Derek siempre había sido un chico práctico y alegre, de modo que se olvidó con rapidez de sus molestias dando paso a la emoción por asistir a un evento del que tanto había escuchado hablar y estaba mareando a todos con sus preguntas. Lo único que lamentó de veras, fue que ni sus hermanos ni su abuelo y obviamente Madeleine tampoco, podrían asistir. En el caso de su abuelo y su tía lo entendió, ya que exponerlos públicamente ante individuos que determinarían con celeridad que eran humanos, representaría un positivo peligro para ellos y en el futuro podrían sufrir la injusta persecución por aquellos que odiaban a los Yaroslávich. Y en el caso de los gemelos le costó un poco más, pero lo entendió y desde luego respetó la decisión de Dylan, así que éste se salvó de ser acosado por Derek.
Ese día estuvo dándoles la lata a todos con el asunto de la Evesbriel, sin embargo, Iván escogió justamente aquel día para mostrarse más rudo con el asunto del clima.
No obstante, Iván parecía sustentar otra opinión y pronto Derek notó que si bien lo soportaba bastante bien, aquel mal nacido parecía tener intenciones de que muriese, de haber podido, de una hipotermia, porque lo enterró desnudo bajo una helada capa de nieve por más de dos horas y durante ese tiempo estuvo hablándole hasta el agotamiento.
A Derek le castañeteaban los dientes y ya no sentía ninguna parte de su cuerpo, pero aun así permaneció en el más absoluto silencio e intentaba que su cerebro siguiese lo que Iván decía. No obstante, cerca de medianoche, Iván consideró que ya había tenido suficiente y lo desenterró, pero Derek no logró mantenerse de pie, ya que tenía los miembros entumecidos y amoratados. Lo cubrió con una manta y lo trasladó hasta su habitación.
Derek escuchó la voz de Iván como si viniese de muy lejos e intentó abrir los ojos, pero éstos le pesaban una enormidad. No tenía idea ni de dónde estaba ni que había sucedido, pero de pronto sintió mucho calor, y aunque moverse parecía fuera de su alcance, evidentemente no era así por lo que escuchó.
Esto obedecía a que Derek acaba de golpear inadvertidamente a una de las bizlykis que lo estaba atendiendo. Como Iván vio que ya comenzaba a reaccionar, despidió a las dos mujeres, cubrió a Derek con la manta y esperó a que terminase de recuperar la lucidez.
Derek no encontraba una imagen que se correspondiese con lo que Iván estaba diciendo, de modo que prestó atención y finalmente los recuerdos fueron tomando forma.
Iván soltó la carcajada al entender la preocupación de Derek, aunque tuvo que estar de acuerdo con él, porque estaba positivamente seguro que si la pequeña Korsacov hubiese aparecido por allí, habría montado en cólera al ver a Derek desnudo y con dos chicas intentando devolverle el calor. Si bien las mujeres también recibían entrenamiento para que el clima no las atormentase, en ningún caso éste era tan duro como el de los hombres y menos aun como el de los Lovets, así como era del todo improbable que hubiese entendido que, aunque existían otras maneras, la mejor forma conocida, al menos por ellos, para devolver el calor a un cuerpo, era la de otro. Como Iván decidió que Derek ya estaba bien, caminó hacia la puerta, pero aún iba riendo.
Derek guardo silencio durante unos segundos y luego recitó casi con exactitud palabra por palabra lo que Iván había estado diciéndole justo hasta el momento en el que perdió el sentido.
#2057 en Otros
#376 en Novela histórica
#1457 en Fantasía
#875 en Personajes sobrenaturales
perdida dolor amor y tristeza, nueva vida encuentro familiar, intriga violencia resignacion
Editado: 16.10.2021