La Dinastía (libro 5. Sangre Real)

Cap. 07 Recuerdos

Los próximos días fueron verdaderamente problemáticos para los Levjaners, primero porque Dylan después de llegar a su casa luego del incidente con Kendall, apenas si fue capaz de descansar un rato, y cuando bajó, les quedó claro que con aquel sizvitel no iba a irles mucho mejor que con el otro.

  • Yvaylo, sé y entiendo que tu obligación es protegerme, pero si intentas impedir que me acerque a Sophie, te harás acreedor de mi ira, y si bien te he considerado mi amigo durante todos estos años y estoy claro en que no puedo hacerte ningún daño ni quiero hacértelo, eso no impedirá que le pida a Iziaslav que te remueva de tu cargo ¿está claro?
  • Ak, sarì
  • Dylan…
  • No Luciano, es posible que Yvaylo o Itlar estén obligados a obedecerte a ti antes que a mí, pero si lo haces, consideraré que he estado equivocado todo este tiempo con respecto a ti, porque pienso que merezco respeto en cuanto a mis decisiones y no te estoy poniendo en riesgo a ti
  • Quizá no a mí, pero te pones en riesgo tú mismo, ya viste lo que sucedió con Arlington y…
  • Sabes que no puede hacerme nada, y si supones que yo voy a hacérselo a él por decir idioteces, entonces es que no me conoces bien
  • Voy a suponer que es así, pero te equivocas en cuanto que no te estás poniendo en riesgo, porque tal vez no sea un peligro para tu vida, pero lo será para tu estabilidad ¿cuánto tiempo crees que puedas soportar estar junto a esa mujer sin hacer algo por lo que luego vas a sentirte miserable?
  • Eso es asunto mío

Dicho esto abandonó la estancia dejando a Lucien en un estado de preocupada frustración, pero por mucho que quisiese evitarle malos ratos, sabía que Dylan tenía razón y no podía pretender manejar su vida, primero porque no le asistía ese derecho, y segundo porque por primera vez, se planteó que esa conducta  lo colocaba más cerca de ser como su propio padre.

Dylan volvió a Cleves, pero solo el tiempo suficiente como para interesarse por la salud de Phillipe y asegurarse que Sophie comía y descansaba un rato. Pero las cosas no mejoraron cuando la tarde del día siguiente estando en Cleves, fueron informados de lo sucedido con Kendall. Sophie entró en pánico, Derek no sabía qué hacer y Madeleine sintió una enorme pena. La primera intención de Dylan fue ir a toda prisa a Darnley, pero Yvaylo lo detuvo.

  • Sarì, te di mi palabra de no interferir con tus decisiones, pero siempre que éstas no supusiesen un peligro para ti y ésta lo es
  • ¿Qué?  --  preguntó él con extrañeza  --  Si lo estás diciendo por lo que sucedió ayer…
  • No, no es por eso, aunque tiene  que ver con ello

A continuación le contó lo que podía decirle y Dylan se sintió horrorizado y furioso a partes iguales, al mismo tiempo que entendió la anterior actitud de Kendall.

  • De momento y hasta que haryk no encuentre el modo de suprimir esas ideas, espero que comprendas que no es bueno que te acerques a Lord Arlington

Dylan entendió el razonamiento de Yvaylo y pensó que los Lothian la habían tenido muy fácil con Kendall, porque él mejor que nadie sabía que su amigo siempre había sido influenciable, débil y manipulable. Sin embargo, se sentía responsable, como siempre se había sentido, porque desde que eran niños, y aunque él era el que inducía a Kendall a meterse en los más horrorosos líos, algo que le había granjeado la mala voluntad de los padres de Kendall y la antipatía de Arthur, al mismo tiempo se ocupaba de protegerlo y de que no saliese muy mal parado de los mencionados problemas cargando él con la responsabilidad de los mismos si era necesario. De modo que al saberlo no solo siendo manejado por éstos desgraciados y ahora verdaderamente enfermo, sumado a no poder verlo, le produjo un enorme dolor en el corazón.

Para Sophie y su hijo fue un duro golpe y una situación en extremo difícil, porque independientemente de lo sucedido, ambos querían a Kendall, y por mucho que lo desearan, no podían estar en dos lugares al mismo tiempo. Sin embargo, fue Lucien quien se planteó la solución, misma que serviría a un doble propósito, y según su costumbre, se fue derecho a hablar con Aleksèi.

  • ¡Lucien!  --  exclamó el veldeki cuando estuvo fuera de la habitación de Phillipe  --  No sé quién copió a quien, pero Istval y tú se comportan del mismo modo
  • Escucha  --  dijo él sin prestar atención a las protestas de su amigo  --  Según lo que has dicho, Phillipe está estable ¿no?  --  y Aleksèi asintió  --  Bien, entonces organiza un traslado seguro a Darnley, de modo que los Arlington no tengan que estar yendo y viniendo de un lado a otro, ¿puede hacerse, no?
  • Bien, entonces ocúpate de que se haga lo antes posible
  • De acuerdo, le diré a…
  • No tienes que decirle una maldita cosa a nadie, solo hazlo

Y sin más, desapareció de la vista de Aleksèi dejando a su amigo preguntándose qué demonios le sucedía. Ellos habían sido amigos desde que Aleksèi tuvo la edad suficiente para entenderse con los sizvitels, y aunque Iyul también era su amigo, la mayor cercanía la había tenido siempre con Lucien. Aleksèi lo recordaba como un joven alegre, bromista y con cierta tendencia a meterse en muchos problemas, pero siendo hijo de quien era, eso no le generaba mayores conflictos y ciertamente nadie le habría dicho nada. En las ocasiones en las que organizaba verdaderos líos, simplemente iba y hablaba con su padre y con su aplastante sinceridad le decía lo que había hecho, y por supuesto Iziaslav nunca se disgustaba con él ni le imponía ningún castigo. Después del funeral de Gianna y a raíz de su encierro, habían perdido el contacto, pero desde que había regresado se había estado preguntando a dónde se había ido el chico alegre y desenfadado que conoció.




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