A pesar de que Istvan se reunió con los miembros del Arkel para participarles la decisión de Iziaslav, todos coincidieron en que si bien no podían negarse a una decisión de su soberano, y en realidad no tenían motivos para hacerlo exceptuando por una que otra objeción que fueron rápidamente resueltas, aquel no era el mejor momento para embarcarse en una reestructuración.
No era que a nivel interno eso fuese a representar un problema, pues ellos seguían funcionando como lo habían hecho siempre, pero aparte de que Iziaslav quería que no solo la orden funcionase nuevamente a la luz pública, sino que retomasen sus antiguas denominaciones, aquello sí representaba tiempo y enfrentarse a toda la burocaracia de los manejos de estado, y como francamanete Istvan de la última cosa que podía ocuparse en aquel momento era de dar explicaciones a los miembros de su raza, porque debía ocuparse de la convulsionada Inglaterra y de la seguridad de sus altezas reales, llegaron a la conclusión de esperar un poco.
Iziaslav se mostró conforme, pues también estaba muy interesado en la seguridad tanto de sus hijos como de los pequeños aykeris, de modo que las cosas quedaron como estaban, y ahora, y aunque no lo sabían, tendrían que prepararse a hacer frente a unos acontecimientos de los que no tenían ni idea, pero que cuando se presentasen, ellos habrían dado gustosos sus vidas porque no fuese así.
#1271 en Otros
#256 en Novela histórica
#820 en Fantasía
#531 en Personajes sobrenaturales
violencia odio injustificado venganza, amor eterno verdad oculta, alegria efimera amor familiar
Editado: 29.09.2021