Por lo que ya se sabe no solo de la organización de Riùrik, sino de la enorme cantidad de años de sus habitantes originales, que se traducían en experiencia y oportunidad para haberse desarrollado como lo habían hecho, lo que no eran, era adivinos. Tenían unos poderes excepcionales, sí, lo que les permitía tomar medidas bastante acertadas en la mayor parte de los casos, y alcanzar la resolución de problemas incluso antes de que llegasen serlo. Sin embargo, seguían siendo humanos, y en ocasiones como la presente, podían desesperarse.
Aun así, y teniendo el duro entrenamiento que habían recibido, se esforzaban el doble en luchar contra la desesperación que, como toda emoción, en su caso podía ser muy perjudicial.
La DS era una división del Arkel especialmente efectiva, porque no solo contaban con los mejores individuos y con mayor calificación en diversas áreas, algo indispensable para pertenecer a aquella división, y aunque muchos eran muy conocidos como miembros de esa división, otros no tanto, pero no por eso menos capaces o peligrosos.
En aquel renglón estaban la totalidad de las Elskis, a quienes los más malignos llamaban el experimento de Yves, y aunque lo hiciesen en tono mordaz, lo que también hacían era mantener sus lenguas en reposo en presencia de las susodichas, porque independientemente de la apariencia de algunas como Hanna, Vajda o Atalia, las dos primeras porque parecían justamente lo que habían nacido siendo, es decir, nobles de cuna, y en el de Atalia, por una aparente fragilidad que no era tal, algunos osados habían comprobado por el camino del dolor, el mal asunto que podía ser molestarlas.
Otros dos individuos que pertenecían a la DS, aunque trabajaban en otras áreas, eran Vasco y Rodrigo, pero si nadie tenía problemas con el primero, la mayoría siempre había querido, por lo menos, cortarle la lengua al segundo, y el día más feliz para todo el mundo, fue cuando se enteraron que lo enviaban a América, y por descontado, nadie solía alegrarse cuando por cualquier motivo se asomaba por el Arkel.
Así como la casi totalidad de los levramzyks, sostenía que Iliar era un payaso insufrible, él era un instructor y tenían que aguantárselo sí o sí, pero las bromas de Iliar eran solo palabras, mientras que las de Rodrigo podían serlo, pero también y con mucha frecuencia, eran físicas, y como a diferencia de Iliar, él no era un instructor, siempre había alguien queriendo apalearlo.
En el caso de Vasco era más parecido a Iván, y aunque no tenía la enrome habilidad de éste, la que tenía era suficiente para fastidiarlos si se le antojaba.
Todo lo anterior lo pensaban las generaciones más antiguas del Arkel, porque las nuevas y que habían ingresado durante el tiempo que Iván estuvo desaparecido, no conocían a éste, y en el caso de Iliar, había perdido su alegre personalidad durante esos años. De modo que esos chicos, a quienes tenían como los demonios de su organización era a tres personas, a saber, Yves, Rodrigo y Vasco.
De manera que, conociendo como conocían los antiguos a todos los anteriores, Yuri por lo menos, decidió repartir algo de sabiduría entre los miembros más jóvenes cuando se dio la alarma de la OCF.
Una vez que Kayko puso en línea a todos los mencionados por Yuri, le dijo que ya podía iniciar la transmisión.
Evidentemente Yuri les llevaba ventaja a todos ellos, pues él era un primigenio, así que, si bien estaba consciente de que habían evolucionado y ya no se comportaban todo el tiempo con la misma violencia de antes, y a pesar de que Yves, Rodrigo y Vasco, no eran primigenios, habían sido entrenados por quienes sí. De manera que, en momentos de crisis, y una tan grave como la presente, él estaba seguro que saldría a flote no solo el salvajismo que los había definido, sino las prácticas igualmente salvajes que les habían permitido sobrevivir, entre las que estaba despachar a cualquiera que cometiese un estúpido error o que no siguiese con exactitud una orden.