Cuando Yves había acudido al llamado para la reunión, había dejado a algunos levramzyks encargados de recoger a quienes estuviesen vivos después del enfrentamiento, revisar la cueva, e intentar seguir el rastro. De modo que, cuando se pusieron en marcha, lo hicieron hacia el punto donde los había dejado.
Milorad y los aykeris habían entrado a la cueva mientras Yves hablaba con el levramzyk, y aunque a todos les dolió el corazón al percibir un muy débil rastro de la energía de Jovanka, en el caso de Milorad, no solo no se dejó abatir, pues sabía que no podía darse ese lujo, sino que su ira alcanzó niveles peligrosos y salió.
Los aykeris habían tenido algo más de dificultad, especialmente Istval, pero con ayuda de Lucía y Alexander, salieron cuando Yves estaba ordenando ponerse en marcha.
Después que había escuchado el sucinto informe, Yves había activado el noeîn y partieron. En un momento determinado ralentizaron el paso, porque vieron a una patrulla cerca de la barrera, así que Rivi se desprendió del grupo para ir a informarse.
Al llegar vio al grupo mirando al piso, y cuando lo hizo él, notó por qué lo hacían.
Rivi se dio prisa en alcanzar a los demás y transmitió la novedad a Yves.
Como ya les habían reportado varios casos en los que los detenidos no portaban los frascos con sangre, Yves había concluido que quienes lo llevaban, debían ser importantes, o ser portadores de información que lo era.
El grupo había estado siguiendo la señal del noeîn, pero de pronto los Korsacov percibieron con más claridad la energía de Jovanka y se los hicieron saber a los demás. Los levjaner más que nada, hicieron un rápido registro visual del entorno para determinar dónde estaban exactamente y así establecer un posible escondite cercano, porque no había nada a la vista donde pudiesen estar.
Y cuando Alexander se giró, vio a Vajda que, como había pensado Yves, solo podía haber estado con aquel descocado.
Como se dijo, aunque todos estaban furiosos, los ZD eran los que compartían no solo la ira, sino el dolor de los Korsacov por lo que Jovanka era para todos ellos, pero como también la conocían lo suficiente, al menos en algunos labios de los locos aquellos, se dibujó una sonrisa maligna.
Si bien Milorad y sus hijos podían haber pensado más o menos igual, al menos Istvan y él, lo que pensaron fue que, si Jovanka comenzaba a darles problemas a los secuestradores, y no sabiendo con qué fin había sido secuestrada, podían hacerle daño, pues tampoco sabían de cuántos hombres podía componerse el grupo que lo había hecho.
Los LL, lo que pensaron fue que, aquellos kraviaciks habían tenido mucha suerte si Jovanka había estado sin sentido, pero que la misma se les había acabado si había despertado. A diferencia de los Korsacov, al menos Iziaslav en lo que no pensó fue en que eso pudiese ser perjudicial para ella, porque, aunque ya hacía un tiempo que había retornado, lo que no sabía era que Jovanka había recibido el entrenamiento de las Elskis, porque si lo hubiese sabido, posiblemente opinaría lo mismo que Aritz en el sentido de que todos habían perdido el juicio si entrenaban a una criatura como aquella que ya era problemática sin entrenamiento, pero, a presar de lo anterior, de lo que sí estaba seguro, era de que si Jovanka era irritante y peligrosa hasta en un día normal, si estaba furiosa y debía estarlo, las cosas iban a complicárseles a aquellos desdichados.
En el caso de Yves lo que estaba pensando era que, si Jovanka había estado sin sentido tanto tiempo, pues ya llevaban algunos días en la búsqueda, debían tener en el grupo alguien con un excelente dominio de las mentes, porque estaba consciente que manipular una como la de Jovanka que era una primigenia, no habría sido sencillo para alguien que no lo fuese, o que no siéndolo no tuviese la habilidad del éter.