La Dinastía (libro 3. Profecía)

Cap. 23 Explicaciones

Poco más de veinte días es un tiempo que medido desde la perspectiva de longitud de vida de un Devirg, sería prácticamente insignificante. No obstante, y dado el inexplicable hecho que había protagonizado Dylan, todos tenían verdadera urgencia por encontrarlo, y era por esta razón por la que como le sucede a cualquier mortal común para quienes hay momentos que por cortos que sean parecen eternos, a ellos les había parecido igualmente largo el tiempo que habían demorado en encontrar a Dylan.

Iyul había estado atormentado, pensando que todo el asunto era ya de por sí inexplicable y eso lo había llevado a sustentar la idea de que tal vez  Dylan simplemente había muerto con cierto retraso. Lucien en cambio sostenía que estaba vivo, porque él habría sentido si hubiese sucedido lo contrario. Y en el caso de Iziaslav, también estaba positivamente seguro que estaba vivo y tenía buenas razones para creerlo, pero necesitaba verlo con sus propios ojos.

Durante los primeros días, los Lovets habían cubierto la zona adyacente al Loch Tay, pero se fueron alejando a medida que pasaban los días. Sin embargo, Istval estaba seguro que después de una caída como aquella, por fuerza debía haberse roto algo y eso haría imposible un desplazamiento veloz, y por tanto que lo alejase mucho de las márgenes del lago. Y si bien estaba en lo cierto, en primer lugar habían buscado en la dirección equivocada, y en segundo término, no habían contemplado la posibilidad de que hubiese sido ayudado por nadie. Y aun hubo una tercera alternativa con la que no contaron hasta que Istvan se los hizo notar, y era el hecho de que Dylan pudiese estar sin conocimiento.

Si bien los Devrigs en general tenían sus sentidos muy desarrollados, los Lovets lo tenían mucho más, lo que les permitía rastrear con bastante éxito casi a cualquiera, y en el caso de los Levjaners como Itlar, Misha, Yvaylo, Edin e Istvan y su gemelo, aunque este último no fuese un Levjaner, contaban con algo que no es considerado un sentido como tal, la alta capacidad para percibir la energía. El asunto es que si ésta, está en reposo, es más difícil de detectar, y fue esto lo que retrasó de manera considerable lo que en otras condiciones les habría tomado mucho menos tiempo, algo que había estado preocupando sobre todo a los peligrosísimos hombres que componían el grupo habitual de trabajo de Istval, pues ellos eran unos cazadores natos y a quienes recurrían todos cuando algún criminal era especialmente hábil para esconderse.

No obstante, cuando Istvan les recordó lo anterior, volvieron a las zonas más cercanas al lago y recomenzaron la búsqueda. Lamentaron que Yvaylo no estuviese con ellos, porque después de un año manteniendo una relación tan estrecha con Dylan, a él le habría resultado mucho más fácil rastrearlo, pero afortunadamente contaban con Iyul y con Lucien, que aparte de la mencionada cercanía que era mucho mayor al ser el último, su Izbretel, poseía el don de la percepción y por muy poco que se hubiese preocupado en desarrollarlo era una cuestión innata, lo que finalmente había resultado decisivo.

Cuando decidieron reemprender la búsqueda desde el punto cero, zona que no habían cubierto ni los hermanos ni Istval, ya que se habían integrado a la búsqueda un tiempo después que esta comenzara, calcularon hacia dónde podía haber sido arrastrado por la corriente teniendo en cuenta la dirección del viento y la temperatura del agua, que en aquella época estaba por debajo de los 10º, lo que por fuerza hacía el desplazamiento más lento debido a su densidad. Recorrieron la orilla hasta que finalmente dieron con el punto de extracción, y a partir de ahí, Istval, que era un excelente rastreador, trazó las posibles direcciones que habían podido tomar las personas que lo habían sacado del lago y procedieron al rastreo.

A pesar de que su sentido del oído estaba tremendamente desarrollado, en descampado era un poco más difícil captar voces, especialmente porque había otros muchos sonidos que interferían y la dirección del viento podía desplazar el sonido hacia diversos puntos, pero finalmente Lucien había percibido con claridad la energía de Dylan, así que comenzaron a desplazarse en la dirección que él indicó, y cuando estaban aproximadamente a un kilómetro, empezaron a escuchar las voces. Al principio fue solo un murmullo, pero Lucien estaba seguro que se trataba de Dylan y así fue como finalmente lo hallaron. Aunque estaban bastante seguros que no había peligro inminente, los Lovets recibieron la orden de primero rodear el perímetro antes de que ellos entrasen por Dylan.

 

Después de esos días de tensa angustia en los que habían estado demasiado concentrados en encontrarlo, olvidándose momentáneamente de lo sucedido, ahora las obvias preguntas de cómo y por qué volvían a salir a flote, y al menos en el caso de los príncipes, necesitaban tanto como Dylan, una explicación.

