Después de contemplar ese espectacular amanecer, Dylan fue a su habitación, pero lo hizo más porque Janos le había dicho que todos se retirarían a descansar un rato que porque él mismo tuviese necesidad de sueño. Sin embargo, al igual que todos subió a la suya, pero apenas entró percibió una presencia que estaba seguro no debía estar allí. Avanzó con cautela y con todos sus sentidos alertas, sorteó los sillones que había en el salón y se acercó a la puerta que daba acceso a la habitación propiamente dicha. No obstante, antes de abrirla se sintió sujetado desde atrás y una mano se cerró sobre su boca.
Su primera reacción fue automática y flexionó su brazo con intenciones de clavar el codo en el torso de su atacante, pero por algún motivo no pudo hacerlo y sintió ambos brazos inmovilizados.
En principio no habría estado muy de acuerdo con eso dadas las circunstancias, pero al reconocer la voz se tranquilizó. Casi de inmediato notó que la presión cedía y se giró. Iba a hablar, pero el sujeto se llevó un dedo a los labios. A continuación Dylan sintió como una idea entraba violentamente en su mente.
Un montón de ideas locas pasaron por su cabeza a la velocidad del rayo, pero una más improbable que la otra y en realidad no estaba muy seguro de estar entendiendo nada.
Esto vino a sumar mayor confusión ¿Qué demonios estaba haciendo bien?
La indicación sí, pensó Dylan, los motivos definitivamente no.
Dylan asintió aun sin comprender bien, abrió la puerta y entró dejándola abierta. Por un momento pensó que aquello en lugar de la mencionada trampa, tenía todo el aspecto de ser un obsequio, porque sobre la cama estaba una criatura especialmente bella y ataviada de forma que no dejaba nada a la imaginación. La chica se incorporó sonriendo y el cuerpo de Dylan reaccionó en consecuencia, pero recordando lo que le habían dicho no se movió. La sonrisa de la joven vaciló, pero decidió mostrarse más convincente, de manera que se puso de pie y comenzó a acercarse a él con lentitud. Sin embargo, cuando estaba solo a un par de pasos fue violentamente apartada y Dylan vio con asombro que Istval se hacía visible mientras sujetaba con una mano el cuello de la chica y con la otra uno de sus brazos.
Pero ciertamente no tuvo ocasión de decir ni hacer nada, porque inmediatamente aparecieron en su habitación Istvan e Yvaylo.
Después de eso Istval pareció haberse desinteresado del asunto y se recostó de la pared en actitud indolente y comenzó a jugar con el Dykari mientras Yvaylo revisaba a la chica.
Yvalylo sujetó a la mujer comenzando a caminar hacia la salida y en ese momento Dylan recuperó su voz.
Un momento después estaban en un salón y ya varios de los sujetos que Dylan había conocido durante el día y la noche anterior estaban allí. Dylan estaba por preguntar de nuevo cuando las puertas se abrieron dando paso a Iziaslav, los consejeros y Janos, y por la cara que traía Iziaslav, Dylan pensó que aquello iba a ponerse mal para alguien.
#1117 en Otros
#220 en Novela histórica
#660 en Fantasía
personajessobrenatules, traicion secrtos muerte guerras internas
Editado: 17.07.2021