La Dinastía (libro 2. Génesis

La trampa

Después de contemplar ese espectacular amanecer, Dylan fue a su habitación, pero lo hizo más porque Janos le había dicho que todos se retirarían a descansar un rato que porque él mismo tuviese necesidad de sueño. Sin embargo, al igual que todos subió a la suya, pero apenas entró percibió una presencia que estaba seguro no debía estar allí. Avanzó con cautela y con todos sus sentidos alertas, sorteó los sillones que había en el salón y se acercó a la puerta que daba acceso a la habitación propiamente dicha. No obstante, antes de abrirla se sintió sujetado desde atrás y una mano se cerró sobre su boca.

 

Su primera reacción fue automática y flexionó su brazo con intenciones de clavar el codo en el torso de su atacante, pero por algún motivo no pudo hacerlo y sintió ambos brazos inmovilizados.

 

  • ¡Quédate quieto! No voy a hacerte daño  --  escuchó Dylan que le susurraban con apremio

 

En principio no habría estado muy de acuerdo con eso dadas las circunstancias, pero al reconocer la voz se tranquilizó. Casi de inmediato notó que la presión cedía y se giró. Iba a hablar, pero el sujeto se llevó un dedo a los labios. A continuación Dylan sintió como una idea entraba violentamente en su mente.

 

  • Es una trampa, pero quiero saber quién es el autor de la misma

 

Un montón de ideas locas pasaron por su cabeza a la velocidad del rayo, pero una más improbable que la otra y en realidad no estaba muy seguro de estar entendiendo nada.

 

  • Tranquilízate, lo estabas haciendo bien

 

Esto vino a sumar mayor confusión ¿Qué demonios estaba haciendo bien?

 

  • Presta atención, vas a entrar a la habitación, pero veas lo que veas y oigas lo que oigas, no te muevas, no hagas nada ¿Está claro?

 

La indicación sí, pensó Dylan, los motivos definitivamente no.

 

  • Eso no importa, solo haz lo que te estoy diciendo

 

Dylan asintió aun sin comprender bien, abrió la puerta y entró dejándola abierta. Por un momento pensó que aquello en lugar de la mencionada trampa, tenía todo el aspecto de ser un obsequio, porque sobre la cama estaba una criatura especialmente bella y ataviada de forma que no dejaba nada a la imaginación. La chica se incorporó sonriendo y el cuerpo de Dylan reaccionó en consecuencia, pero recordando lo que le habían dicho no se movió. La sonrisa de la joven vaciló, pero decidió mostrarse más convincente, de manera que se puso de pie y comenzó a acercarse a él con lentitud. Sin embargo, cuando estaba solo a un par de pasos fue violentamente apartada y Dylan vio con asombro que Istval se hacía visible mientras sujetaba con una mano el cuello de la chica y con la otra uno de sus brazos.

 

  • No creo que esta sea un arma de seducción apropiada  -- dijo mientras le quitaba lo que a Dylan le pareció un Dykari

 

Pero ciertamente no tuvo ocasión de decir ni hacer nada, porque inmediatamente aparecieron en su habitación Istvan e Yvaylo.

 

  • Bienvenidos a la fiesta  --  dijo Istval que acababa de lanzar a la chica sobre un sillón con excesiva fuerza a juicio de Dylan

 

Después de eso Istval pareció haberse desinteresado del asunto y se recostó de la pared en actitud indolente y comenzó a jugar con el Dykari mientras Yvaylo revisaba a la chica.

 

  • Dudo que encuentres identificación  --  le dijo Istvan acercándose  --  Llévatela

 

Yvalylo sujetó a la mujer comenzando a caminar hacia la salida y en ese momento Dylan recuperó su voz.

 

  • ¿Alguien puede explicarme?  --  preguntó
  • Ahora no  --  le respondió Istvan
  • Pero…
  • Lo lamento Rybik. Sin embargo, creo que tienes derecho a saber. Ven con nosotros 

 

Un momento después estaban en un salón y ya varios de los sujetos que Dylan había conocido durante el día y la noche anterior estaban allí. Dylan estaba por preguntar de nuevo cuando las puertas se abrieron dando paso a Iziaslav, los consejeros y Janos,  y por la cara que traía Iziaslav, Dylan pensó que aquello iba a ponerse mal para alguien.

 

  • ¿Puedes decirme cómo demonios sucedió esto?  --  exclamó antes de llegar a ellos y mirando a Istvan, pero luego pareció cambiar de idea y dirigiéndose hacia Dylan  lo sujetó por los hombros  --  ¿Estás bien, Rybik?
  • Sí señor  --  respondió él aun sorprendido
  • Sarì, sabíamos que algo así iba a suceder, solo que no…




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