Radek sacó de su cabeza la preocupación por lo que acababa de ver, y se concentró en la estabilización de Iván, mientras que Lucía tuvo que tranquilizarse primero, y luego sí se avocó a ayudar.
Los que esperaban fuera comenzarían a preocuparse al ver que, pasaba el tiempo y ninguno de los dos salía, pero los levjaners y Alexander, después de un rato, comenzaron a sentir la emisión de energía.
Ni Lucía ni Radek eran conscientes del tiempo que llevaban allí, pero finalmente ambos se miraron.
Lucía asintió y colocó la mano sobre la frente de Iván haciendo que Radek juntase las cejas, porque a pesar de que aquel no era un gesto de afecto, sino que Lucía intentaba hacerlo recobrar el conocimiento, no pudo evitar recordar lo que había estado pensando antes. La repentina sacudida lo hizo salir de sus pensamientos y mirar a Iván, cuyos ojos eran rojo sangre.
Radek hizo su mejor esfuerzo por tranquilizarlo también, pues era obvio que estaba furioso al encontrarse inmovilizado y seguía intentando liberarse, pero ahora que estaba consciente, penetrar en aquella cabeza era la cosa más improbable del mundo, al menos para la mayoría, aunque eso no aplicaba a Lucía, de manera que ella sí vio la ingente cantidad de imágenes que surcaban por la mente de Iván y que a él le estaba costando contextualizar.
Lucía hizo ambas aclaraciones, porque vio en principio, la preocupación de Iván que no recordaba con exactitud lo sucedido en los últimos minutos del enfrentamiento, y, por otra parte, que pensaba que él debía estar muerto.
Tomaría otro buen rato lograr que se tranquilizase, pues si bien Radek podía estabilizar sus signos vitales y sus círculos de energía, era lo que pasaba por aquella cabeza lo que estaba alterando lo demás, y fue en ese momento que Radek se cuestionó lo que había sido un esfuerzo por prepararlo para cuando despertase, pues todo aquello que le había transmitido, estaba, pero como también estaba, era mezclado de forma caótica. Finalmente, con la ayuda de Lucía, lograron equilibrar la situación.
Aunque Radek estaba razonablemente seguro que ya no iba a atacar a nadie, demoró unos segundos en accionar, mientras que Lucía comenzó a abrir las cerraduras de forma inmediata.
Si Radek podía pasarse el resto de la vida discutiendo, no era el caso de Lucía que había pasado el mensaje a Istvan, así que éste entró enseguida. No perdió tiempo en preguntar nada, pues apenas vio a Iván, supo que volvía a ser él, pero ahora se imponían las explicaciones.
Radek compuso pésima expresión, porque si no se mostraba inclinado a aceptar las simples peticiones, menos aún las órdenes, sin embargo, Lucía se aplicó y él la miró con ira.
Istvan elevó las cejas, pero supo enseguida lo que estaba sucediendo y no agregó nada más, sino que se dirigió a la puerta, aunque se detuvo un momento y miró a Lucía.
Istvan no era tan necio como para insistir y menos con ella, de modo que abrió la puerta y le hizo un gesto a Radek quien caminó de mala gana y ambos abandonaron la habitación.
Sin embargo, Lucía no dijo nada, sino que clavó sus ojos en los de él por largo rato y hasta que Iván comenzó a sentirse incómodo. Siendo quien era, él notó de forma inmediata lo que ella estaba haciendo, lo que no entendió con la misma inmediatez, fue qué era lo que estaba buscando. Y ciertamente Lucía estaba efectuando una búsqueda exhaustiva de todo lo que tuviese que ver con Juliet, porque dentro de todo lo que le habían dicho los ZD no figuraba nada al respecto. No obstante, dentro de las muchas cosas que vio, se vio a sí misma mortificándolo por aquel asunto, o hablando con Radek de ello.