Los invitados
Hacia las ocho de la noche, Dylan entró a la habitación de Luciano y se encontró con que éste aun no estaba listo.
- ¡Vaya! -- exclamó -- Eres peor que una señorita
- No seas necio, Danworth -- dijo con ira -- y ciertamente tú eres mucho peor
- ¿Piensas tardar mucho más? -- siguió él -- La verdad nunca he tenido mucha paciencia y…
Se interrumpió cuando escuchó la puerta y se giró para encontrarse con los ojos de Iyul
- ¿Tienes dificultades para decidir qué vestir?
Luciano gimió internamente preguntándose qué mal había hecho para tener que soportar a aquellos dos.
- Si tanta prisa tienen, lárguense los dos
- Vamos Lucien -- dijo Iyul en tono conciliador -- ¿Acaso piensas llegar después que Él? Hasta para ti eso es mucho dyrthàir [1]
Por él, Dylan sabía perfectamente que se referían a Iziaslav, y suponía acertadamente que allí al igual que en cualquier corte, estaba fuera de discusión llegar a una reunión después que el soberano hubiese hecho acto de presencia.
Entre tanto en el salón principal, Istvan miraba con atención a los asistentes. Esta parte de las Evesbriel nunca había sido de su especial agrado, pero era una tradición y él se ceñía a las normas por mucho que no le agradasen, y solía pensar que su padre y los Levjaners más antiguos tenían mucha suerte, ya que no estaban obligados a asistir.
- Realmente algo muy molesto e inconveniente si me preguntas, aparte de contribuir poco a la propia felicidad
- Deja de hurgar en mis pensamientos, kicyk dywel -- y escuchó que Istval reía
Aquello era algo que ni con todo su poder y dominio de la energía, podría evitar nunca.
- Vamos hombre, somos aykeris y si yo no me quejo, no veo por qué debes hacerlo tú
- Será porque no tienes motivos para ello
- Claro, porque como tú nunca lo haces -- dijo Istval con su acostumbrado tono burlón
- Créeme que no es porque esté especialmente interesado en saber lo que sucede allí dentro
- Yo tampoco dije que estuviese interesado, solo es inevitable
Istvan frunció el entrecejo e Istval giró la cabeza hacia donde miraba su hermano. A él tampoco le gustaba lo que veía, pero solía preocuparse menos, o al menos eso aparentaba.
- Un exceso de energía negativa concentrado en un solo punto -- dijo esto y luego prestó atención a los sujetos
- No pierdas tu tiempo, ambos son unos Vermalik [2] Zrensetler [3], pero aun no quieren morir. Así que no dirán nada de importancia real -- dijo Istvan
- No me interesa lo que dicen, sino lo que piensan
- Saben que están rodeados de Lovets, así que no creo que se arriesguen a pensar y no están acusados de nada -- acentuó Istvan
- Aun -- dijo Istval con sorna
Esto obedecía a que en teoría y legalmente, se suponía que no debían hurgar en las cabezas ajenas a menos que tuviesen una orden y sobre todo un motivo para ello, el problema era que Istval interpretaba las leyes a su antojo y conveniencia, especialmente cuando se trataba de individuos como aquellos.
- Por otra parte, sobrestimas la inteligencia de esos nekasnys Istvan, y han demostrado en reiteradas oportunidades que si bien no carecen por completo de ella, le dan un muy pobre uso
- Zdravi Janos -- saludó Istvan sin volverse
- Kasny dunheit, kycks -- los saludó él -- ¿Se divierten?
- No tienes idea de cuánto -- dijo Istval y Janos sonrió
- Eso es lo que sueles hacer, hasta donde sé
- Y voy a hacerlo mucho más -- aseguró Istval poniéndose en marcha
- Istval, déjalos en paz -- advirtió Istvan
- Siempre me acusas de no tener los modales adecuados, y ahora que pienso comportarme como gente civilizada también protestas
- Tú lo que quieres es fastidiar
- Bueno eso también -- dijo el chico y se alejó riendo
- No te esfuerces Istvan, lo conoces y sabes que no va a descansar hasta resolver el asunto -- le dijo Janos
Istvan sabía que Janos tenía razón, porque Istval era terco y obstinado y había sido así desde la cuna. No era que él no quisiese cazar a aquellos individuos, pero siempre hacía las cosas en forma metódica y ordenada, mientras que su hermano iba directo a por lo que le interesaba y la mayoría de las veces, no con los métodos más éticos. Sin embargo, en ese momento otro asunto ocupó sus pensamientos.