A pesar de que la noche había sido agitada ya que todos estaban muy preocupados por Patrick, Dylan despertó temprano como siempre y terminaba de vestirse cuando sintió que abrieron la puerta y se giró.
Aunque la mujer se había girado, a Dylan le tomó solo un par de segundos notar que estaba llorando. La madre de Tommy era una mujer habitualmente de buen ánimo, solía saludarlo con una sonrisa y lo primero que hacía a diario era reñirlo, porque a su juicio no se alimentaba como debía, de modo que Dylan se sintió muy mal al verla así y se acercó a ella.
Trató de hacer que se volviese, pero ella seguía llorando en forma convulsiva.
Pero se interrumpió él mismo diciéndose que era un idiota, primero porque sabía las razones por las que la pobre mujer estaba en aquel estado, y segundo porque podía tranquilizarla en lugar de estar preguntándole nada, así que se aplicó a hacerlo.
Y ciertamente lo estaba, porque Nevsky lo mantenía adecuadamente informado de los progresos de Tommy y él mismo había ido a verlo en varias oportunidades. Al principio había sido muy duro y se cuestionó lo que había hecho hasta el punto de la locura, y Haliq recomendó que no fuese más hasta que Tommy hubiese superado la primera etapa. Durante esos primeros días, Dylan despertaba a media noche escuchando los gritos de Tommy como si lo tuviese al lado, de manera que casi había perdido la razón por aquello y Lucien había dado órdenes a Yvaylo de no permitirle ir al Haigala de nuevo hasta que Haliq no avisara que el chico estaba mejor. Por otra parte, Lucien había tomado la decisión de no decir nada a los Stuart, porque no sabían cuánto iba a tomarle a Tommy adaptarse, y aunque Dylan inicialmente estaba claro en eso, cuando Thomas recibió la carta donde le avisaban que su hijo estaba desaparecido y había corrido desecho al castillo para decírselo a su esposa, Mary se puso histérica. Itlar se encargó de tranquilizarla, pero Lucien tuvo que llevarse a Dylan a la fuerza, porque había estado a punto de hablar al ver la desesperación de los Stuart.
Dylan se había tranquilizado y había guardado silencio, porque entendía que Luciano tenía razón, pero seguía sintiéndose terrible, porque los Stuart estaban sufriendo mucho. Elizabeth se había casado con uno de los trabajadores de Livingstone, pero pasaba el tiempo y no habían podido concebir, de modo que cuando finalmente lo hicieron, todos estaban muy felices. Sin embargo, a Elizabeth se le había adelantado el parto y cuando avisaron a Aleksèi ya era demasiado tarde, de modo que tanto ella como la criatura habían muerto. Aunque eso era algo que ocurría con mucha frecuencia y todos sabían que era una posibilidad, aquello había destrozado a los Stuart, de manera que ahora al sumarse la desaparición de su hijo, era lógica su angustia y su dolor.
Finalmente Mary había dejado de llorar y Dylan se sintió más tranquilo, pero decidió que después de enterarse cómo había amanecido Patrick, iría al Haigala a ver cómo iba Tommy.
Dylan volvió a sonreír, y aunque usualmente se peleaba con ella y le decía que con el café bastaba solo para mortificarla, aquel día no dijo nada y bajó obedientemente al comedor.
Como siempre que las cosas estaban agitadas, Lucien no había dormido y ya estaba allí cuando Dylan entró, pero antes de que pudiese dar los buenos días siquiera, se presentó un visitante del todo inesperado.
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Editado: 29.09.2021