Una vez que Istval y los ZD emprendieron la búsqueda de Dylan, no habían tenido ni un día de descanso, pero como ellos estaban acostumbrados a ese tren de trabajo, no hizo mucha diferencia, la misma estaba en que en esta ocasión no buscaban a un criminal, sino a un individuo que era muy importante para ellos. Inicialmente no se sintieron nada contentos cuando supieron que Lucien se unía al grupo, porque recordaban bien la anterior oportunidad en la que había estado con ellos y sabían que el siviztel podía ponerse muy difícil, ya que era terco y obstinado en un grado muy superior al de Istval.
Aquel grupo de hombres estaba acostumbrado a trabajar junto y perfectamente coordinado, la mayor parte del tiempo ni siquiera necesitaban decir nada para saber lo que debían hacer y el momento oportuno para hacerlo, y nunca trabajaban con nadie más excepto con Edin que era colaborador frecuente. Sin embargo, como no podían negarse a llevar a Lucien, no les quedó mas remedio que aceptarlo. Iyul iba y venía, pero no representaba un gran problema, y en el caso de Itlar e Yvaylo que se unirían poco más de una semana después y siendo que poseían un entrenamiento militar como el de ellos, tampoco había sido un obstáculo y no habían interferido con la jefatura de Istval a pesar de ser sus superiores.
Durante las primeras semanas si bien habían corrido de un lado para otro buscando en los posibles lugares a donde podía haber ido Dylan, cuando llevaban poco más de un mes en ello, Lucien comenzó a dar muestras de estar viniéndose abajo. A raíz de esto, Alkesèi se había unido al grupo, y aunque dijo que solo quería colaborar, todos sabían que su presencia obedecía a que el sozdatel’ estaba preocupado por su hijo y no le faltaba razón. Aparte de comer poco y dormir menos, Lucien que siempre había sido irritante por diversión, se había vuelto francamente insoportable y directamente peligroso.
En uno de esos escasos momentos en el que Lucien se había dormido, recibieron la visita de Iván, nadie supo qué les dijo a Istval y a Aleksèi, pero Irakli recibió la orden de sin importar dónde o qué estuviesen haciendo, él no debía perder de vista al sizvitel y sin que éste lo notase. Esto obedecía a que cuando efectuaban alguna parada, Lucien solía perderse y ya en dos ocasiones eso había dado como resultado la muerte de seis Devrigs de los que no habían tenido oportunidad de averiguar si eran culpables de algo o no, salvo de ser Lothian cuatro de ellos y Savaresce los otros dos. Era muy improbable que Lucien resultase mal herido en momentos como aquellos, así que la decisión de designar a Irakli como la sombra del sizvitel obedecía más a evitar muertes innecesarias que a protegerlo a él en sí, y como Irakli era muy hábil para esconder su presencia, fue el que recibió el espinoso encargo, lo que ocasionó el disgusto de Itlar, pero Yvaylo le recordó que en primer lugar, Lucien podía percibirlo con más facilidad a él porque estaban muy unidos, y segundo, que aquella era la habilidad del kicyk Irakli y debían dejarlo hacer su trabajo.
En oportunidad reciente, Lucien había atacado a su propio hermano solo por sugerir que debía descansar un poco, con lo que quedó demostrado el franco deterioro de la estabilidad mental del sizvitel.
Una helada noche se encontraban a unas cuantas leguas de un apartado poblado cercano a los Alpes suizos, cuando Istval dio la orden de detenerse. Llevaban cerca de cuarenta y ocho horas sin comer ni dormir, y aunque no sentían el cansancio, él sabía que debían procurarse algo de descanso y alimento.
El funcionamiento del organismo de los Devrigs era quizá a los ojos de un humano común, algo complicado. En líneas generales y al igual que todo el mundo, ellos sentían hambre, sed, sueño, frío o calor, pero a diferencia del común de las personas, la comida no era que no les proporcionase placer como había dicho Lucien en una oportunidad, sino que al percibir los sabores en toda su intensidad, no todo les resultaba agradable o siquiera tolerable. En el caso del clima, debían trabajar mucho y muy duramente para conseguir que su cuerpo lo resistiese. La generalidad de los Devrigs dormía poco, aunque había excepciones como la de Lucien, pero sabían que sus cuerpos necesitaban descanso, y con el agua era con lo que mejor les iba así que la consumían en grandes cantidades.
Sin embargo, habían pasado algo más de tres minutos cuando Istval dio la alerta.
Sin hacer preguntas corrieron tras él con sus dykaris en la mano e irrumpieron en medio de un ataque razverevied al caserío. Siendo como eran una fuerza organizada, el asunto quedó resulto en muy poco tiempo, ya que aparte de lo anterior, los razverevied normalmente se encontraban en un número no mayor a veinte o veinticinco individuos. Aleksèi se ocupó con rapidez y eficiencia de los heridos que afortunadamente no habían sido muchos, mientras que Istval, Irakli y Silvano lo hacían de modificar los recuerdos a los pocos pobladores del caserío y los demás se encargaron de deshacerse de los cuerpos de los razverevied.
Unos minutos después y luego de conseguir lo que originalmente habían ido a buscar, abandonaron el poblado deteniéndose a varias millas de allí. Mientras todos comían, Istval conversaba con Edin que había aparecido de nuevo esa mañana.
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Editado: 16.10.2021