Aunque la sesión ordinaria del Adestrarshy debía tener lugar cada cincuenta años, éste también podía ser convocado por motivos especiales, y en los últimos trece años se había reunido con mucha frecuencia y más que todo debido a los aykeris, de manera que ya no les extrañaba tanto a los miembros de este consejo, el recibir la convocatoria.
En esta ocasión y al día siguiente del regreso de los aykeris, fueron citados y después de quedar asentada la asistencia de todos sus miembros, Iziaslav dio inicio al mismo.
Aquello era normal para ellos, pero no para Dylan, y a pesar de que tanto Iziaslav como Yvaylo le habían asegurado que nunca enviarían a Alexander a enfrentarse a los peligros de la naturaleza si no estaba bien preparado para ello, él seguía preocupado por el asunto.
Era verdad que Dylan era un Devrig y que estaba en perfecto conocimiento acerca de sus habilidades, mismas que lógicamente también poseía su hijo, pero seguía siendo padre y uno especialmente preocupado y apegado a sus retoños, de manera que aún seguía haciéndosele difícil imaginar a su hijo solo en el bosque y enfrentando los peligros del mismo sin otra defensa que un arco y una daga.
La voz de Iziaslav lo sacó de su momentánea abstracción y fue consciente de que todos lo miraban, pero antes de que él pudiese decir nada, quien habló fue Derek.
Aunque Derek también había estado recibiendo el mejor entrenamiento en su área y ya era capaz de respetar las mentes ajenas, no había tenido ningún reparo en invadir la de Dylan y ver lo mucho que lo mortificaba aquello, pero también recordó en forma vívida y clara lo que Janos le contó en una oportunidad acerca de aquella prueba y lo importante que era para los miembros de su raza, así que se propuso ayudar tanto como le fuese posible a que Dylan sobrellevase aquello de la mejor manera.
Dylan sabía esto, y aunque no le gustaba escucharlo, tampoco podía ignorarlo.
La pregunta obedecía a que si bien le habían informado que sus hijos eran portadores del poder de todos los elementos, particularmente a él le parecía que el más peligroso era el que les confería el elemento éter.
Iziaslav que era el que había hecho la pregunta, también se había puesto de pie y sus ojos brillaban en forma peligrosa, y al menos en los casos de Dylan y Derek no entendieron por qué, pero inmediatamente comenzaron a hacer locas conjeturas en cuanto a quién sería aquella persona que parecía no contar con el aprecio del soberano, aunque a Derek aquel nombre le sonaba familiar.
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Editado: 17.11.2021