Iziaslav había pensado mucho en cómo afrontar aquello, las palabras de Seren se habían estado repitiendo en forma constante en su cerebro durante todos aquellos días, y aunque no tenía motivos para dudar de ellas, y por el contrario, nunca nada de lo que ella había dicho se había encontrado en contradicción con los hechos, todavía se resistía a creerlo.

 

Había hecho todo lo posible por proteger a los suyos y hasta lo imposible por proteger a sus hijos; había peleado muchas batallas, ganando unas  y perdiendo otras, pero pensaba que había llegado el momento de pelear la batalla final y esperaba que ésta trajese el tan anhelado equilibrio con el que se había atrevido a soñar, y que sus hijos así lo entendiesen. De modo que con un suspiro resignado, se dispuso a hablar.

  • Rybik, ya conoces la mayor parte de nuestra historia, o al menos lo más relevante, de modo que no invertiremos tiempo en ello. En esta ocasión voy a hablarte de mí y de lo que me atañe en forma directa. Cuando conocí a Seren, literalmente perdí la cabeza por ella  --  en este punto Lucien compuso la peor de las caras  --  Había sido feliz con Gianna, y aunque habíamos tenido que llorar la pérdida de tres hijas que nunca lograron ver la luz, ya que murieron poco antes de nacer, también me había dado cuatro hijos de los que me sentía sumamente orgulloso, pero aunque la quise, cuando apareció Seren, lo que se despertó en mí no tenía punto de comparación, aquello no era simplemente amor, era necesidad, era… dolor, porque simplemente me dolía hasta respirar si ella no estaba junto a mí  --  si había alguien en esa sala que podía entender sin mucha explicación aquello, ese alguien era Dylan, mientras que Lucien se sentía casi enfermo  --  No voy a mentir diciendo que en algún momento luché contra eso, en aquel entonces yo aun era demasiado egoísta, y si bien llegó un momento en el que estuve dispuesto a hacerme matar por aquella mujer, no lo estuve en nunca a renunciar a ella  --  en aquel punto sí diferían, puesto que Dylan no solo había luchado, sino que ahora estaba dispuesto a renunciar  --  Inicialmente ella se negó a todo, y aunque evidentemente yo podía obligarla, no era así como quería tenerla, porque la amaba de verdad, pero finalmente quedó demostrado que podemos ser fuertes, poderosos, hábiles y casi invencibles, pero el amor es lo único que puede vencernos y en algún momento lo hace  --  algo que Dylan había comprobado recientemente  --  y Seren no estaba exenta de ello, porque al final tuvo que rendirse ante lo que sentía. Sin embargo, después de eso quiso alejarse para no hacer daño a mi familia, pero ciertamente yo no estaba dispuesto a permitirlo. En un inicio conversábamos mucho y fue cuando se enteró de mis deseos de acabar con las guerras interminables en las que había vivido y que ahora no se trataba de riquezas, territorios o poder, sino en contra de los otros Devrigs que estaban asolando al mundo. Yo había vivido eso, yo también actué como ellos al principio de mi transformación, pero luego fui entendiendo que atentábamos contra todas las leyes naturales y que justamente eso era lo que nos había convertido en lo que éramos, y con ayuda de los Levjaners, y aunque me había costado muchos años y esfuerzo, había logrado entenderlo y ahora quería detenerlo. Fue entonces cuando Seren me proporcionó el arma para hacerlo creando un metal capaz de sesgar la vida de los Devrigs
  • Un momento  --  dijo Dylan a quien aquello había llamado especialmente la atención  --  ¿Dijo que ella había creado el metal?
  • Así es  --  y Dylan miró con asombro a Iyul que era quien le había referido aquella parte de la historia
  • Pero… pero tú me dijiste que ese metal se encontraba en los Montes Altai, entonces cómo es que…
  • Es allí donde se encuentra  --  lo interrumpió Iziaslav  --  pero solo desde que Seren hizo aparecer esa veta. El Daearprin no era un metal existente, por lo tanto no era conocido y sigue sin serlo para aquellos que no sean Devrigs  --  sin embargo, la mente lógica de Dylan se negaba a aceptar que alguien pudiese crear de la nada algo que no existe  --  Rybik, Seren no era cualquier mujer, era una vidmagy poderosa que contaba con todos los dones de Maikata Priroda, así que le era dado hacer muchas cosas de las que quizá no tenemos ni idea  --  Dylan asintió, aunque seguía sin poder creerlo, pero descartándolo de momento por irrelevante para lo que en realidad le interesaba, de modo que Iziaslav continuó  --  Lo importante de esto, es que ella lo hizo porque confió en mí, algo que no debió hacer, porque yo aun no estaba listo para afrontar el ostentar ese clase de poder. De modo que cuando nuestro amor se consumó y ella decidió marcharse porque la culpa la atormentaba, yo cometí el primer asesinato por el que nunca podré perdonarme. Por egoísmo y en beneficio de mi propia felicidad, le quité la vida a la madre de mis hijos.



#1742 en Otros
#317 en Novela histórica
#1151 en Fantasía
#701 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: tristeza esperanza

Editado: 20.08.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.