A pesar de que el espectáculo que se ofreció ante sus ojos no podía ser más hermoso, ni Phillipe ni Madeleine estaban como para admirar nada cuando llegaron a Illir, de manera que ni Istvan ni Adrian se detuvieron, sino que caminaron a toda prisa hacia el interior del palacio y fueron conducidos directamente a las habitaciones.
Después de la reunión y de haber dispuesto lo más urgente, Istvan se fue a ver a los Saint-Claire para asegurarse que estuviesen bien, pasó luego por las habitaciones de los aykeris, pero tal y como Janos había ordenado, tanto a los adultos como a los niños se les había administrado un té de hierbas para que pudiesen dormir un poco. En cuanto concluyó allí, se fue directo al Haigala y después de informarse acerca del estado de los heridos, fue al piso donde tenían a su hermana. Cuando entró a la habitación, vio que ya su madre había llegado, pero si bien ella estaba preocupada, mantenía la serenidad, mientras que Milorad tenía los ojos enrojecidos por el llanto.
Aunque ya Haris había atendido la totalidad de las heridas de Istziar, a Istvan le dolió el corazón al recordar las condiciones en las que la habían encontrado.
Aunque Milorad estaba desecho, sintió alivio de que al menos su mujer no lo culpase por lo sucedido a su hija, pero dejó de pensar en ello cuando sintió que Istziar se quejaba. Los tres se abalanzaron hacia la cama antes de que la chica abriese los ojos, de modo que cuando lo hizo, vio los rostros familiares.
Sin embargo, tanto Milorad como Istvan vieron con claridad formarse los recuerdos en la mente de Istziar, pero antes de que pudiesen decir nada, ella intentó incorporarse.
La chica calló por un breve momento, pero enseguida sus ojos se fijaron en los de su hermano e inmediatamente se llenaron de lágrimas.
Así las cosas, Istvan acercó sus manos a la cabeza de Istziar hasta que logró tranquilizarla.
Istvan ya iba a sujetar su cabeza de nuevo cuando salió despedido contra la pared.
Milorad se apresuró a obedecerla pensando que siendo su madre, tal vez tendría más oportunidad de tranquilizarla, pero no podía estar más equivocado.
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Editado: 16.10.2021