Aunque Dylan estaba en verdad muy contento con el regreso de Iziaslav, parecía que su inmisericorde hija era incapaz de darle un minuto de paz, de manera que cuando escuchó el pleito entre ella y Lucien, la preocupación opacó la momentánea alegría. No obstante, fue Iziaslav el primero en reaccionar y caminar tras Alex.
Aunque Alexander era todo corrección, formalidad y no iba por allí incordiando al prójimo como su inquieta hermana, tenía una vena maligna muy Yaroslávich que hacía eventual aparición en ocasiones como aquella, de modo que sonrió de una forma que al menos Yvaylo y Lucía sabían con exactitud lo que significaba.
A pesar de que para todos fue evidente que Lucien quería sacudir a su sobrino, fue capaz de controlarse y arreglándose la chaqueta dio un paso al frente.
Pero mientras Iziaslav los miraba aun con ceño adusto, los demás pensaban que el soberano no había podido decir nada más equivocado, porque aquellos dos serían incapaces de estar de acuerdo en nada. Sin embargo, las dos criaturas ignorando la orden siguieron discutiendo hasta que Lucía le acomodó un puñetazo a Lucien y Alex la sacó de escena con la mayor rapidez.
Dicho esto se giró y abandonó el lugar, pero a pesar de que aquello en otras circunstancias o tratándose de otra persona habría podido generar la ira del soberano, no fue así y por el contrario tenía una sonrisa muy poco común en los labios. Iziaslav estaba perfectamente al tanto de que su hijo había tenido furiosos pleitos con otros devrigs cuando los había sorprendido hablando mal de su soberano, pero era la primera vez que lo escuchaba hacerlo él mismo, de manera que estaba decididamente feliz por ello. Sin embargo, aún le faltaba hablar con Lucía y aquella conversación no fue por ninguna parte fácil y de hecho rememoró en forma extraordinariamente vívida escenas muy parecidas con Lucien aunque por otros motivos, pero finalmente y a diferencia de Lucien que no había vuelto a llorar en sus brazos desde que era un niño, ella terminó hecha un mar de lágrimas sobre su pecho.
La crisis que había generado la confesión de Iziaslav parecía haber quedado superada, pero siendo que Lucía seguía negándose a asistir a la Evesbriel, la presentación oficial de los aykeris volvería a diferirse otro año.
Dylan y todos en realidad, ya se habían habituado a que Alexander siempre estaba dispuesto a posponer sus deseos o necesidades en beneficio de su hermana, y aunque les parecía sumamente injusto, al directamente involucrado parecía no incomodarlo ni generarle ningún conflicto.
#1023 en Otros
#205 en Novela histórica
#596 en Fantasía
#402 en Personajes sobrenaturales
Editado: 17.11.2021