La Dinastía (libro 5. Sangre Real)

Cap. 06 ¿Castigo?

Istval estaba más allá de la furia y en opinión de sus hombres eso era en extremo peligroso. Todos los que formaban parte de su reducido escuadrón habitual de trabajo eran Lovets con una probada y exacerbada tendencia al suicidio, según sus compañeros del Arkel, porque trabajar con Istval era como caminar al borde de un precipicio todo el tiempo. Sin embargo, en los muchos años que llevaban trabajando con él, pocas veces lo habían visto enfurecer de aquella manera, aunque podían entender sus razones. La búsqueda de André ya les estaba consumiendo mucho más tiempo del habitual y aquel desgraciado parecía haber desarrollado una especial habilidad para esconderse.

Hacía apenas unas horas estaban seguros de haber estado a punto de atraparlo, pero el mal nacido había desaparecido y acababan de comprobar que era una pista falsa, de modo que Istval estaba destrozando todo a su alrededor. No obstante, ninguno de los diez hombres se movió ni un milímetro de donde estaban. Una vez que se hubo calmado lo suficiente como para que ellos estuvieran seguros que no le quitaría la cabeza al primero que hablase, uno de ellos dio un paso al frente.

  • Tenemos nueva información  --  Istval lo miró y como no dijo nada el individuo prosiguió  --  todo indica que André estuvo en la casa de Mademoiselle Viel, una modista, y que podría volver
  • ¿Una amante?  --  preguntó con cierto tono de duda
  • Eso no hemos podido establecerlo, pero…
  • Vamos allá
  • Istval  --  lo detuvo él  --  pensamos que podría ser una trampa  --  Istval lo miró en forma peligrosa antes de hablar
  • No tienen que venir si no quieren

Esa era otra de las muchas y muy extrañas características del Lovet, aunque aquellos sujetos lo obedecían ciegamente, dado que habían pedido trabajar con él y a todos los efectos era su comandante, Istval nunca obligaba a nadie a nada y no se veía a sí mismo como el Lavny de aquel grupo de hombres, sino que para él todos eran sus amigos, de modo que aquello les sentó como una patada en el estómago.

  • No se trata de eso, necio  --  dijo Axier que era quien había estado hablando  --  pero no queremos tener que decirle a Milorad que perdimos tu desquiciada cabeza

Con ese comentario quedaba demostrado de manera irrebatible, el poco aprecio que le tenía él mismo a la propia, pero de no ser así, ninguno de ellos trabajaría con aquel loco. No obstante, Istval no dijo nada y caminó hacia la puerta.

  • Escucha, por algún motivo que no hemos tenido ocasión de establecer, esta señorita parece despertar el interés de los Devrigs  --  dijo Axier mientras caminaban hacia la salida
  • Explícate
  • Niko  --  dijo él mirando a otro
  • Según lo que pude constatar, y aunque no entran a la tienda, vi a un par de Devrigs pasar por allí y… son Yaroslávich  --  Istval se detuvo en seco y lo miró
  • ¿Cómo has dicho?
  • Estamos en Francia, de modo que sugiero hablar con Edin antes de hacer nada, porque lo chicos que vi son havariks

Istval lo pensó durante unos segundos, pero su instinto le indicó que no tenía tiempo para eso y continuó su camino.  Cuando estaban a pocos metros del lugar, escucharon el inconfundible ruido de lucha, de modo que corrieron en aquella dirección y enseguida identificaron el uniforme de tres Lovets, pero era un enfrentamiento desigual, ya que los sujetos con las que se las veían los superaban en número por mucho, de modo que sin pensarlo, se metieron en el conflicto. No obstante, cuando ya tenían la situación controlada, apareció otro llevando consigo a una joven a quien le tenía un nelegasi apuntando a su cuello.

  • Déjenlos o se lo corto aquí mismo  -- dijo

Istval no tenía idea de quien era aquella mujer, aunque le resultaba vagamente familiar, pero algo estaba muy mal en todo el asunto, porque si estos sujetos eran hombres de André y ella le interesaba por algún motivo, dudaba que aquel payaso fuese a hacer lo que decía.

  • ¿No me escucharon?  --  preguntó el fulano
  • No sé quién demonios seas tú, pero asumo que tú sí sabes quienes somos nosotros  --  dijo Istval --  ¿De veras piensas que tienes alguna oportunidad de escapar?
  • Yo diría que sí, a menos que quieran ser responsables de la muerte de esta linda señorita
  • Dime algo imbécil ¿tienes idea de con quién estás hablando?  --  preguntó Istval colocándose al frente de sus hombres

Fue evidente el cambio de actitud del individuo, porque si bien sabía que aquellos sujetos eran Lovets, acababa de identificar a uno especialmente peligroso.

  • Korsacov  --  dijo con desprecio
  • Bien, ahora tendrás la amabilidad de soltarla y…

Pero definitivamente nadie se esperaba lo que sucedió a continuación, porque no hubo oportunidad de saber si tenía o no la intención de obedecer, ya que la jovencita aquella tenía ideas propias y clavó su codo en el estómago del desprevenido sujeto con mucho perjuicio para ella misma, y a pesar de que Istval se había movido con extraordinaria rapidez, ésta no fue suficiente. Istval había sujetado a la chica y no se había detenido, sino que había corrido para sacarla de escena, pero cuando intentó ponerla de pie, se dio cuenta que aquel mal nacido le hacía cortado la yugular y estaba desangrándose ante sus ojos.

  • No, no, no niña  --  dijo colocándola en el piso, pero no había mucho qué hacer
  • Mamman…  --  murmuró la chica llamando a su madre con su último aliento




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