La Dinastía (libro 12. Milyk et Vörkessel)

Cap. 35 Coincidencia

 

Yves estaba muy consciente de que por buenos que fuesen en diversas áreas, lo que difícilmente podían ser, era infalibles, de modo que, en atención a eso, era que siempre prestaba la mayor atención y se dedicaba con tanto ahínco a sus investigaciones.

La que lo ocupaba en la actualidad, y que sabemos que estaba orientada en primer término, a localizar a Casiano Savaresce, habiendo concluido que era quien estaba detrás de una poderosa maquinaria que presumían, de acuerdo a lo dicho por Lucien y Alexander, estaba dispuesta no solo a destruir a los Yaroslávich, sino a asolar el mundo, se había ido con el grupo de lijeniks a Zatvor.

No obstante, de los treinta y siete detenidos, entre los que se contaban trece mujeres, no se hallaba el que estaba buscando, aunque eso habría sido más bien difícil, pero en ninguna de aquellas cabezas encontró tampoco la imagen del susodicho. De modo que abandonaría el recinto penitenciario en estado de frustrada ira.

Como sabemos, Yves había sido transformado siendo poco más que un niño, y para la época no era que tuviesen muy claro que los niños tenían pocas posibilidades de sobrevivir a una transformación, de modo que, de haberlo sabido, posiblemente Iziaslav habría escuchado a Mikha y no se habría empeñado en que transformasen a aquel chico, porque como sabemos también, lo que había movido a Iziaslav a ordenarlo, era el parecido que había visto entre aquel pequeño agonizante y su hijo Lucien.

Por lo anterior, Yves había sido una especie de mascota para Mikha, algo que enfurecía a Andrei, y de no haber sido por la intervención de Iván, los pleitos entre aquellos dos habrían sido no solo más de los que fueron, sino mucho peores, pues como sabemos, lo que Mikha menos tenía era paciencia.

Si bien Yves había vivido en un medio empobrecido, a diferencia de Louis, sus padres sí lo habían querido, y siendo el menor, sus hermanos se mortificaban mucho por él, aunque ahora él no sabía si lo habían hecho por ser el más chico, por su condición que, aunque no la conocían, lo había hecho más frágil y las pequeñas heridas que se hizo fueron muy problemáticas, o porque el que vivía angustiado era su progenitor por la manía de Yves a meterse donde no lo llamaban; el asunto era que se había acostumbrado a la atención de sus parientes, de manera que, cuando ingresó a su nuevo mundo, si bien en un inicio se sintió solo y asustado, la atención de Andrei, en principio, y después la de los incordios mayores, no le dieron tanta ocasión para echar en falta a sus padres y hermanos.

Sin embargo, a la muerte de Mikha, el grupo se desarticuló, pues Radek también desaparecería al poco tiempo, y aunque Yves lo resintió, pudo continuar más o menos bien, pero cuando murió Andrei, ahí sí que el mundo pareció echársele encima; la ayuda de Iván sería crucial, y aunque Yves se marchó, no se desligó por completo de su raza como lo hizo Radek, sino que se dedicó a aquello para lo que era bueno contribuyendo a evitar desastres, pero se metió tanto en su trabajo que casi hizo a un lado su propia vida. De manera que Yves se convirtió en el individuo mejor calificado para lo que hacía, pero cuando los miembros del Arkel que no lo conocían, y los que lo hicieron cuando estuvo de vuelta, decían que Yves no tenía una vida, no andaban muy alejados de la realidad, pues él solo pensaba y respiraba trabajo y no tenía una vida social como tal.

Cuando Lucía apareció, trajo consigo al elemento de cohesión del antiguo grupo, así que, a pesar de la pésima situación que vivían, Yves sintió que recuperaba a su familia. No obstante, ahora que las cosas habían vuelto a la normalidad con Lucía, y aunque Radek no había salido corriendo, el grupo parecía haberse desbaratado de nuevo, porque Radek estaba, pero, aparte de que donde realmente se encontraba era pegado a la cama de Iván, o, a Nivi, Iliar más o menos la misma cosa, porque pasaba más tiempo en el Haigala que en ningún otro lugar; e Iván ciertamente no podía ir a ninguna parte, Yves se sintió nuevamente solo. De manera que, en cuanto se recuperó, se fue derecho a refugiarse en su trabajo, pero las cosas estaban saliendo muy mal en aquella materia.

Por todo lo antes expuesto, no era de extrañar que Yves se sintiese, furioso, frustrado y muy solo.

  • Sé que no me lo estás preguntado, pero deberías ir a descansar un poco, lavny – dijo Ziven cuando salieron de Zatvor

Aelio y Jacek le acomodaron un porrazo en la cabeza al necio aquel, porque si ya a Yves le fastidiaba mucho la preocupación que exhibían todos por su causa, era mucho peor si estaba furioso, pero Ziven no parecía haber aprendido aquello.

  • ¡Largo! – fue la respuesta de Yves

Los chicos se dieron mucha prisa en desaparecer, porque fuera de Ziven, los demás sí tenían muy claro que molestar a Yves, era el camino más corto para agenciarse una larga estadía en el Haigala si tenían suerte.

Una vez que Yves se deshizo de sus compañeros, consultó con Kayko si había alguna novedad con relación a Radek, y como éste le dijo que aún no, Yves emprendió la marcha, aunque sin rumbo fijo y hasta terminar en un lugar más bien impropio para ellos, donde tendría algunos problemas para entrar, porque Yves seguía pareciendo no exactamente un niño, pero si un joven adolescente que quizá por la complexión que exhibía, parecía que practicaba mucho deporte, pero su rostro gritaba fuerte y claro que con dificultad llegaba a los dieciocho, al menos para los ikedevs.

  • Eh, eh – lo detuvo uno de los individuos que estaba en la puerta
  • Vas t’en de mon chemin [1]– ordenó Yves de pésimo humor
  • Vediamo piccolo francese




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