Iziaslav y como de costumbre, despertó muy temprano, pero esperó a que Mia lo hiciese antes de abandonar la cama. Aunque ya él había estado casado en dos oportunidades anteriores, las condiciones y las costumbres eran otras, de modo que, a diferencia de antes, que apenas despertaba abandonaba no solo la cama, sino el avari, ahora se quedaba mirando a Mia que a pesar de la velocidad que ahora tenía, todo lo hacía con la misma calma que siempre había poseído, y una vez que ella estaba lista para abandonar la habitación, era que él se levantaba y unos minutos después estaba igualmente listo.
Después de desayunar, Mia le preguntó si la acompañaría a su paseo matutino por el jardín, y aunque no había sido su intención, pues tenía algo qué hacer, decidió posponerlo un poco, así que cuando regresó, Milorad y Darko ya tenían rato esperándolo.
Iziaslav no dijo nada, sino que se puso en marcha, y aunque eso habría podido extrañarles, no fue así teniendo en cuenta a dónde se dirigían.
Como Iziaslav no estaba de ninguna manera obligado a informar cuándo o a dónde se dirigía, los levramzyks de guardia en Zatvor se sorprendieron al verlos llegar.
Los chicos dirigirían un rápido saludo a sus superiores, pues no se habían detenido.
Aunque no era Iziaslav precisamente quien iba a sentirse incómodo visitando aquellas cuevas, lo que sí se sintió fue sorprendido, pues en la actualidad y al menos lo que estaba viendo, y aunque seguían siendo una serie de galerías excavadas en la roca, no guardaban casi ningún parecido a lo que habían sido, así como la actividad no era una que en su opinión debiese haber.
Milorad se frotó la frente y pensó que había sido muy iluso pensar que Iziaslav había entendido y aceptado lo que le habían dicho con respecto a la situación que vivían ahora los detenidos, pero como ya habían llegado a donde iban, de momento no insistiría, pero con seguridad al salir de allí, tendrían que dar una cantidad de explicaciones que ya habían dado.
Si bien Iziaslav había dicho que él se encargaría de Avitzedek, lo que no había dicho era cómo, de manera que era algo que a todos preocupaba, porque, aunque no estaban en la misma posición de Janos, es decir, la de no importarles qué sucediese con ningún Savaresce, a ellos les importaba por las consecuencias que podría acarrear la eventual muerte del jefe de aquel clan, pero como había dicho Milorad, solo podían esperar lo mejor.