La Dinastía (libro 7. Aykeris)

Cap.27 Los Svetsniks

 

Cuando la luz comenzó a escasear, Iván ordenó a los chicos prepararse para acampar. En la época de la que hablamos acampar estaba lejos de ser una actividad divertida como ahora la conocemos; no existían cómodas carpas, linternas o comida enlatada, de modo que cualquier comodidad o protección debían procurársela de otras maneras.

Derek y Henri se encargaron de levantar una rudimentaria protección principalmente para Lucía. Alexander que recientemente había pasado por su Erwedais, había ido con Irakli primero a recolectar madera para hacer la fogata y luego se había encargado él mismo de encenderla. Y en el caso del simpático príncipe mayor, había ido con Istval para procurarse alimento.

  • Vaya iuv larsèvirier – dijo Istval con el único y habitual fin de fastidiar – ¿Quién habría pensado que podías hacer esto tan bien? – preguntó cuando Lucien le acertó a una liebre sin esforzarse mucho

Aquella era una actividad que Lucien no practicaba desde hacía cientos de años, porque aparte de ser quien era, siempre había tenido quien lo hiciese por él y jamás participa en las llamadas partidas de caza, pues su pueblo había cazado para alimentarse y no para matar el aburrimiento, pero ciertamente aquella actividad era una que su padre y Janos le habían enseñado cuando era muy pequeño y en preparación para su Erwedais, de manera que le lanzó una mirada poco amistosa a Istval.

  • Ve a recogerla, imbécil – le dijo y el individuo rio

Aunque Lucía no había recibido la preparación de supervivencia que les había sido impartida a todos los varones presentes, se aplicó a ayudar a los que levantaban el improvisado refugio.

  • ¿Cómo es que sabes hacer esto, Derek? – le preguntó a su hermano – Porque tú no pasaste por una Erwedais
  • En realidad ninguna de éstas zhytsanìar [1] lo hizo – dijo Iván con sorna

Aunque Iván era muy rápido como todos ellos, siendo que no había esperado ser atacado y menos por Lucía con quien siempre se había llevado muy bien debido a que nunca se negaba a instruirla en cualquier cosa que los demás no le permitiesen, no reaccionó con la velocidad acostumbrada y un segundo después estaba tirado en el piso y mirando los furiosos ojos de Lucía.

  • Si vuelves a llamar zhytsanì a mi hermano, vas a terminar sin tu estúpida cabeza, Sesviatsky
  • Biagyzlim nym sizvetiliani – se disculpó él a toda prisa mientras Derek y Henri se partían de risa

Ellos sabían que aquella inevitable burla iba a reportarles alguna clase de consecuencia cuando regresasen al Laki, pero de momento estaban disfrutando groseramente de la situación ya que no era frecuente ver a nadie fastidiando a Iván.

  • Lucía, es verdad que nosotros no tuvimos una Erwedais como tal – dijo Derek un momento después – pero dentro de la preparación que recibimos en el Laki, lógicamente figura la de aprender a sobrevivir en lugres inhóspitos

Lucía se sintió satisfecha con la explicación dada por su hermano y se acercó al alegre fuego que terminaba de hacer Alexander.

Una vez que Istval y Lucien consideraron que tenían suficiente, emprendieron el regreso, pero durante el mismo, Lucien comenzó a recolectar hojas secas.

  • ¿Qué haces Lucien? – preguntó Istval
  • No supondrás que su alteza va a dormir directamente en el piso ¿no? – contestó y esto causo la hilaridad de Istval
  • ¿No eras tú el que sostenía que era una devrig?
  • Precisamente por eso, necio

Lógicamente Istval entendía aquello, pues cualquier malestar ellos lo experimentaban aumentado, aunque no era su caso o el de sus hombres, pues se habían habituado a pernoctar en lugares tan malos como aquel, así que la incomodidad de dormir sobre una superficie poco apta para ello, no representaba un gran problema para ellos. No obstante, Istval era Istval y no podía quedarse callado.

  • No estoy muy seguro de si esto lo haces por ella o por ti, porque hasta donde sé, la mejor manera como en tu opinión ella podría estar, es encerrada en un calabozo y esos lugares no son especialmente cómodos

Por fortuna ya estaban llegando y la voz del objeto de discusión le quitó a Lucien el deseo de golpear a su amigo.

  • Somos devrigs y Alex y yo ya superamos el problema de las temperaturas, así que ¿por qué debemos hacer fuego o un refugio? – estaba preguntándole a Iván
  • Es verdad lo que dices Lucía, pero en principio la temperatura de este lugar es excesivamente baja, y si bien es posible que no experimenten el frío, éste igualmente podría afectarlos teniendo en cuenta que sufren ustedes de una condición específica que afecta sus vías respiratorias.
  • Pero pasamos por temperaturas iguales en el entrenamiento y no nos sucedió nada – insistió ella
  • No, y es afortunado que así haya sido, pero si mal no recuerdo de las lecciones de haryk, el cuerpo no siempre está en las mismas condiciones y lo que no nos hace daño en un momento puede hacerlo en otro, así que es mejor evitar posibles inconvenientes. Y por otra parte, el fuego no solo nos es útil para contrarrestar el frío sino para ahuyentar a las fieras.




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