La Dinastía (libro 2. Génesis

Lección de historia

Luciano se había acomodado en un sillón y había subido los pies a una mesa cercana, mientras que Dylan miraba con interés a Iyul.

 

  • Como imagino que Lucien te explicó, en teoría y originalmente,  un Devrig no podía morir, pero cuando comenzaron a multiplicarse en forma alarmante, la naturaleza decidió ponerle un alto  --  hizo una pausa y miró a Luciano, pero éste parecía muy poco interesado en lo que su hermano estaba diciendo, de modo que continuó  --  Uno de los Devrigs primigenios, Iziaslav Yaroslávich, recibió la instrucción de cómo suprimir la vida de sus congéneres, y desde entonces es posible hacerlo hundiendo una daga en la base del cuello del desdichado.
  • ¿Puedo preguntar?
  • Puedes, pero la respuesta está sujeta a que esté en posición de proporcionártela  -- le advirtió Iyul
  • Esto solo le fue revelado a Yaroslávich según entendí ¿no?  --  e Iyul asintió  --  ¿Por qué?
  • Porque es un cretino con excesiva e inmerecida suerte  --  dijo Luciano
  • Digamos que se ganó la buena voluntad de la persona indicada  --  aclaró Iyul
  • Como dije, un cretino con suerte  --  insistió Luciano

 

Aquello no aclaraba mucho, pero Dylan supuso que no le dirían más, así que decidió pasar a otro asunto.

 

  • Bien, pero como dije ya tengo una daga. Sin embargo, por alguna razón parece que es inconveniente
  • Del todo inconveniente e inútil, además  --  dijo Iyul ofreciéndole de nuevo la que había extraído del cofre
  • ¿Qué tiene ésta de especial? Supongo que no me irás a decir ahora, que es de madera cubierta de plata ¿no?
  • ¡Lucien!  --  exclamó Iyul visiblemente disgustado mientras su hermano reía
  • Te aseguro que he hecho todo cuanto he podido para que este infeliz no preste atención a las estupideces que lee, pero como ya habrás notado, es terco en grado superlativo
  • Dylan, como acaba de decir Lucien, eso es una estupidez descomunal y no, no es de madera
  • De acuerdo  --  dijo Dylan inmune a la irritación del otro  --  ¿Pero y entonces?
  • Es una daga que esta fabricada con un metal especial de nombre Daearprin, y que no consigues por ahí tirado  --  le dijo Iyul

 

Dylan examinó el objeto con cuidado. Era liviano, la hoja de doble filo medía aproximadamente quince centímetros, era de color plateado, pero parecía emitir destellos azulados. La empuñadura estaba fabricada en ónix y podía verse un grabado en caracteres dorados, pero Dylan no entendía lo que supuso sería ruso.

 

  • Es tu nombre   --  le informó Iyul
  • ¿Mi nombre?  --  se sorprendió Dylan
  • Así es, el Devrig que posee un Dykari,  que es el nombre que le damos para diferenciarla de las dagas comunes,  debe llevar su nombre
  • Espera, espera  --  dijo Dylan  --  ¿No todos tienen uno?  --  aquello le parecía a Dylan una seria falla teniendo en cuenta que era con lo único que podían defenderse de Devrigs enemigos
  • Por supuesto que no, no vamos por ahí repartiendo Dykaris a cualquiera

 

En ese momento Dylan entendió por qué el día que se conocieron, Iyul le había preguntado a Luciano si confiaba en él, pero otras interrogantes surgieron a partir de allí. Ciertamente y bien mirado tenía lógica el que no fuesen por allí armando a sujetos ya de por sí peligrosos, con lo único que podían acabarse entre sí ¿Pero quién y en base a qué tomaban la decisión de a quién dar un Dykari? Y por otro lado, tanto la actitud que los Devrigs que había conocido asumían ante Luciano,  como el hecho de que ahora Iyul le estuviese entregando su Dykari, lo hacían suponer que ellos debían estar muy alto en la jerarquía de aquellos individuos, estuviese conformada como lo estuviere. Sin embargo, se abstuvo de preguntar por esto último, pero quiso saber lo primero.

 

  • Pues te lo agradezco, pero me gustaría saber la razón
  • Primero, porque Lucien lo pidió  --  con lo que Dylan se afirmó en su hipótesis  --  y segundo porque he tenido la oportunidad de ver por mí mismo que lo mereces.
  • Sigo estando agradecido ¿Pero qué te hace pensar que lo merezco?  --  insistió cual niño curioso e Iyul sonrió
  • Varias cosas, entre ellas la tenacidad que has demostrado al esforzarte en aprender, la rapidez con la que lo has hecho, algo que usualmente lleva mucho más tiempo, y la seguridad de que anteriormente no fuiste un loco asesino y sientes respeto por la vida humana
  • Bueno gracias  --  volvió a decir Dylan
  • Tu Dykari es algo que siempre debes llevar contigo, no me hace muy feliz decirlo, pero los Yaroslávich no somos especialmente apreciados por las otras dos familias, y en tu caso, descubrirás que ser amigo nuestro no te hará muy popular entre nuestra propia familia.
  • ¿Puedo saber a qué obedecen ambas cosas?  --  preguntó
  • La primera, porque Iziaslav Yaroslávich fue el primero de los tres Devrigs primigenios en conseguir dominar sus instintos, y aunque esto no lo hizo menos salvaje, estableció las bases para una convivencia más civilizada. Gracias a ello expandió y aseguró sus dominios, y cuando el mundo comenzó a ser más organizado y se establecieron leyes y límites territoriales, se adaptó a eso con más facilidad que los otros dos, logrando así tener muy buenas relaciones con el entorno. Pero al mismo tiempo, no cesó en la cacería y persecución de sus enemigos ancestrales, mermando en forma considerable a esas familias hasta que finalmente pactaron la tregua, en el caso de los Savaresce y los Lothian por temor a ser completamente exterminados  --  hizo una pausa y continuó  --  En lo que falló Iziaslav fue en la educación de sus propios hijos, porque la mayoría de éstos, si bien eran excelentes soldados en la lucha contra los Savaresce y los Lothian, eran tanto o más salvajes que ellos, de modo que finalmente se vio obligado a exterminar a la mayoría, y aunque intentó hacer entrar en razón a los demás, en teoría se adhieren a la filosofía impuesta por Iziaslav, pero lo resienten, y si pueden, lo desobedecen.  Esto último explica lo segundo, Lucien y yo somos de los que nos apegamos a las normas por convicción, y como es natural no le somos simpáticos a muchos de nuestros hermanos. Aunque debo añadir que yo me contento con hacer lo que debo y no voy por allí intentando hacer que los demás lo hagan, como cierto jovencito que ambos conocemos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.