Cuando Iziaslav decidió que los Levjaners desapareciesen del mundo, sujetos como Artam Korsacov, Bari Razzâg, Akram Wojciech, Darko Sesviatsky, Aritz Neverkov, Kireg Drachavo y Anatoly Kolvayevsky habían pasado a ser solo nombres pertenecientes a un pasado lejano. En lo que concernía a los otros dos Clanes, esa casta de guerreros se había extinguido por completo, y en el caso de los Yaroslávich, pensaban que los hijos de los antiguos Levjaners no habían alcanzado el nivel de sus padres y no pasaban de ser simples Lovets, poderosos y peligrosos, pero algo muy alejado de lo que habían sido sus progenitores.
Sin embargo, si para la mayoría de los Devirgs, especialmente de los itsliev que o bien los habían conocido o habían escuchado hablar mucho de ellos, para los demás eran solo parte de la historia y en algunos casos seres casi mitológicos de los que dudaban hubiesen existido en realidad, pero sujetos como Swaney y Avitzedek los recordaban muy bien, y en el caso del segundo, que sin duda tenía más sentido común que el primero, siempre puso en duda que en realidad hubiesen desaparecido por completo, pues no se mataba con tanta facilidad a un Levjaner y menos a toda una casta de ellos.
En opinión de Avitzedek, Swaney iba por allí jactándose muy neciamente de haber sido él quien matase a Artam Korsacov, y si bien eso era cierto, no era menos cierto que había sido a traición o de otra manera no habría tenido ninguna oportunidad. Lo que siempre llamó la atención de Avitzedek y lo que por un tiempo lo había inducido a pensar que realmente los Levjaners habían desaparecido, era que Kireg Drachavo no hubiese vengado esa muerte, porque así como sabía que Iziaslav, Janos y Milorad habían sido inseparables, Kireg y Artam también. No obstante, pensaba que aunque el hijo y los nietos de Artam no hubiesen heredado su poder, sin duda algún día querrían cobrarle esa cuenta a Swaney a precio de oro.
Pero lo que en realidad estaba preocupando a Avitzedek, era que sus agentes lo mantenían informado tanto de los movimientos de los Yaroslávich como de los de los Lothian, y en esta ocasión y sin saberlo, él sustentaba la misma opinión que Lucien y opinaba además que Swaney solo estaba demostrando una vez más su probada locura, pero por encima de eso y habiendo sido informado en todos sus detalles de lo sucedido en Londres, su vieja idea de la subsistencia de los Levjaners salió a flote y comenzó a repasar las posibilidades.
Bari y Akram habían muerto antes de la transformación y sin dejar descendencia el primero, Artam había muerto unos pocos años después. El hijo menor de Akram no era un Levjaner, sino el molesto Secretario de Gobierno de Iziaslav, mientras que le mayor era uno de los espías de los Yarolávich en Ingaterra. A los Korsacov todos los conocían bien, aunque de Milorad se sabía poco, y en cualquier caso los talentos de los bambinos no iban en esa dirección. Itlar Drachavo, Misha Neverkov y el picolo Yvaylo Sesviatsky, si bien eran los retoños de individuos que habían sido poderosos más allá de lo creíble, y a pesar de que todos en el mundo Devrig sabían que eran sujetos hábiles y peligrosos, de ninguna manera alcanzaban el nivel de sus progenitores, pero alguno de ellos tenía por fuerza que ser el responsable de lo sucedido o tal y como Avitzedek pensaba, los otros no solo estaban muy vivos, sino activos también.
Todo esto lo llevó a tomar una importante decisión, Giorgio acababa de salir de Zatvor, y si quería que su hijo siguiese con vida, debía advertirle acerca de este nuevo peligro, aunque también sabía de la casi inutilidad del asunto, porque se había convencido hacía mucho tiempo que su hijo menor tenía alguna clase de defecto en la cabeza y si no lo había matado él mismo, había sido porque Zharià y Amaranta solían interceder por él, aunque Giorgio parecía detestarlas a ambas. De modo que antes de hablar con sus hijos, y aunque sabía que Gianfranco no daría problemas, porque a él lo único que parecía interesarle en el mundo era él mismo, llamó a Pietro Coletti, Fiorenzo Mucci y Lázaro Gazzola, sus tres hombres de más confianza y les planteó hacia dónde apuntaban sus sospechas.
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Editado: 29.09.2021