Lucía comenzó a caminar hacia el interior de palacio, pero se detuvo al entrar girándose hacia su séquito.
Hacía mucho tiempo que Lucía les había ordenado dejar de seguirla después de la celebración, ya que sabía lo que los esperaba en sus habitaciones, y aunque ellos habían obedecido, ese día y debido a todo lo que había estado sucediendo, ellos en realidad no habían estado disfrutando de la celebración ni habían bebido como acostumbraban en aquella fecha, pero finalmente entendieron y se dieron mucha prisa en desaparecer excepto Louis, como de costumbre. Aunque sus compañeros pensaban que aquel individuo era uno muy necio, y que se perdía de la diversión, en realidad no era así, pero Louis solo abandonaba su puesto el tiempo mínimo requerido y cuando estaba seguro que Lucía se había dormido, pero despachaba a su acompañante muy de prisa y volvía a su puesto primero que cualquiera, de modo que, por lo anterior, Lucía nada dijo.
Cuando estaban a punto de subir las escaleras, Lucía escuchó voces e identificó con rapidez la de Aleksèi.
Con los hechos recientes, Aleksèi no había podido hablar con nadie acerca de la petición que le había hecho Ilian para conseguirle una invitación a Liam, y en aquel momento se disculpaba con ella.
Lucía no sabía de quién hablaban, y aunque ciertamente ya conocía a Liam por el tiempo que había estado en el Haigala, y los chicos le habían informado acerca de su identidad y los motivos para su transformación, a lo que prestó atención fue primero, a los pensamientos de Aleksèi en el sentido de que Liam era un individuo sociable y estaba seguro que no se habría sentido para nada incómodo, y él había esgrimido aquello solo para ver si convencía a Ilian de olvidar el asunto, y segundo, a la tristeza de Ilian.
Lucía subió a toda prisa, pero cuando llegó a sus habitaciones, se fue derecha hacia su escritorio, y después de redactar una apresurada nota y colocar su sello, se dirigió a Louis.
Louis no hizo preguntas innecesarias, pero tampoco se cuestionó con quién informarse, sino que se fue derecho a las habitaciones de Henri, y aunque no había olvidado la nueva condición de su amigo, o no lo habría buscado en esa misma planta que era la de los miembros de la familia real, lo que pareció fue no importarle.
Henri y Sofía prácticamente acababan de entrar, pues se habían demorado un poco conversando con Derek, pero al escuchar a Louis, Henri detuvo el proceso de quitarse la camisa y se giró cubriendo a Sofía que todo lo hacía a velocidades extremas y ya estaba en ropa interior.
Aunque Henri quería darle un buen golpe en la cabeza, suspiró con resignación, y abandonó la habitación empujando al inconsciente aquel.
A pesar de que Henri había lidiado con Louis casi toda la vida de éste, en ese momento en verdad quiso apalearlo, pero por ese mismo camino pensó que sería inútil y que ya a esas alturas, aquel chico no tenía arreglo.
Por un momento Henri lució confundido y posiblemente estaría preguntándose por qué y para qué querría Louis saber aquello, pero siendo que el niño aquel no se caracterizaba por su paciencia, no lo dejó llegar a ninguna conclusión.