La Dinastía (libro 12. Milyk et Vörkessel)

Cap. 50 La mañana esperada

 

Lucía despertó mucho más temprano de lo habitual, pues sabiendo la costumbre de Dylan por llegar a primerísima hora el día que iniciaba la festividad de Evesbriel, no quería retrasarse. De modo que, en cuanto estuvo lista, salió en carrera.

  • ¡Altesse! – exclamó Louis
  • No me grites, Ghislaine

El único que estaba en la antecámara era Louis, pues aquel individuo parecía haber decidido que si se apartaba mucho de Lucía ella desaparecería de nuevo, así que ahora ni cuando se suponía que podía ir a descansar, él consideraba buena idea marcharse y dormía de forma más bien incómoda en algún sillón. Sin embargo, como Lucía ya le había dicho que no tenía que hacer aquello y él la había ignorado, en esta ocasión no se molestó en hacerlo y ni siquiera detuvo su carrera.

Como Castimer sabía lo mismo que Lucía, ya se encontraba en la antecámara de la habitación de Dylan disponiendo un servicio de té, y aunque sabía que su señor no corría ningún peligro allí, ni él era un levramzyk, lo que sí tenía era el mismo instinto de todo devrig, y cuando sintió que la puerta se abría con violencia, se movió cual rayo y casi golpea a Lucía.

  • ¡Castimer! – exclamó ella y él enseguida dobló una rodilla
  • Mi lady, me disculpo y…
  • Deja la payasada, hombre, soy yo, Lucía – dijo de la forma más innecesaria, pero no lo dejó decir nada, suponiendo que fuese a hacerlo – ¿Ya haryk despertó?
  • No, mi lady
  • ¿Vas a seguir? – preguntó con disgusto

Sin embargo, lo hizo a un lado y corrió a la habitación, pero, aunque la actitud de Castimer se correspondía con lo que veía, definitivamente Lucía parecía negada a crecer, porque se lanzó en la cama de Dylan ocasionándole un violento despertar.

  • Kasny din, Haryk ¿Preparado para tu día preferido?

Siendo que Dylan ni siquiera estaba muy seguro de estar despierto, preparado mucho menos, pero su inmisericorde hija después de llenarlo de besos, estaba tirando de él y, de hecho, casi lo tira dentro de la bañera.

  • Date prisa o nos perderemos del gran espectáculo

Dicho aquello, Lucía tuvo la delicadeza de abandonar el baño o el pobre sujeto iba a sufrir un colapso, sin embargo, una vez solo, no pudo evitar sonreír y luego se apresuró a alistarse.

A pesar de que Dylan era un devrig desde hacía muchísimo tiempo, y cabría suponer que se había habituado a utilizar sus habilidades, no era así, o al menos no la mayor parte del tiempo, de manera que, si bien se dio prisa, no fue más rápido de lo que habría sido de tratarse de un ikedev.

  • Haryk…

Lucía y como era de esperar, ya le parecía que su padre se estaba demorando mucho, así que irrumpió de nuevo en la habitación para meterle prisa. Sin embargo, se detuvo al verlo y elevó las cejas. Lo anterior obedecía a que, si bien en el tiempo que ya llevaba de haber regresado, había visto la nueva vestimenta, no era que le hubiese prestado mucha atención, pero en aquel momento lo hizo haciendo que Dylan detuviese el proceso de colocarse la chaqueta.

  • ¿Hija? – dijo con preocupación apartando a Castimer que naturalmente lo estaba ayudando
  • Te ves…
  • ¿Qué? – preguntó él mirándose – ¿Hay algo mal? – y ahora fue Castimer quien se preocupó, porque aquello era su responsabilidad
  • ¡No! – exclamó para malestar de los presentes – En realidad te ves guapísimo, pero… extraño

En realidad, no había nada de extraño en el atuendo de Dylan, pues iba con un pantalón negro, una camisa gris y se había estado colocando una chaqueta ligera color perla. Sin embargo, por alguno de esos trucos que juega la mente, en aquel momento a Lucía le extrañó verlo sin los antiguos trajes a los que estaba acostumbrada, pero como también notó que lo había incomodado, se apresuró a sujetarlo.

  • Vámonos o no llegaremos de ninguna manera antes de que el sol se levante

Como ya los ZD se habían presentado, partieron todos llegando con mucha antelación, pues nadie más lo había hecho. No obstante, casi enseguida se presentaría Alexander con Vajda, pero también en compañía de Loriane y Juliet.

Aunque Alexander iba preparado para estabilizar a su padre, en aquella ocasión quien pareció alterarse mucho fue Loriane, mientras Dylan, y si bien no era que estuviese en perfecto equilibrio, estaba mucho más tranquilo que en las anteriores ocasiones, así que Lucía sonrió de forma imperceptible y sintiéndose satisfecha de su trabajo, algo de lo que no había estado muy segura.

Los siguientes en llegar fueron Iziaslav, Mia, Iyul y Kyv, y apenas poco antes de que saliese el sol, se presentó Derek con su familia al completo.

Las únicas de los presentes para quienes era su primera vez, eran Kyv, Loriane y Juliet, pero mientras las dos primeras estaban maravilladas, la última estaba más pendiente de quienes iban llegando y comenzó a preocuparse, porque si bien vio muchos uniformes ya muy conocidos, y rostros que no lo eran menos, a quien no veía era a Iván, de manera que cuando comenzaron a entrar, ella iba de muy mal humor.




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