La Dinastía (libro 12. Milyk et Vörkessel)

Cap. 69 ¿Respuestas?

 

Una vez que casi todos, con excepción de Milorad, Istval, Lucien y Michel, se habían recuperado por completo, Iziaslav pidió la reunión habitual, y que ya estaba muy retrasada, para escuchar el informe de lo sucedido.

Como Mia y Kyv eran unas nyas, y a pesar de que ya habían vivido situaciones muy estresantes que habían dejado muchos heridos, y aunque habían sido testigos de las recuperaciones, por lo primero, no estaban especialmente de acuerdo en que sus maridos fuesen por ahí de un lugar a otro cuando en su opinión, debían estar descansando.

Sin embargo, si bien Iyul con un poco más de paciencia le explicó a Kyv que en verdad no tenía que estar tan preocupada y que él estaba perfectamente, Iziaslav era otro asunto, y ni se detuvo a explicar nada, ni prestó atención a la angustia de Mia.

Kireg había querido tranquilizarla, pero recordando el mal asunto que podía ser que Iziaslav lo viese hablando con su mujer, cualquiera fuese el motivo, desistió de ello, pero encargó a Hervè de hacer lo posible por tranquilizar a la pobre chica. Aquella fue una tarea difícil para el pobre levjaner, pero hizo su mejor esfuerzo.

  • Nym sarìevi – dijo en forma respetuosa y ella se giró limpiándose las lágrimas – ¿Puedo hablar un momento con usted?

Aquello extrañó a Mia, porque a pesar de que casi desde un inicio, había estado viendo a aquel chico y, de hecho, iba a todos lados con ella así estuviesen en palacio, lo que no hacía casi nunca era hablarle. De modo que la sorpresa la hizo olvidarse un momento de su angustia.

  • Claro, dime
  • Sarìevi, quizá usted no lo tiene muy claro todavía, porque es usted una nya, pero una de las características de nuestra condición, es que sanamos muy rápido. Es verdad que dependiendo de lo que nos suceda, el asunto puede demorar un poco más, y nunca, en toda nuestra historia, habíamos tenido casos como el del sizvitel Rybik, o el de Iván, pero aun ellos, finalmente sanaron. Aparte de lo anterior, que entiendo sea difícil de creer, otra característica de los que somos primigenios, es que estamos acostumbrados a la lucha, nacimos y crecimos siendo guerreros, y no está en nuestro sistema darnos por vencidos independientemente de lo cruda o desventajosa que pueda ser una batalla, pues estamos hechos para resistirlo, y tampoco dejamos que nuestros sentimientos interfieran mientras enfrentamos un problema – lo último lo había dicho, porque no había tenido ningún problema en ver lo que ella había estado pensando con relación al aparente desinterés de Iziaslav – Nuestro sozdatel’, más que cualquier otro, es el más duro, pero así tiene que ser, porque tiene una enorme responsabilidad, pero pensar que no ama a sus hijos, o a usted, es injusto, porque los ama no solo a ustedes, sino a otros como sarì Dvòrak o los Korsacov, por ejemplo, pero justamente por el amor a todos los suyos, es que no puede darse el lujo de ser de otra manera, y hará todo cuanto pueda y hasta lo que no, por preservar y proteger las vidas de todos. Así que no se angustie, nym sozdatel’ está tan bien como puede estar y no la quiere menos que antes, pero en este momento va a concentrarse en lo sucedido, y no descansará hasta encontrar a Jovanka Korsacov, y atrapar a quién nos hizo esto

Después de un largo minuto, Mia le sonrió y le dio las gracias retirándose a su habitación, y aunque era muy probable que siguiese algo preocupada, al menos de momento, estaba mucho más tranquila

Como se dijo, Hervè nunca había mantenido una conversación con Mia, pues en principio, no tenía por qué dirigirse a su soberana y su deber era únicamente protegerla. Aquella podía haber sido solo una asignación, pero se convertiría en una muy problemática teniendo en cuenta que quien se la había encomendado era Lucien, y si le sucedía la más mínima cosa a aquella mujer, el sizvitel le quitaría la cabeza con sumo placer, pues era algo que a juicio de Hervè, solo llevaba siglos en pausa.

Sin embargo, si bien lo primero seguía siendo cierto, y lo segundo podía serlo si algo sucedía, lo cierto era que en el tiempo que ya llevaba a cargo de la seguridad de la dulce soberana, había hecho que naturalmente Hervè le tuviese un respetuoso afecto, algo que había quedado demostrado con los hechos recientes, porque en cuanto comenzaron a reportarse los envenenamientos, sin ninguna explicación y apenas una vaga excusa, le había quitado la copa de las manos a Mia, y aunque él no poseía la habilidad de Yves, sí era observador, y al ver que los chicos del anterior, se acercaban a los príncipes en actitud alerta, no esperó por ninguna orden, sino que sacó no solo a Mia, sino a Kyv del palacio llevándolas a Levzheir.

  • ¡Varkil! ¿Qué sucede contigo? – preguntó Adnan que, finalmente, era quien había sido designado como jefe de la guardia de Kyv
  • Algo serio está sucediendo y es mejor que las sizvitelianis estén aquí. Quédate con ellas, yo voy a regresar
  • Pero…

De modo que, era por eso que ellas no habían estado presentes al momento en el que se desató el caos, y aunque hasta ese momento nadie lo sabía, era el instinto de Hervè lo que había evitado un desastre mayor.

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La discusión con relación a mantener dormidos a los Korsacov y a Michel, había sido larga y controversial, y, además, tenía dos vertientes. Iziaslav sostenía justamente lo que Hervè le había estado diciendo a Mia, es decir, que tanto Milorad como Istval, eran guerreros y no iban a desmoronarse, sino que, por el contrario, lo que tendrían sería urgencia por comenzar la búsqueda de Jovanka, y estaba más seguro aún, de que estarían sedientos de venganza.




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