Guy Dessart era un individuo que procedía de una antigua y muy distinguida familia francesa, sus raíces familiares podían rastrearse varios siglos atrás y su apellido tenía mucho peso dentro de la sociedad gala. Como cabía esperar, Guy había recibido una esmerada educación, y en la actualidad brillaba con luz propia en los círculos de la corte parisina. Era un invitado frecuente de su majestad, y su presencia solía ser requerida a diario por los más prominentes miembros de la corte.
De niño había sido enfermizo y sus progenitores estuvieron seguros que no superaría la infancia, algo que entristecía mucho a su padre, ya que era el único varón que su mujer le había dado y tenía pocas esperanzas de que su estirpe tuviese continuidad a través de él. Sin embargo, y contra todo evento, Guy superó el difícil período de la infancia y se convirtió en un apuesto joven de cabellos y ojos negros que no había alcanzado una gran estatura tal vez debido a lo precaria que había sido su salud, pero esto no le restaba atractivo.
Estuvo comprometido en matrimonio casi desde la cuna con la hija de un primo de su padre, y a los dieciséis años contrajo nupcias con ésta. Sin embargo, no tuvieron descendencia jamás, y aunque su esposa nunca dijo nada, esto se debía a que su flamante marido amaba más a Pierre Laffit, su sospechosamente inseparable amigo, que a su esposa, de modo que sus noches las pasaba en la cama de aquel y no en la propia.
Aunque el padre de Guy nunca se enteraría de lo anterior y moriría sin ver la tan anhelada descendencia, su apellido perduraría en el tiempo, porque Guy Dessart era un Devrig de los más antiguos de su clan.
Cuando Guy había cumplido veintiún años, se vio obligado a defender sus tierras de los invasores bárbaros, pero éstos no eran los hunos ni los visigodos o francos que finalmente darían origen al nombre de su país, sino que eran Devrigs, y para más señas, pertenecientes al clan Lothian. Guy fue hecho preso junto con Pierre y una buena cantidad de sus hombres, siendo posteriormente transformado por los Devrigs de Swaney, aunque nunca se enteró quién había sido su izbretel, ya que la idea de Swaney con aquel ataque era aumentar sus tropas e importaba poco quién transformase a quién.
Después de la preparación básica para enfrentar su nueva condición, Guy y sus hombres fueron devueltos a sus tierras con la obvia misión de efectuar tantas transformaciones como fuese posible, ya que para entonces aun no se había establecido la prohibición.
Con el correr de los años, y aunque evidentemente al ser transformado se le había transferido la ferocidad de su nueva raza, siendo que Guy nunca había sido en realidad un guerrero, le resultaría mucho más útil a Swaney en el ámbito político y fue allí donde Guy comenzó a brillar cuando el mundo se volvió más civilizado. Cuando André de Montreuil ingresó al mundo de los Devrigs, se convirtió en un dolor de cabeza para Guy y un enemigo declarado, pero a pesar de que él era mucho más antiguo y habría podido deshacerse del molesto individuo, también era más inteligente y sabía que tarde o temprano aquel cretino perdería su estúpida cabeza y él esperaría pacientemente a que cualquiera de los Lovets se ocupase de eso como sabía que al final iba a ocurrir.
Con lo que no contaba Guy, era con que Swaney fuese asesinado, y aunque estaba muy lejos de sentir pena, esa muerte trajo consigo un enorme trastorno, porque Swaney nunca tuvo descendencia ni se preocupó por establecer una sucesión. La facción de los Lothian que debía su transformación a Guy o a sus hombres, fue reunida en tiempo record por Pierre que pensaba que Guy era quien debía asumir la jefatura, ya que era de uno de los individuos con más antigüedad en el clan y de hecho era considerado un itsliev, pero los hombres de André que habían sobrevivido a su estúpido plan, evidentemente no pensaban lo mismo, y en el caso de la facción inglesa liderada por Edward Rastell y Christian Bentley, tenían sus propias ideas al respecto. De modo que se desató una feroz batalla entre ellos a pesar de que Sir August Kinderland les advirtió, al menos a Guy y a Edward, la inutilidad del asunto, porque al no haber un documento de sucesión, la disolución de su clan sería anunciada en breve, los miembros del mismo tendrían que adherirse a alguno de los otros dos clanes existente, y si bien ellos podrían conservar sus posesiones, las de Swaney y Montreuil serían adjudicadas a alguno de los príncipes de la casa reinante, ya que ambos habían sido acusados de traición, y aunque hubiesen dejado establecida su intención de heredar sus posesiones a alguien, éstas serían expropiadas por el soberano debido a lo anterior. De modo que la situación general dentro del desmembrado y próximo a desaparecer clan Lothian, no podían ser más críticas.
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Lucien fue trasladado a Illir como había ordenado Iziaslav, mientras que Dylan permanecía en el Haigala a la espera de que recobrase el conocimiento, algo que sucedió al mediodía siguiente a su ingreso. Lo primero que vio al abrir los ojos fueron los muy preocupados de Iziaslav, y al girar la cabeza se encontró con los de Iyul. Un montón de preguntas se agolparon en su cerebro, dentro de las que destacaba la más obvia de todas.
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Editado: 16.10.2021