La Dinastía (libro 5. Sangre Real)

Cap. 22 Ymharyk

Dylan se había sentido preocupado la noche anterior por la intempestiva marcha de Lucien y porque éste no había regresado, no obstante, Yvaylo lo había tranquilizado diciéndole que recordase que Itlar estaba con él, pero aun así Dylan pasó prácticamente toda la noche despierto, y teniendo en cuenta que la noche anterior tampoco había dormido, porque se la había pasado contemplando el sueño de sus hijos, cerca de las cuatro de la mañana se había recostado en su cama a descansar un rato y se había quedado dormido.

Sin embargo, tuvo un brusco y muy escandaloso despertar cuando su hija literalmente le cayó encima.

  • ¡Kasny din, haryk!  --  exclamó llenándolo de besos
  • Buenos… días… linda  --  saludó él intentando respirar, porque Lucía estaba encima de su pecho y lo asía por el cuello
  • Lucía, quítate de encima  --  le dijo su hermano  -- Buenos días, papá
  • Buenos días, hijo  --  lo saludó Dylan cuando a su hija le pareció oportuno soltarlo
  • Levántate haryk, prometiste llevarnos a la villa, a donde jugabas cuando eras niño y…
  • Espera, espera  --  la detuvo él  --  vamos a cambiar un poco los planes  --  y la niña compuso cara de disgusto  --  créeme, va a gustarles mucho

Una vez que Dylan se hubo aseado y cambiado de ropas mientras sus hijos brincaban y registraban todo en su habitación dejándola en completo desorden, bajaron a desayunar, los niños saludaron a Yvaylo y Dylan lo miró, pero Yvaylo negó.

  • No te preocupes, haryk, estamos mejor sin él  --  dijo Lucía aunque ellos no habían dicho nada

Estaban terminando de desayunar cuando llegó Aleksèi. Los niños saltaron de sus sillas y corrieron hacia él.

  • Veamos jovencitos, eso de marcharse sin decirme nada me rompió el corazón  --  les dijo
  • No es cierto  --  dijo Lucía sonriendo
  • ¿Ah no?  --  preguntó él en tono ofendido, pero Lucía se le quedó mirando unos segundos antes de volver a hablar
  • Ni siquiera estabas pensando en nosotros  --  y a continuación apareció la ya muy conocida sonrisa maligna  --  ¿Vas a cambiarme por… esa zhytsanì?

Aleksèi abrió los ojos con desmesura, porque, aunque él mejor que nadie estaba al tanto de las habilidades de los aykeris, Lucía siempre se complacía en molestarlo.

  • Escuche señorita…  --  pero ella estaba riendo
  • Es bonita, pero no es para ti, Alek

Yvaylo y Dylan estaban a medio camino entre la diversión y la sorpresa, llegando a la rápida conclusión de que la pequeña sizviteliani realmente disfrutaba mortificando al prójimo.

  • Ya basta Lucía, déjalo en paz  --  dijo Alexander

Después de eso Aleksèi se incorporó y Dylan se le acercó.

  • Gracias Aleksèi, tanto por haber ayudado a traerlos al mundo, como por el esmero con el que los has cuidado
  • No tienes por qué darlas, solo cumplía con mi obligación
  • No es cierto otra vez  --  dijo Lucía  --  Confiesa, nos amas  --  todos rieron y Aleksèi la alzó en brazos
  • Y debo estar muy loco para amar a una kandly que se empeña en hacerme la vida miserable  --  le dijo, pero Lucía rio y le estampó un sonoro beso en la mejilla

Fueron al salón y después de revisarlos, Aleksèi dijo que estaban perfectamente bien y los niños sonrieron.

  • Bueno, ya podemos irnos ¿no?  --  dijo Lucía
  • ¿Y a dónde se supone que va usted, zhytsanì?  --  preguntó Aleksèi y ella miró a su padre
  • Vamos a Illir
  • ¿Qué es Illir?  --  preguntó Alexander
  • Ya lo verás  --  le dijo él
  • Sugiero que los abriguen bien, sarì  --  dijo Aleksèi  --  Aun están pequeños y esas temperaturas podrían afectarlos
  • ¿Crees que es mejor que no vayan?  --  preguntó Dylan con preocupación y los niños miraban alternativamente a uno y a otro
  • Pueden ir, pero abrigados como es debido, aunque no es lo usual como ya debes saber, ellos han dado muestras de su condición mucho antes de lo esperado y la cuestión de las temperaturas es una de ellas, la buena noticia es que parecen estar habituándose por sí mismos. Inicialmente Alexander huía del sol, porque se le enrojecía la piel, y en el caso de Lucía era el frío lo que más la afectaba, pero como dije, ya lo manejan mejor.

Dylan miró a los niños y pensó que necesitaría sentarse a hablar con Aleksèi para que lo pusiese al tanto de muchas cosas.

  • No te preocupes, aunque nos han sorprendido en muchas ocasiones, son muy sanos

Dylan volvió a agradecerle y Aleksèi se despidió. Dylan subió con los niños, buscó entre las cosas que había traído Boris y por fortuna había abrigos, pero como éstos no le parecieron el todo adecuados para las temperaturas de Illir, Boris fue enviado a buscar otros, algo que el lovet hizo a toda prisa. Mary terminó de vestir a los niños colocándoles los abrigos y estuvieron listos para partir. Dylan alzó a Lucía, pero cuando Yvaylo se proponía alzar a Alexander, éste se hizo para atrás.

  • Puedo ir solo  --  dijo el chico




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