La Dinastía (libro 7. Aykeris)

Cap. 26 Partida

 

Aunque Dylan estaba en verdad muy contento con el regreso de Iziaslav, parecía que su inmisericorde hija era incapaz de darle un minuto de paz, de manera que cuando escuchó el pleito entre ella y Lucien, la preocupación opacó la momentánea alegría. No obstante, fue Iziaslav el primero en reaccionar y caminar tras Alex.

Aunque Alexander era todo corrección, formalidad y no iba por allí incordiando al prójimo como su inquieta hermana, tenía una vena maligna muy Yaroslávich que hacía eventual aparición en ocasiones como aquella, de modo que sonrió de una forma que al menos Yvaylo y Lucía sabían con exactitud lo que significaba.

  • Personalmente yo en tu lugar habría evitado a estos dos hasta que estuviesen de mejor humor, Ymharyk, pero ya que no se pudo y como ellos parecen tener un desmedido interés por hablarte, adelante – concluyó mirándolos a ambos

A pesar de que para todos fue evidente que Lucien quería sacudir a su sobrino, fue capaz de controlarse y arreglándose la chaqueta dio un paso al frente.

  • Las normas de cortesía señalan que las damas siempre primero, pero como tú no calificas en ese renglón, entonces hazte a un lado – dijo mirando a Lucía y haciendo que Dylan cerrase los ojos con resignación
  • ¡Ni lo sueñes, cretino infeliz! – respondió ella y uniendo la palabra a la acción, lo empujó con escasa ceremonia
  • Rybiks…
  • ¿Sker? – dijeron ambos, pero mientras Lucien se desembarazaba de Itlar que era quien había detenido la segura caída, Lucía se adelantaba – ¿Y se puede saber dónde te habías metido tú?
  • ¡Lucía! – exclamó Dylan mientras Yvaylo se daba la mayor de las prisas por crear el aislamiento  apropiado
  • Nidly… – intentó Iziaslav
  • Contéstame
  • Tal vez si no fueras tan grosera y lo dejases hablar, podría contestar – dijo Luciano
  • ¡Cierra la boca, ergelar!
  • ¡Tú no me das órdenes y no se me da la gana!
  • ¡Basta! – ordenó Iziaslav – ¿Es que acaso se han puesto de acuerdo ustedes dos…?
  • ¡Ja! Ni en sueños – dijeron ambos con una sincronía tan perfecta que no registraron el hecho

Pero mientras Iziaslav los miraba aun con ceño adusto, los demás pensaban que el soberano no había podido decir nada más equivocado, porque aquellos dos serían incapaces de estar de acuerdo en nada. Sin embargo, las dos criaturas ignorando la orden siguieron discutiendo hasta que Lucía le acomodó un puñetazo a Lucien y Alex la sacó de escena con la mayor rapidez.

  • Lucien
  • ¡Son ustedes los padres más irresponsables del mundo! – estaba diciendo Lucien – ¡Tú por haber no solo engendrado a esa amenaza, sino porque encima vas y la enseñas a comportarse como un chico! – le gritó a Dylan mientras se limpiaba la sangre de la nariz – Y tú por desaparecer seguramente a esconderte a llorar por causa de esa…
  • Tranquilízate syn – lo interrumpió Iziaslav acercándose a él – Voy a hablar con ella y…
  • No tienes por qué pasar por el mal rato de darle explicaciones, es solo una…
  • Lucien – lo interrumpió él a su vez –  piensa un poco syn, Lucía no sabía nada y le sentó muy mal todo esto, así que es lógico que quiera explicaciones y tiene derecho a ellas. Sin embargo, me alegra y agradezco tu defensa – concluyó haciendo que el malcriado aquel juntase las cejas con evidente disgusto
  • No te estaba defendiendo, solo… – pero aparte de que perdía el tiempo intentando negar lo obvio, no parecía encontrar las palabras a propósito – … solo que esa… amenaza no puede ir por ahí como si…
  • Syn – lo detuvo Iziaslav de nuevo – cálmate y déjame a mí manejar esto
  • ¿A ti? No eres capaz de manejar nada con relación a ella

Dicho esto se giró y abandonó el lugar, pero a pesar de que aquello en otras circunstancias o tratándose de otra persona habría podido generar la ira del soberano, no fue así y por el contrario tenía una sonrisa muy poco común en los labios. Iziaslav estaba perfectamente al tanto de que su hijo había tenido furiosos pleitos con otros devrigs cuando los había sorprendido hablando mal de su soberano, pero era la primera vez que lo escuchaba hacerlo él mismo, de manera que estaba decididamente feliz por ello. Sin embargo, aún le faltaba hablar con Lucía y aquella conversación no fue por ninguna parte fácil y de hecho rememoró en forma extraordinariamente vívida escenas muy parecidas con Lucien aunque por otros motivos, pero finalmente y a diferencia de Lucien que no había vuelto a llorar en sus brazos desde que era un niño, ella terminó hecha un mar de lágrimas sobre su pecho.

La crisis que había generado la confesión de Iziaslav parecía haber quedado superada, pero siendo que Lucía seguía negándose a asistir a la Evesbriel, la presentación oficial de los aykeris volvería a diferirse otro año.

  • Lo siento Alexander, pero si Lucía se niega a asistir no podemos obligarla – le dijo Dylan a su hijo antes de partir hacia Yaroslav
  • No te preocupes papá, no tengo prisa y todo sucede cuando debe suceder – dijo él

Dylan y todos en realidad, ya se habían habituado a que Alexander siempre estaba dispuesto a posponer sus deseos o necesidades en beneficio de su hermana, y aunque les parecía sumamente injusto, al directamente involucrado parecía no incomodarlo ni generarle ningún conflicto.




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