de Henri había estado sometida a un terrible estrés, ya que entre la situación general que habían estado enfrentando, y la personal que, si bien no se suponía que fuese un peligro, lo era por lo que ya sabemos.

Aunque Henri era un individuo centrado y ecuánime, el sube y baja emocional al que había estado sometido, lo tenía exhausto, y en los dos días que llevaba encerrado, todo lo anterior había cobrado su cuota.

La noche del primer día, y como Lucien no había tenido ocasión de ordenar la incomunicación absoluta, y solo aplicaba para quien no fuese miembro del Arkel, Istvan había ido a verlo, pero saldría muy preocupado de allí, pues lo encontró tirado sobre la cama y casi parecía no estar ni ahí ni en ninguna parte, de manera que se planteó llamar a alguno de los veldekys, sin embargo, comprobaría que, a pesar de que parecía no estar, estaba, pues lo escucharía en cuanto pensó en ir por un veldeky.

  • No vale la pena. Ni ellos ni nadie puede hacer nada por mí

Aun cuando Istvan lo intentó, no lograría que dijese nada más, de manera que se marchó sumamente angustiado. Le extrañaría poco cuando le informaron que Henri había rechazado no solo la comida y habían retirado todas las bandejas intactas, sino hasta el agua, algo esto último que, si era vital para cualquier ser humano, mucho más para ellos, aunque nunca habían sabido por qué, así que los jarrones de agua que se cambiaban periódicamente teniendo en cuenta lo vital que les era aquel líquido, los retiraban sin que hubiesen sido tocados.

El día anterior a la sesión, Istvan se había acercado de nuevo, pero saldría de allí más preocupado si es que aquello era posible, porque, aparte de las condiciones físicas, que entre otras cosas, no tendrían por qué haberse deteriorado tanto en tan corto lapso, debido a su habilidad, pudo percibir también el enorme dolor de aquel hombre, y aunque ya había experimentado algo parecido en presencia de Dylan, éste al menos tenía un motivo para seguir viviendo, porque tenía a sus hijos, pero Henri no, así que parecía haber decidido morir, y por imposible que esto fuese, y con independencia de si podía o no, él ya había decidido que no tenía nada por lo que luchar. De modo que en esa ocasión sí se dio mucha prisa en llamar a un veldeky, y quien se presentaría sería Haris, algo que no le pareció lo mejor a Istvan teniendo en cuenta que aquel chico con dificultad hablaba. Con las cosas así, y de la forma más delicada que pudo, le pidió que por favor le llevase el mensaje a su padre para que se acercase, y él lo hizo.

Sin embargo, aquello no solo no sirvió de nada, sino que lo dicho por Haliq, solo contribuyó a sumar preocupación.

  • ¿Lograste estabilizarlo? – le preguntó
  • No, porque no hay nada que estabilizar, Istvan
  • ¿Cómo?
  • Aunque no lo creas, ese chico está muriendo y no hay nada que yo, o nadie, a decir verdad, salvo él mismo, pueda hacer
  • ¿Te estás escuchando? Es un devrig
  • Claro, pero también tiene una mente poderosa, y creo que ninguno de ustedes le ha prestado la atención debida a quienes manejan el poder del éter
  • ¿A qué te refieres?
  • Es un hecho que somos seres sobrenaturales, y no se aplican en nosotros la totalidad de las leyes de la naturaleza que rigen a todo ser humano común. No podemos morir de forma natural, y sabemos exactamente cómo podemos hacerlo, o cuáles son las condiciones para ello. Sin embargo, por muy sobrenatural que sea nuestra constitución, del mismo modo que no podemos sobrevivir si perdemos la cabeza, por ejemplo, tampoco podríamos si se detienen por completo nuestras funciones vitales, y antes de que me digas que todo en nosotros es susceptible a… reiniciarse, por llamarlo de alguna manera, si él, que es el caso que nos ocupa, decide que no quiere que se efectúe ese reinicio, le ordenará a su cerebro no hacerlo
  • Pero… eso…
  • Aunque no ha sucedido y no tengo pruebas, tampoco tengo dudas, porque como te dije, tiene una mente poderosa y sabemos que ese es el centro de mando
  • Pero… eso no es posible y se contradice con el natural instinto de conservación y supervivencia, así que…
  • Istvan – lo interrumpió Haliq – ¿Recuerdas cuando temías que el Rybik perdiese la razón ante el enorme peso de su dolor? – y él asintió – En aquella ocasión fui honesto contigo y te dije que era una posibilidad, pues esa es una de las armas del cerebro para proteger el resto del conjunto a su cargo, pero si bien el Rybik tenía a sus hijos y se aferró a ellos, no es el caso de Henri, ya que sabemos que él hizo de los Saint-Claire su familia, así que fuera de Louis y de ellos, no tiene a nadie más

Aquella conversación y como se dijo, solo preocupó más a Istvan, pero también tuvo ocasión de experimentar un sentimiento muy humano. La ira. Ira en contra de su propia gente, pues estaba muy consciente que varios de los miembros del Adestrarshy estaban en contra de Henri, eso sin contar a Lucien, y en su caso, en verdad Istvan estaba muy confundido, porque Lucien nunca, hasta ahora, había demostrado tener nada en contra de Henri y, por el contrario, sabía que, aunque al inicio se había sentido furioso tanto con él como con Richmond, por haber mantenido en silencio el paradero de Dylan, después había entendido y estaba agradecido de que lo hubiesen mantenido a salvo, así que no aplicaba para Henri la misma aversión que había sentido por Kendall Arlington desde el minuto cero, ni había dicho nada que los hiciese pensar que lo consideraba un peligro en ningún sentido. Aparte de lo anterior, y era lo que lo confundía todavía más, era que él había prestado la máxima atención, sin invadir los pensamientos de Lucien, sino utilizando su habilidad, y no había detectado el odio como sentimiento, que exhibía hacia Henri. De manera que, con respecto a Lucien, sí que estaba muy confundido.




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