Al día siguiente de la partida de los príncipes y después que Aleksèi efectuó el chequeo de rutina a Sophie, hizo uso de su habilidad haciendo que Kendall lo invitase a quedarse para la comida. Evidentemente Sophie desde hacía una semana no bajaba las escaleras como Aleksèi le había ordenado, de modo que Derek generalmente comía arriba con ella, pero apenas se habían sentado a la mesa cuando llegó Derek en carrera y sin aliento.
Kendall que había estado a punto de reñir a su hijo por el tratamiento poco ceremonioso que le había dado al médico, se había quedado clavado a la silla y con los ojos a punto de salírsele, y Chris no estaba mucho mejor, pero reaccionó primero que su padre y salió en carrera tras su hermano y el médico, pero se detuvo en la puerta del comedor.
Aleksèi había entrado y Sophie estaba de pie al lado de la cama, pero se sujetaba precariamente de uno de los postes.
Derek ignorando las posibles reglas, normas o lo que fuese que le impedía estar allí, había entrado de nuevo y no le quitaba la vista de encima a su madre mientras Aleksèi la examinaba.
Sujetó a Derek por un brazo y lo hizo salir. Kendall y Chris estaban en el pasillo con cara de susto y tan pálidos como un fantasma. Aleksèi los tranquilizó y les dijo de igual modo que si bien ya había comenzado, aun tardaría un poco. Después le pidió a Derek lo que le había dado a guardar y el chico salió disparado a su habitación mientras Chris iba por las mujeres.
Un rato después cuando ya a Sophie le habían colocado ropa más cómoda, Aleksèi volvió a entrar con la caja que le había dado Derek y llamó a las dos mujeres.
La tarde pareció que no iba a acabar nunca en opinión de Derek y Chris, y para cuando comenzó a anochecer, ya habían recorrido el pasillo más veces que en toda su vida.
Aleksèi se lavó las manos primero con la solución y luego con alcohol, Kate abrió con cuidado el paquete donde estaban los guantes y él se los colocó, después de lo cual se acercó de nuevo a la cama y se dispuso a recibir al bebé. Sophie experimentó de nuevo un dolor que después de diecisiete años, ya había olvidado, pero siendo que Aleksèi había dedicado mucho tiempo a explicarle lo que sucedía en el cuerpo para que su hijo pudiese nacer, en esta ocasión, aunque el dolor era el mismo, ella estaba mucho más serena.
Y efectivamente la cabecita ya había asomado y él comenzó a ayudarlo a salir, mientras daba órdenes a Kate para que le acercase el primer trozo de tela y luego la cuchilla para cortar el cordón.
Caminó de prisa hacia la mesa donde ya Kate había dispuesto el agua tibia con la que limpió de prisa, pero cuidadosamente al bebé, con un pequeño trozo de tela le limpió los ojos y después con uno más grande el resto del cuerpo, por último lo envolvió en una manta y lo colocó en la cuna. Se quitó los guantes, tomó la cuchilla la lavó y se acercó al fuego colocándola sobre él, pero estaba en ello cuando Sophie se quejó de nuevo.
Se apresuró hacia la mesa, llamó a Kate para que desenvolviera el otro paquete, se colocó otro par de guantes y volvió junto a la cama. Unos segundos después, asomaba otra cabecita.
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Editado: 20.08.2021