La Dinastía (libro 2. Génesis

Lección de historia II

Dylan miró a Iyul esperando que comenzara con el relato y después de unos segundos él pareció decidirse por fin.

 

  • En un principio todas las criaturas de la tierra vivían en relativa armonía. Los primeros pobladores vivían de la caza y la recolección y se contentaban con que no les faltase nada. Pero a medida que el tiempo fue avanzando, por alguna razón desconocida para mí, el hombre fue haciéndose avaricioso, quiso no solo poseer todo lo que formaba parte de su entorno, sino que quiso dominar también a sus semejantes. De este modo comenzaron las guerras entre los más fuertes y hábiles. En algún momento de la historia hubo tres sujetos especialmente salvajes, y ya sabes a quienes me estoy refiriendo. Por desgracia coincidieron en la misma época, de no haber sido así, tal vez las cosas no habrían llegado a donde llegaron. Avitzedek Savaresce dominaba las tierras que hoy  conocemos como el continente africano y parte de las tierras cercanas al mediterráneo. Swaney Lothian se ubicaba en las tierras de Europa occidental, e Iziaslav Yaroslávich tenía bajo su dominio Asia y Europa oriental. Lothian era el que se encontraba en mayor desventaja, porque tanto Savaresce como Yaroslávich contaban con mayor número de seguidores, de modo que si se hubiesen aliado habrían exterminado a las tropas de Lothian, pero ninguno de los dos lo consideró, eran demasiado ególatras como para eso. Savaresce  siendo el mayor de todos, tenía más experiencia y había acumulado más territorio y esclavos. Lothian había perdido mucho a manos de Yaroslávich padre, y cuando Iziaslav asumió el mando a la muerte de su progenitor, no fue mucho mejor que éste y de hecho fue bastante peor. Paralelo a todo esto, estos individuos eran de un salvajismo demencial y estaban acabando tanto con las personas como con su entorno, y fue cuando la madre natura decidió poner un alto, haciéndolo justamente cuando éstos tres sujetos estaban enfrascados en una contienda en un lugar impreciso hoy para nosotros, de nombre Devrig, de allí deriva el nombre que con el fuimos designados desde entonces  --  hizo una pausa y luego prosiguió  --  Para el momento en el que les fue impuesto el castigo, Savaresce contaba cincuenta y cuatro años, Lothian cuarenta y siete y Yaroslávich que era el más joven, tenía treinta y cinco años. A partir de aquí, puedo referirte con mayor exactitud lo tocante a Yaroslávich, puesto que es al Clan al que pertenecemos, de modo que no estoy seguro cómo vivieron los otros todo el asunto. Con el correr de los años, Iziaslav comenzó a resentir los males de su condición, lo que lo llevó a buscarle, si no una cura, porque no la había ni la hay, al menos la forma de hacer más llevadero todo. Hay que reconocerle el mérito de haber logrado controlarse lo suficiente como para dejar de asesinar y destruirlo todo a su paso, que su salvajismo quedara limitado al exterminio de las otras dos familias, y en el caso de los Lothian casi lo consigue, gracias a ello los Lothian son muchos menos que los Savaresce, pero nos odian con mayor intensidad. Sin embargo, en un principio Iziaslav fue responsable de muchas transformaciones, individuos éstos que resultaron tanto o más salvajes que él. No obstante, él siguió siendo el más fuerte y por tanto la cabeza del Clan, de modo que comenzó a instruir a sus descendientes, algo en lo que lamentablemente no tuvo el éxito esperado, por lo que comenzó el exterminio de sus propios Predvarys. Sabemos que hay miembros de los otros dos Clanes que lo intentaron también, pero no puedo decir con qué nivel de éxito. Los hijos de sangre de Iziaslav traían consigo la maldición, aunque tuvieron la ventaja de ser educados de otra manera. Pasados algunos años y supongo que en parte debido a su maldición, y aunque Iziaslav ya estaba casado, se fijó en otra mujer, esta vez se trataba de una sacerdotisa de  Maikata Priroda[1], fue capaz de enamorarse y procrear con ella, y fue ella la que le transmitió el conocimiento acerca de cómo matar a sus enemigos.  Le dijo dónde encontrar el metal y cómo utilizarlo. El Daearprin solo se encuentra en los Montes Altai, en lo que hoy conocemos como Mongolia, en ese entonces, territorio dominado por Iziaslav. Y si te estás preguntando por qué haría eso una sacerdotisa que se suponía debía ser su enemiga natural, es sencillo, habiéndose enamorado de Iziaslav, estaba convencida que él usaría aquella arma solo para matar a aquellos que seguían comportándose de forma antinatural. Sin embargo, una de las primeras víctimas contra la que él uso su Dykari fue contra su esposa, ya que ésta suponía un obstáculo entre él y Seren, la sacerdotisa.  La nueva pareja fue feliz durante unos años, pero podemos suponer que Iziaslav se cansó de ella también y se enamoró de otra, traicionando de este modo a alguien que podía convertirse en su peor enemiga como de hecho sucedió, ya que tenía el poder para causar un gran daño y añadió otra maldición a la ya existente. Hasta ese momento los Devrigs podían convivir entre los humanos sin ser descubiertos por éstos, pero Seren decidió que a partir de ese momento, todas aquellas mujeres que llevasen su sangre tendrían el poder de identificar a un Devrig y el conocimiento de cómo matarlo. Aunque finalmente, Iziaslav terminó matándola a ella también, no pudo extinguir a su descendencia, ya que con su muerte selló la maldición y todos sus descendientes estarían protegidos contra los Devrigs. De manera que ningún Devrig puede tocar a nadie por cuyas venas corra la sangre de Seren.
  • Un momento  --  dijo Dylan  --  ¿Quieres decir que Seren era…?
  • Sí, Seren Siglair es de quien descienden todos los que hoy se apellidan Saint-Claire. Así que para todo Devrig es un enorme riesgo acercarse a una Saint-Claire, porque no solo será reconocido por ésta, sino que puede destruirnos.
  • Pero aun aceptando eso, todavía poseemos instintos y fuerza, una mujer común no podría en contra de un Devrig.
  • Las Saint-Claire no son precisamente mujeres comunes, y son herederas del poder de Maikata Priroda, lo que por defecto las hace poderosas y expertas en artes mágicas con las que podrían someter a cualquier Devrig para luego matarlo limpiamente. De modo que no, no son nada comunes.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.