La Dinastía (libro 3. Profecía)

Cap. 09 Unos y otros

En cuanto Phillipe había llegado a Francia, Madeleine lo había puesto al tanto de todo, momento que decidieron aprovechar para poner al corriente también a Maurice y el pobre sujeto había quedado a medio camino entre la incredulidad y la ira. Lo primero obedecía a lo fantástico de todo aquello e incluso llegó a  pensar que tanto su hija como su hermano sufrían un severo trastorno mental, pero una vez que le demostraron con hechos toda aquella locura, tuvo que rendirse a la evidencia, pero al mismo tiempo lo invadió la ira.

Maurice era ordinariamente un sujeto tranquilo, no le gustaba ni buscar problemas ni verse envuelto en ellos, pero seguía siendo un Saint-Claire, por lo tanto cuando se molestaba podía ser extremadamente peligroso, y en este caso su ira estaba lógicamente dirigida a aquellas diabólicas criaturas que habían sesgado la vida de Jacques y hundido a su hija en aquel dolor, porque, aunque Madeleine sobrellevaba la pérdida de su esposo con enorme fortaleza, tanto Maurice como Phillipe sabían que estaba hecha pedazos.

Le llevó un buen tiempo a Phillipe calmarlo, algo del todo insólito, porque generalmente era al revés, pero en esta ocasión Phillipe veía las cosas de distinto modo, sobre todo después que Madeleine le refirió la conversación con Istvan.

  • ¿Qué opinas?  --  le preguntó a su sobrina
  • ¿Qué opino de qué?
  • Del sujeto ese, por supuesto  --  dijo él  --  ¿Crees que es sincero? ¿Se puede confiar en él?
  • ¿Estás loco?  --  gritó más que preguntó Maurice
  • No lo sé, tío  --  dijo Madeleine  ignorando la indignación de su padre  --  Estaba alterada en ese momento, acababa de…
  • Entiendo, linda  --  dijo él abrazándola  --  Pero me dijiste que te había dejado las señas de uno de ellos ¿no?  --  y ella asintió
  • ¡Phillipe Saint-Claire!  --  exclamó de nuevo Maurice  --  Espero que no estés pensando hacer lo que creo, porque…
  • Maurice, hazme el favor de calmarte  --  dijo perdiendo la paciencia  --  Yo también quería a Jacques y lamento su muerte tanto como tú, pero eso ya no tiene remedio y creo que lo más sensato es asegurarnos de las intenciones de estos… sujetos   --  finalizó no muy seguro de que fuesen personas  --  Si lo que le dijeron a Madeleine es cierto, concuerdo con ellos en que no hay motivos para enfrascarnos en una absurda guerra que…
  • ¿Absurda?  --  lo interrumpió Maurice  -- ¡Son monstruos, Phillipe!
  • Yo no lo veo así, o al menos…
  • Phillipe escúchame, me costó mucho aceptar todo esto, pero siendo que es cierto, nosotros podemos acabar con ellos

Adrian y Mijail que escuchaban a distancia para evitar ser descubiertos por Madeleine, se miraron con preocupación, porque si Maurice convencía a su hermano, las cosas podían ponerse muy mal, ya habían vivido ese tipo de persecuciones antes y nunca habían terminado bien.

  • Maurice, si lo que ese hombre le dijo a Madeleine es cierto, no hay necesidad de algo así
  • Phillipe no seas necio, es lógico que le dijera eso  --  insistió Maurice  --  ¿Acaso no lo ves? Tienen miedo, porque somos los únicos que podemos acabarlos.

Phillipe se quedó en silencio un rato y los que miraban a lo lejos si bien tuvieron alguna dificultad, lograron saber algo de lo que estaba pensando. Phillipe pensaba que por una parte era posible que su hermano tuviese razón, pero también cabía la posibilidad de que estuviese equivocado y al final todo se sustentaba en la opinión de Madeleine, y ella no estaba segura de nada.

  • ¿Madeleine?  --  volvió a preguntar
  • Ya te lo dije, tío Phillipe, no lo sé
  • Bien, entonces creo que lo mejor será hablar con ese sujeto, y ahora que estás más tranquila quizá…
  • ¡Phillipe, eso es una locura a menos que me digas que vas clavarle una daga al muy desgraciado!

A pesar de lo que decía Maurice, al menos de momento no había nada más lejos de los pensamientos de Phillipe, circunstancia que tranquilizó en algo a los dos Lovets. No obstante, consideraron oportuno avisarle a Edin.

Un par de días después y una vez que Phillipe se hiciera cargo de algunos asuntos pendientes, decidiría ir a ver a Edin, visita para la que ya éste estaría preparado, porque en cuanto Adrian le avisó acerca de las intenciones de Phillipe, él se fue a ver a Istvan.

  • No tienes que hacerlo, Edin  --  le dijo Istvan después de escuchar los pormenores de la conversación entre los Saint-Claire
  • Por supuesto que debo hacerlo  --  dijo él  --  Te comprometiste con Madeleine.
  • Exacto, yo me comprometí, no tú  --  aclaró él  --  Yo me haré cargo
  • Istvan, puedo hacerlo, conozco a Phillipe y…
  • Conociste a Phillipe Saint-Claire, ya no es el jovencito al que trataste y tú mismo nos dijiste que era un sujeto peligroso
  • Pero aun así estoy seguro que no me haría daño  --  insistió Edin
  • Edin, por empezar no eres lo que él creyó que eras, eres un Devrig y él es un Saint-Claire en posesión del conocimiento de lo que eso significa, y como no estamos seguros de qué quieren o cómo van a reaccionar,  no puedo ponerte en riesgo   --  hizo una pausa y agregó  --  Cualquiera de ellos podría decir atacarte, y aun suponiendo que te vieses en la necesidad de desaparecer a toda velocidad, seguiría siendo un riego, porque no sabemos qué puede hacer Madeleine Saint-Claire para impedírtelo.
  • Pero lo mismo aplicaría a ti
  • Así es, pero yo he vivido mucho más que tú y estoy preparado para dejar de hacerlo  --  dijo él con tranquilidad para enorme consternación de Edin



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En el texto hay: tristeza esperanza

Editado: 20.08.2021

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