Cap. 16 Investigación en curso

En cuanto Irakli y Atalia habían abandonado el despacho de Franz, y mientras Jahi intentaba tranquilizar al alterado Sayed, Franz había ordenado con rapidez a un escuadrón de levramzyks que siguiesen a los chicos. Afortunadamente todos los levjaners que habían sido destinados a comandar las sedes del Arkel en los países o zonas con presencia devrig, eran individuos con una gran capacidad de organización y un instinto superior, siendo lo último más importante que lo primero, algo que había sido especialmente considerado teniendo en cuenta que debían tomar decisiones a veces basados en débiles pruebas.

Por lo anterior, y aunque Franz no sabía exactamente en qué andaban Irakli y Atalia, pero percibiendo que era algo importante, y que también podía ser algo peligroso, fue que tomó la decisión de enviar al escuadrón a seguirlos, advirtiéndoles no interferir, pero mantenerse atentos en caso de que necesitasen apoyo; y quedaría demostrado lo acertado de aquella decisión, porque si bien no pudieron evitar lo sucedido, sí podrían hacerse cargo una vez que Atalia se marchó, pero también, que un par de ellos la siguiese.

Un grupo de los levramzyks se apresuró a encargarse de desviar la atención de quienes rodeaban a Irakli, mientras que el otro cargó con el levjaner rumbo al Haigala. Mientras que los que habían ido tras Atalia demorarían mucho más en volver y no tenían idea cuando iniciaron aquella carrera, a lo que iban a enfrentarse.

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Kayko había sido el primero en enterarse del desastre, solo que, de manera incompleta, ya que Irakli había detenido a Atalia cuando ésta se lo estaba informando. Sin embargo, como alcanzó a escuchar a Irakli, dedujo más de lo que sabía, aunque con asombrosa precisión, porque enseguida dio aviso al Haigala para que se preparasen a recibir un herido grave, y, por otra parte, avisó a Yves, porque a pesar de que se suponía que Iván había aceptado tomar el mando de la DS, Kayko no tenía la habilidad de éste y no podía comunicarse como él lo hacía.

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Como se dijo, Iyul había llevado a Lucien a Illir, pero cuando llegó Istvan, abandonó el salón junto con Janos.

• Es mala idea, Iyul —le dijo mientras caminaban por el pasillo
• ¿Sker?
• Vamos kicyk, te conozco desde que naciste, así que no es necesario que invada tus pensamientos para saber que quieres ir a ver a Lucien
• No quiero verlo a él, solo quiero ir por mi mujer —replicó de malos modos y Janos rio
• ¿Celoso de tu hermano?
• No digas estupideces, klavièk
• ¿Lo son?

Iyul era quizá el más tranquilo de todos los hijos de Iziaslav, y eso incluía a Andrei, porque si bien éste último no le gustaba la guerra, era buenísimo para meterse en líos especialmente los de faldas, pero no por eso Iyul era menos Yaroslávich, así que Janos suspiró con resignación mientras lo escuchaba decir cualquier cantidad de majaderías. Aun estaba en ello cuando Iyul calló y se giró hacia las escaleras, pues sintió que Lucien se acercaba, y efectivamente, unos segundos después lo vieron que bajaba a toda prisa, pero llegó y no se detuvo, sino que siguió de largo.

• ¿A dónde vas, Lucien?
• No es asunto tuyo

Janos meneo la cabeza y detuvo al mayor que ya iba a seguir a Lucien.

• ¿No estabas muy interesado en recuperar a tu esposa?
• Sí, pero sabiendo por qué Lucien estaba furioso, no es sensato dejarlo ir a buscarse problemas
• No va a buscarse problemas —escucharon a Kyv y vieron que también bajaba en ese momento
• Dhazshliv, tú no…
• Tranquilízate. Solo va a ver a Milorad
• Lo dudo, porque ya fue a verlo y…
• No soy tonta, Iyul —lo interrumpió en tono disgustado —Lo hice jurarme que no haría nada estúpido

Iyul la miró con conmiseración, y, a decir verdad, hasta Janos lo hizo, pues ellos conocían bien la habilidad de Lucien para hacer creer a casi cualquiera de cualquier cosa que le interesara, y si la receptora de sus palabras era una fémina, no tenía ni que esforzarse.

No obstante, con independencia de los pensamientos que estuviesen surcando aquellas cabezas, los mismos quedarían suspendidos cuando vieron salir a Iziaslav y a Istvan a toda carrera.

• ¿Haryk…?
• Iyul —lo detuvo Misha —Van hacia el Haigala, porque acaban de avisar que Irakli está siendo trasladado
• Lucía —murmuraron tanto Iyul como Janos y salieron a escape

Si bien Misha había querido tranquilizar a Iyul, luego estaba insultándose al entender que, si el herido era Irakli y él siempre iba a todas partes con Lucía, era lógico que ellos pensasen de aquel modo.

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Quien acompañaba a Germánico era Variesna, así que ella estaba muy contenta con su buena suerte, porque todas las chicas, y por algún motivo que nadie parecía entender, sentían adoración por aquel sujeto como había quedado demostrado cuando él se presentó aquel día. Y si los demás no lo entendían, era porque en principio, a Germánico apenas si lo veían, y de seguido, en opinión de los miembros del Arkel que tenían que convivir con individuos como Yvaylo, Iliar, Istval, Irakli y Domenico, que en palabras de las mismas féminas eran un atentado a la cordura por sus groseros atractivos, encontraban a Germánico muy lejos de poder competir en aquel aspecto con ellos. Lo que ignoraban, era que las Elskis ciertamente podían verlo más, aunque no todas, y, por otra parte, algo que las chicas quizá tampoco tenían muy claro, pero que percibían con claridad, y era que de Germánico emanaba una masculinidad salvaje que se mezclaba con una extraña dulzura, comprensión y protección hacia las mujeres, porque en el caso de los hombres, lo que podían percibir a kilómetros, era una peligrosidad casi animal.

• Vajda va a sentirse muy decepcionada —dijo Variesna
• Perché?
• Por no haber estado aquí para verte —contestó ahogando la risa
• Non lo credo, dopotutto sta per sposarsi [1]
• ¡Nico! —exclamó la chica con fastidio —Supongo que es obvio que no soy el sizvitel ¿no?